El proyecto convierte esta arteria del distrito en un jardín lineal de 6.500 m², integrando zonas ajardinadas, mobiliario urbano ecológico y espacios compartidos para peatones y ciclistas
Barcelona continúa dando pasos firmes hacia un modelo urbano más verde, resiliente y habitable, con la finalización del nuevo corredor verde de la calle Cristóbal de Moura, en el distrito de Sant Martí realizado por el Grupo Fábregas. Esta transformación urbanística, que culmina una de las fases clave del plan de renaturalización del centro urbano, ha convertido la vía en un jardín lineal de 6.500 m², diseñado para responder a los desafíos climáticos actuales sin renunciar a la calidad del espacio público.
El nuevo diseño prioriza el tránsito peatonal y ciclista mediante la creación de dos pasillos de hormigón de dos metros de ancho, perfectamente integrados en el entorno vegetal. Rodeando estas sendas, zonas ajardinadas con especies vegetales diversas dan vida al espacio, y a lo largo de ellas se han instalado los nuevos bancos Marina Mar, un elemento clave del mobiliario urbano sostenible que da continuidad visual y funcional al corredor.
Los bancos y sillas del modelo Marina Mar, fabricados con madera certificada, se han colocado bordeando las islas circulares de vegetación, aportando calidez, funcionalidad y confort a este renovado espacio público. Su disposición refuerza la integración paisajística del diseño, favoreciendo el uso social del espacio sin alterar su estética natural.
Junto a los bancos, el proyecto incorpora papeleras y alumbrado eficiente, elementos fundamentales para garantizar el buen uso del nuevo corredor y mantener sus estándares de sostenibilidad y accesibilidad. Todo el mobiliario ha sido concebido como parte de una estrategia de diseño urbano sostenible, que busca tanto mitigar los efectos del cambio climático como mejorar la calidad de vida de los vecinos.
La remodelación de la calle Cristóbal de Moura se enmarca en la apuesta de Barcelona por recuperar espacio para las personas, reduciendo el protagonismo del coche y creando entornos más verdes, saludables y amables. El resultado es un corredor verde pensado para el disfrute cotidiano de la ciudadanía, con espacios sombreados, zonas de descanso y tránsito amable que promueven la movilidad activa y la interacción vecinal.
Proyectos como este demuestran que es posible rediseñar las ciudades desde una perspectiva ecológica, promoviendo un urbanismo que respete el entorno y se anticipe a las condiciones climáticas futuras. El nuevo corredor de Sant Martí se suma así a una red de iniciativas que están redefiniendo el paisaje urbano barcelonés con criterios de sostenibilidad, bienestar y equidad.
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