Se podrán depositar en el contenedor marrón restos crudos y cocinados de carne, embutidos, pescado y marisco, huesos, queso, restos de huevo y sus cáscaras
La Diputación Foral de Bizkaia ha modificado el sistema de tratamiento de los residuos orgánicos para incluir la recogida de carne y pescado crudos y cocinados en el contenedor marrón a partir del próximo 1 de marzo. Esta modificación es un paso más para incrementar la recogida para reciclaje de este tipo de desechos, siguiendo los objetivos marcados y después de haber realizado diferentes pruebas y contrastes, como la desarrollada en la comarca de Lea Artibai, para garantizar los parámetros de calidad necesarios para hacer un compost de calidad. Este proceso se ha visto acompañado de la adecuación de la planta de tratamiento ya existente, Bizkaiko Konpostegia, y de la búsqueda de nuevas alternativas tecnológicas para el tratamiento, que ha resultado en las nuevas plantas de compostaje comarcales que se instalarán en los próximos meses en los municipios de Berriatua, Getxo e Igorre.
Así, a partir del 1 de marzo se podrán depositar en el contenedor marrón:
Restos de origen animal cocinados o crudos (restos de carne, embutidos, pescado y marisco, restos de huevo y sus cáscaras, huesos y queso).
Restos de origen vegetal cocinados o crudos (restos de frutas, verduras, legumbres, hortalizas, pastas y arroces, semillas).
Restos de flores y plantas, restos de la huerta, hierba y restos de poda.
Posos y filtros de café, bolsitas de infusiones, restos de pan, galletas y bollería, frutos secos y sus cáscaras, huesos de fruta y tapones de corcho natural.
Papel de cocina, servilletas y manteles de papel, hueveras de cartón y cartón ondulado sucio (todos ellos impregnados de materia orgánica).
Palillos para brochetas u otros alimentos, palos de helado y similares.
Achicoria, algas, alpiste, caramelos y golosinas, cereales, harina, mermelada.
Bolsas, envases y utensilios que sean compostables.
No podrán depositarse en el contenedor marrón:
Polvo de barrer.
Colillas y restos de cenicero.
Cenizas.
Excrementos de animales.
Arena de gatos.
Tierra y turba de macetas.
Aceite o cualquier otro líquido, independientemente de cuál sea su origen.
Pañales, compresas y tampones.
Toallitas húmedas.
Tiritas, esparadrapos, vendas, algodón, bastoncillos para los oídos.
Papel de cocina, servilletas y manteles de papel, hueveras y cartón ondulado que estén limpios, sin restos de cualquier tipo de sustancia.
Pegatinas y otros elementos adhesivos (las que vienen en las cáscaras y piel de las frutas hay que retirarlas antes de introducir los restos en el contenedor marrón).
Bolsas y envases no compostables.
Dado que la inclusión de este tipo de desechos va a traer consigo algunas modificaciones en los procesos y un incremento en el volumen de recogida, la Institución foral ha desarrollado un proceso de adaptación de la principal infraestructura de tratamiento de estos residuos, Bizkaiko Konpostegia,
Las obras realizadas para ello han aprovechado las instalaciones existentes, se han desarrollado a lo largo de todo un año y concluyeron en 2020, tras una inversión de 5,7 millones de euros. Concluidos estos trabajos de adecuación, en los últimos meses se han realizado pruebas para testar el funcionamiento de las modificaciones realizadas, con las que la planta tiene capacidad para tratar 10.400 toneladas al año de biorresiduo y una cantidad similar de residuos de poda, a través de un proceso que dura ocho semanas y que permite generar aproximadamente 12.200 toneladas de compost al año.
Bizkaiko Konpostegia cuenta ahora con una nave de recepción de 300 metros cuadrados, donde se reciben los residuos y donde, después de abrir las bolsas utilizando una máquina especialmente diseñada para ello, se realiza un triaje para separar los desechos no compostables que se hayan podido depositar por error.
También se han construido 8 túneles de fermentación, a los que se trasladan los residuos tras ese triaje inicial. Estos túneles tienen 32 metros de largo y 5,6 metros de ancho y cuentan con un sistema de riego, canaletas de succión de aire y sistema de captación de aire. Los residuos entran en ellos y permanecen en cada uno durante una semana, hasta completar la primera parte del proceso, que dura cuatro semanas.
Transcurrido ese tiempo, el contenido de los túneles se traslada a las ocho pilas de maduración que se encuentran frente a estos últimos, ocupando una superficie aproximada de 2.200 metros cuadrados. Estas pilas tienen 46,7 metros de longitud, 5 metros de anchura y 2,5 metros de altura y en cada una de ellas hay una cuneta de aireación para la inyección de aire de cara a favorecer el proceso de maduración. Las hileras se voltean una vez a la semana con una máquina volteadora especial y cuatro semanas después el material se traslada a la zona de cribado.
La zona de cribado se encuentra en la llamada nave de afino, que está dividida en varios trojes (zonas de almacenamiento) con una capacidad de 172 metros cúbicos, donde se somete el residuo a una segunda fase de maduración durante una semana más, utilizando la aireación forzada. En ese momento, el compost está listo para ser trasladado a la zona donde se almacena para, posteriormente, darle uso.
De forma paralela a la adecuación de Bizkaiko Konpostegia realizada por el Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural, la sociedad pública Garbiker inició los trámites necesarios para la puesta en marcha de tres plantas comarcales de compostaje que comenzarán a utilizarse en los próximos meses en Berriatua, Getxo e Igorre.
Estas plantas funcionarán utilizando un sistema de compostaje vertical, ya que este sistema tiene la ventaja de reducir al máximo posible las necesidades de espacio para el desarrollo del tratamiento, puede ubicarse en el exterior y su instalación no requiere de grandes obras. Este sistema es modulable, con lo que se podrá ampliar progresivamente la capacidad de las instalaciones si fuera preciso.
Con la implantación de estas plantas comarcales de compostaje se va a descentralizar la gestión de la fracción orgánica, lo que tendrá como consecuencia la reducción de los trayectos de transporte tanto de los propios residuos como del compost resultante del tratamiento. Esto aumentará la eficiencia del servicio y redundará en una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y en una mayor sostenibilidad de la recogida y tratamiento del biorresiduo.
La sociedad pública foral Garbiker ofrecerá a partir del 1 de marzo toda la información referida al tratamiento de la fracción orgánica en un nuevo apartado de su página web.
De forma paralela, Garbiker y la Diputación Foral de Bizkaia van a iniciar una campaña para dar a conocer la inclusión de restos de origen animal en la recogida de residuos orgánicos y sensibilizar a la ciudadanía acerca de los beneficios que reporta el reciclaje de este tipo de desechos.
Esta campaña se desarrollará en los medios de comunicación y también en pescaderías, carnicerías y en supermercados de diferentes cadenas con implantación en Bizkaia, que lucirán la cartelería de esta iniciativa para que la clientela de estos establecimientos conozca que a partir del 1 de marzo todos los residuos orgánicos pueden depositarse en el contenedor marrón.
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