El Plan busca mejorar la prestación de los servicios de las competencias metropolitanas, como la creación de vivienda de calidad y asequible, la situación de emergencia climática, etc.
Durante el pleno correspondiente al mes de abril, el Consejo Metropolitano ha aprobado de forma inicial el Plan de actuación metropolitano (PAM) 2024-2027, el documento que recoge los objetivos estratégicos y las actuaciones que se irán implementando y ejecutando durante el mandato. El PAM está alineado con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de Naciones Unidas y la Nueva Agenda Urbana.
El PAM se ha elaborado tomando como punto de partida el Acuerdo de Gobierno entre las fuerzas políticas que integran el Gobierno metropolitano (PSC-CP, Junts per Catalunya, En Comú Podem Confluencia y ERC-AM) y se ha elaborado bajo las orientaciones de la comisión institucional compuesta por alcaldes y alcaldesas de diferentes ámbitos funcionales del territorio metropolitano pertenecientes a distintos partidos.
El PAM 2024-2027 busca mejorar la prestación de los servicios de las competencias metropolitanas, como la creación de vivienda de calidad y asequible, la situación de emergencia climática, la creación de actividad económica y ocupación y la vertebración del territorio, especialmente en las áreas con mayores desigualdades sociales. Un reto global, presente en todos estos logros, es lograr un sistema de financiación adecuado para mantener unos servicios metropolitanos de calidad, y también para impulsar las nuevas competencias que se quieren desplegar.
Durante este mandato se quiere impulsar el Pacto metropolitano por la vivienda y también el Pacto metropolitano por la movilidad. Asimismo, se impulsarán diferentes instrumentos de planificación como el Plan director urbanístico metropolitano, el nuevo Plan metropolitano de movilidad urbana, el Plan estratégico del ciclo integral del agua, el Programa metropolitano de prevención y gestión de recursos y residuos municipales y el Plan medidas contra la contaminación del aire, entre otras.
El PAM, como concreción de la acción de gobierno del AMB, está regido por una serie de principios, de forma general:
Consolidar la construcción de una metrópolis territorialmente vertebrada y socialmente cohesionada dentro de un marco de convivencia y seguridad en el que la actividad económica sea el motor de empleo y bienestar.
Desarrollar una política pública de vivienda basada en el desarrollo de suelo, la renovación urbana y las inversiones en los barrios que permita ampliar las ofertas de vivienda asequible y de calidad.
Preservar los recursos naturales y espacios abiertos metropolitanos dentro de una estrategia para mejorar el equilibrio ecológico del territorio metropolitano y afrontar los retos derivados de la emergencia climática.
Promover la movilidad sostenible y bajas emisiones.
Desarrollar nuevas políticas a favor de la ciudadanía consolidando la estructura de la Institución.
Trabajar por conseguir un sistema de financiación estable y suficiente para prestar los servicios metropolitanos con la implementación de las figuras previstas en la Ley 31/2010 y explorar y dar impulso a nuevas fórmulas. Completar los servicios y competencias fijadas en la ley metropolitana, especialmente los correspondientes a urbanismo, transporte y movilidad.
Cooperar y concertar con otros territorios e instituciones en temas de interés común. Reforzar la presencia a nivel internacional y el compromiso en la cooperación al desarrollo.
A su vez, estos principios generales se concretan en 38 objetivos programáticos, y más allá, en proyectos concretos a realizar en las diferentes áreas de la Administración.
Todos estos objetivos y actuaciones se pueden consultar en el documento íntegro del PAM.
El acceso a la vivienda social y asequible sigue siendo un ámbito central de trabajo. Se continuará creando vivienda a través del Instituto Metropolitano de Promoción de Suelo y Gestión Patrimonial (IMPSOL), que en el plazo 2020-2024 prevé haber terminado 1.206 viviendas nuevas. También continuarán las actuaciones de rehabilitación energética del parque existente a través del Consorcio Metropolitano de la Vivienda (CMH), con el objetivo de rehabilitar 9.270 viviendas hasta junio de 2026 con el apoyo de los fondos Next Generation. Por último, también se desplegarán las diferentes promociones de vivienda de alquiler social a través de la sociedad Vivienda Metròpolis Barcelona, SA, que fue creada con el objetivo de crear 4.500 viviendas nuevas en un plazo de entre 6 y 8 años.
