ACEX, Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras, defiende un modelo de conservación basado en una gestión pública de la explotación de la carretera, para lo que reclama que, vía presupuestaria, se destine a la conservación la cuantía necesaria para asegurar el correcto funcionamiento del sistema de transportes, que en conservación de carreteras cuantifica en 1.300 millones de euros.
Las inversiones en conservación españolas suponen 50% menos que las de Francia o Reino Unido y 30% menos que las de Alemania. Según estimaciones de ACEX, en España el coste medio de conservación de un kilómetro de autopista está en unos 80.000 euros anuales (IVA incluido), mientras que para la red convencional el coste medio es de unos 38.000 euros anuales por kilómetro de carretera. Teniendo en cuenta la longitud de la red de carreteras del Estado -26.400 Km, 14.500 Km de carretera convencional-, ACEX cifra en 1.300 millones de euros el coste de conservación anual que debería destinar el Ministerio de Fomento. Ante el anuncio del Gobierno de eliminar los peajes de las autopistas que finalizan su concesión entre este año y 2021, si a esta cifra incorporamos estas tres autopistas de peaje (AP1, AP4 y AP7 entre Alicante y Tarragona), obtendríamos una necesidad de incremento de inversión en el presupuesto destinado a conservación - sólo por este concepto- de 44,15M€.
Para Pablo Sáez, director-gerente de ACEX, “el modelo de conservación utilizado en España está basado en una gestión pública de la explotación de la carretera y ha demostrado ser un modelo fiable, útil y con grandes resultados”.
En España, se parte desde el momento en el que se pone en servicio la carretera, atendiendo a la vialidad de los usuarios, seguridad de la circulación, realización de operaciones de conservación ordinaria, -donde el recorte en la inversión ha afectado de forma excesiva-, mantenimiento de las condiciones de circulación para que la vía sea lo más cómoda, fluida y segura posible, y uso y defensa de la carretera.
Para aplicar el modelo en su total dimensión, ACEX aboga por la eficacia, la eficiencia y la economía de la implantación y recuperación de las inversiones en conservación, lo que constituiría una expresión de responsabilidad y de optimización de la gestión pública.
El coste anual en conservación en 2017 del presupuesto del Ministerio de Fomento es de 960 millones de euros, de los que hay que descontar 300 millones que se incorporan en el coste de conservación, 200 millones que son abono de construcción y financiación y 100 millones de conservación de los 1.000 km de autovías de primera generación.
Por lo tanto, ACEX denuncia que “la inversión real que dedica el Gobierno a la conservación queda reducida a 760 millones de euros, mientras que las necesidades del presupuesto de conservación son prácticamente el doble de lo que se está destinando”.
Para ACEX, la inversión prioritaria del Ministerio de Fomento debe enfocarse a asegurar la conservación y una vez garantizada esta cuestión proceder a la planificación y ejecución de nuevas obras. No obstante, algunas administraciones autonómicas ven dificultades en la vía presupuestaria, por lo que podría debatirse el establecimiento de una viñeta temporal con el pago de una tasa anual por el uso de las infraestructuras de transportes de gran capacidad, es decir una tasa con carácter finalista para el sector de transporte (conservación de carreteras, modernización de vehículos de transporte…), procediéndose a una reconsideración de la carga impositiva que sufre la carretera (impuesto de combustibles, impuesto de circulación, matriculación), que no tiene carácter finalista y que grava al sector en su totalidad.
ACEX recuerda que se trata de un problema común en la UE donde, para Pablo Sáez, “la resolución se alcanza en la mayoría de las ocasiones vía Pacto Nacional de Infraestructuras, algo que ACEX viene solicitando desde hace años”.
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