El evento ha servido para establecer las líneas que se abordarán en la próxima edición del Foro que tendrá lugar entre los días 10 y 12 de junio de 2020
El pasado 12 de noviembre se celebró en la Universidad Camilo José Cela de Madrid el primer Laboratorio del Foro de las Ciudades de Madrid Ifema sobre gestión urbana, una sesión de temática amplia e intensa que servirá para establecer las líneas que se abordarán en la próxima edición del Foro que tendrá lugar entre los días 10 y 12 de junio de 2020.
En el encuentro, diversos especialistas en diseño y planificación urbana participaron en un debate transversal, dinámico y vivo sobre los retos que acucian a las urbes del siglo XXI, comentando lo que a su juicio deberían ser las estrategias para construir espacios habitables, complejos, sostenibles e inclusivos frente a desafíos como el aumento de población, la crisis climática o los cambios culturales a los que estamos asistiendo. Aunque estos laboratorios suelen ser espacios de reflexión a puerta cerrada con los expertos participantes, en esta ocasión el debate involucró a algunos asistentes invitados como público, que intervinieron al final de la sesión.
David Moreno, decano de la UCJC abrió el acto y recalcó que, aún cinco años después desde su primera edición, el Foro de las Ciudades continúa “generando nuevos espacios y alianzas para mejorar los espacios urbanos”. Lola González, directora del Foro de IFEMA, también puso en valor este foro que, recordó, nació en 2014 con el objetivo de favorecer el trabajo en red a lo largo del tiempo y proyectar “las buenas prácticas en relación a la gestión de la ciudad”. Lola González también comentó que “la cultura es un elemento básico en el desarrollo económico, social, en la identidad de las ciudades y en la regeneración urbana, porque favorece la inclusión social, siendo parte central de los procesos de planificación urbana, aspecto éste sobre el que se tratará en el Foro en relación al ejecultura‑sostenibilidad”.
También participaron en el evento arquitectos y urbanistas como José María Ortega, coordinador general de Desarrollo Urbano del Área de Gobierno de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid; Gonzalo Lacurcia, miembro de la oficina en España de ONU Habitat; Miguel Ángel Díaz Camacho, director del Grado en Gestión Urbana de la UCJC y presidente de la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura (ASA); Fernando Prats, urbanista y miembro del Foro Transiciones, y Jon Aguirre, socio de la oficina de innovación urbana Paisaje Transversal.
A lo largo del debate surgieron numerosas ideas sobre las líneas temáticas que deberían marcar el Foro de las Ciudades de 2020: desde cómo garantizar en la construcción de una ciudad el equilibrio territorial a la necesidad de contemplar la dimensión ambiental y de género dada la situación de emergencia ecológica y teniendo en cuenta el “cambio en las sensibilidades”, hasta cómo proteger la identidad cultural haciendo que ésta conviva con el turismo urbano en crecimiento, así como por la importancia de asumir la cultura como un derecho, “como exponente de la mejor faceta de las ciudades”, apuntó Lola González.
Se puso especial énfasis en la urgencia de situar a las personas y a la naturaleza en el centro de la planificación. “La crisis climática requiere trabajar a favor de las fuerzas de la naturaleza y no en contra, a través de la idea de resiliencia urbana”, señaló Jon Aguirre, quien habló también de una “revolución del urbanismo” en la que, considera, deben primar dos cuestiones: la integralidad y la participación ciudadana.
También Fernando Prats subrayó la importancia de la ciudadanía —término al que da prioridad frente al de “ciudad” — y la relevancia de “contar con ella en los procesos y de explicar las decisiones inevitables, para legitimizarlas. Una gran enseñanza es lo que ha pasado en Francia con los chalecos amarillos. Hacen falta leyes pero, si no hay un acuerdo entre la población, nadie va a aceptar cambios sustanciales si no los entiende”, advirtió.
Prats también hizo hincapié en la emergencia climática que amenaza especialmente al Mediterráneo, como región más vulnerable de Europa, y sugirió asimismo tratar en el Foro de junio de 2020 las consecuencias de la desterritorialización a causa de la globalización. “En España los alimentos recorren una media de 6.000 kilómetros. Nuestras ciudades están montadas en torno a la importación y exportación a largas distancias y no vamos a poder consumir la misma energía que estamos consumiendo ahora”, lamentó concluyendo que “una ciudad que ha perdido la relación con su territorio y a la que le fallan las logísticas de larga distancia resiste semanas, no más”.
José María Ortega comentó la visión del Ayuntamiento de Madrid de renaturalizar la ciudad a nivel metropolitano, con una suerte de anillo verde que se plantea con otros municipios como Getafe, Leganés o Pozuelo, y también a nivel local con un refuerzo de las infraestructuras verdes en los barrios. Ortega habló del desequilibrio territorial de la capital española. “Madrid es una ciudad muy desequilibrada en términos de renta, de espacio urbano, de dotaciones y de actividad económica”. y por eso recalcó que los distritos del sur y del este van a ser los focos de esta nueva estrategia urbana centrada en reverdecer la ciudad.
Por su parte, Gonzalo Lacurcia lamentó los efectos adversos de este desequilibrio. “Hoy contamos con el cuerpo de evidencia empírica y científica que nos habla de que el nivel de renta de los ciudadanos tiene una incidencia directa sobre la salud de las personas que habitan las ciudades”, aseguró, aunque aclaró que, afortunadamente, “hoy podemos trasladar esos hechos a nuestra práctica cotidiana para mejorar los espacios”.
Para responder a estos grandes retos, Miguel Ángel Díaz Camacho propuso incidir en los procesos. “A veces buscamos la buena práctica. Es decir, qué ciudad está haciendo qué cosa. Pero cuando piensas en los métodos que de alguna manera construyen las dinámicas te das cuenta de que, incidiendo en los procesos, podemos construir unas nuevas lógicas que incidan en la ciudad”.
Asimismo, Díaz Camacho aseveró que está habiendo un cambio en las sensibilidades. “Los modernos pensaban que la ciudad del futuro pasaba por un cambio tecnológico”, apuntó. Sin embargo, a su juicio la ciudad del futuro pasa por configurar una ética centrada en la idea de circularidad económica, ambiental y social que no necesariamente implica perder privilegios, pero para ello, “tenemos que reconfigurar nuestras contraseñas de lo que es crecer y progresar, porque tenemos que decodificar lo que ha significado hasta ahora crecer”.
Este Laboratorio es el primero de los que se celebrarán como eventos previos al Foro de las Ciudades de Madrid Ifema en junio de 2020. Próximamente se organizarán otros Laboratorios similares que tocarán aspectos urbanos como la renaturalización, la ciudad “de todos” (género, infancia, mayores…), la gestión cultural o los procesos de circularidad urbana.
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