Otros planes, programas y proyectos de alcance metropolitano que continuarán son la Estrategia Besòs, la ejecución del Programa integral de barrios para la mejora de rentas, y la integración de diversas vías interurbanas, como la B-23, la C-31, la N-150, así como de nuevas zonas estratégicas de desarrollo, como el área de las tres chimeneas.
Otros proyectos en marcha son la gestión de las becas comedor y el transporte adaptado y la consolidación del servicio metropolitano de mantenimiento y gestión de las rondas de Barcelona.
El Protocolo de sostenibilidad para los proyectos y las obras del AMB es el instrumento que garantizará la implementación de criterios ambientales y soluciones sostenibles en las actuaciones en el espacio público los equipamientos y la vivienda que promueve el AMB.
Se trabajará para proteger y promover los sistemas naturales y los espacios libres, en base a los grandes parques naturales y periurbanos, con Collserola como ejemplo principal, los parques metropolitanos y urbanos, las playas metropolitanas, los espacios fluviales y agrarios y el delta del Llobregat, como grandes conectores de la biodiversidad del sistema
Para facilitar la relación de la ciudadanía con el AMB, el PAM también apuesta por la modernización y digitalización, y promover un gobierno abierto y accesible.
El contexto de sequía extrema exige el nivel máximo de calidad en servicio del ciclo del agua metropolitano, con el fin de reducir el consumo, conseguir fuentes de suministro alternativas y garantizar la máxima calidad de los tratamientos de depuración y regeneración del agua. Estas mejoras se articularán a través del Plan estratégico del ciclo integral del agua (PECIA).
En relación al abastecimiento de agua potable, los objetivos de mandato se centran en el establecimiento de un nuevo modelo de suministro en 8 municipios metropolitanos. Por lo que respecta al agua regenerada, las prioridades son potenciar y desarrollar proyectos dentro del ámbito del nuevo Plan director de aguas regeneradas.
En un sentido más global, el PAM concreta las nuevas inversiones tanto en instalaciones de abastecimiento de agua potable como de saneamiento. En ese caso, las actuaciones prioritarias pasan por la mejora de las infraestructuras, como plantas y colectores, que garanticen el servicio en todo el territorio.
En cuanto a la movilidad metropolitana, se mantendrá el impulso a los medios de transporte sostenibles -caminar, la bicicleta y el transporte público colectivo- y las soluciones de movilidad compartida e intermodal, tanto para personas como para mercancías, alcanzar los objetivos y metas establecidos por la Unión Europea ya nivel internacional en cuanto a descarbonización y cambio climático, y sobre salud pública.
Por lo que respecta al transporte público, se trabajará por un sistema de financiación estable y suficiente que permita una mejora continua tanto de los servicios y la descarbonización como de la fiabilidad, la accesibilidad o tarificación. La realización de la T-movilidad y el nuevo sistema tarifario también serán esenciales en esta mejora. Las redes de metro y de bus metropolitano, junto con las redes ferroviarias de cercanías, deben seguir siendo el eje vertebrador de la movilidad metropolitana. En este sentido, las mejoras y ampliaciones llegarán, por ejemplo, al Nitbus y en diferentes líneas de bus interurbano competencia del AMB. Otro aspecto esencial será la progresiva electrificación de todos estos medios de transporte.
Continuarán siendo igualmente importantes las políticas de impulso en la bicicleta, de implantación de zonas de bajas emisiones locales, de gestión homogénea del aparcamiento en el ámbito metropolitano y de fomento de la movilidad eléctrica (con la renovación de flotas de transporte público, de ampliación de la red de puntos de recarga para vehículos eléctricos o del AMBici, a partir de buscar mecanismos de colaboración público-privada).
La Ley del AMB concreta que las plenas competencias en ordenación urbanística integrada del territorio metropolitano se alcanzarán mediante la iniciativa de formulación y las aprobaciones inicial y provisional del Plan director urbanístico metropolitano (PDUM) y el Plan de ordenación urbanística metropolitano (POUMet ), así como las modificaciones posteriores.
El 21 de marzo de 2023 se aprobó inicialmente el PDUM. Se trata de un documento completo, que contiene toda la información de base necesaria, así como las propuestas concretas y la normativa urbanística asociada, con el máximo nivel de detalle establecido por la legislación. Así pues, es la hoja de ruta para los trabajos que deberá abordar esta área a partir de ahora, así como para su funcionamiento. El inicio del nuevo mandato coincide, pues, con el inminente cierre del período de información pública y recopilación de informes.
La progresiva digitalización de la cartografía de base y la aplicación de modelos BIM también forma parte de la planificación por este mandato.
El AMB dará continuidad a sus programas para anticiparse y adaptarse a los impactos del perro
nvi climático global, y extender la cultura de la sostenibilidad. También se impulsarán nuevos proyectos que se centren en la vulnerabilidad al calor y las consecuencias de la contaminación atmosférica, considerando en todo momento la salud de la población. Un buen ejemplo es la progresiva ampliación de la red de refugios climáticos del AMB, distribuidos por toda la metrópolis, que cuenta ya con más de 150 espacios.
En cuanto a la prevención y gestión de residuos, este mandato será crucial para determinar el cumplimiento de los objetivos marcados en el PREMET25. Las líneas de intervención previstas profundizan en el acompañamiento a los municipios para hacer efectivo el cambio a un modelo con identificación de usuario y adaptación de la fiscalidad municipal, para reforzar la participación de la población en la recogida selectiva.
Asimismo, se impulsará la capacidad de tratamiento de las fracciones selectivas y su financiación a través de nuevos convenios con los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) existentes y de nueva creación. Todo esto se hará en el marco de una digitalización de los datos.
En ese ámbito, las políticas metropolitanas se centran en la cohesión social y comunitaria: articulación de mecanismos para superar las desigualdades; instrumentos de cohesión territorial, dimensión socioeconómica del paro; educación, con la mirada focalizada en la formación profesional (FP), la formación no reglada y la calificación para afrontar los nuevos retos tecnológicos, económicos y sociales.
Las actuaciones se adaptarán a la evolución de los perfiles, cambio generacional y transición del conocimiento, que están transformando el entorno laboral de las ciudades. En el marco de las políticas activas de empleo, cobra una importancia creciente el análisis por tareas y roles más que por profesiones.
Como retos posteriores a la pandemia, el AMB afronta con el PAM la volatilidad de los precios, sobre todo en lo que se refiere a los bienes o medios básicos, que impacta negativamente sobre el PIB familiar. Se pondrá el foco, también, en la nueva normativa en materia de garantía alimentaria, en la pobreza energética y en el constante incremento del sinhogarismo.
En el ámbito de la competitividad y la promoción económica se priorizarán proyectos como consolidar la red metropolitana de oficinas de atención a la empresa, diseñar un modelo de fondo público-privado como instrumento acelerador para la creación y consolidación de las empresas emergentes (startups) metropolitanas, atracción de inversiones y acciones de landing empresarial y elaborar agendas para la modernización de los polígonos de actividad económica, entre otros.
En esta área, el AMB tiene una doble misión: posicionar el AMB a escala internacional e impulsar una estrategia de metrópolis digital e inteligente.
Para ello, se buscará fortalecer las relaciones internacionales, con presencia institucional en organismos y agencias internacionales; implicarse y participar en las redes de ciudades y áreas metropolitanas; compartir conocimiento con socios internacionales; y liderar y participar en proyectos con financiación europea o internacional.
El AMB mantiene el compromiso metropolitano con los derechos humanos en todo el mundo a partir de acciones como destinar el 0,7% de los ingresos propios a políticas de cooperación internacional.
El PAM también apuesta por convertir el AMB en una metrópolis digital que sea un referente internacional, y que adapte la transición digital a las necesidades y retos a los que se enfrentará el territorio metropolitano en los próximos cuatro años.
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