Un caso de éxito aplicable a otras zonas de España con alta temporalidad
Las zonas con población dispersa y con alta temporalidad representan uno de los mayores retos para la modernización de la gestión de residuos en España.
Con las necesidades actuales de reciclaje es imprescindible encontrar una solución rentable también para estas zonas.
Para muchas comarcas, el turismo es una de las principales fuentes de ingreso. La población está cada vez más sensibilizada con la importancia del cuidado de nuestro entorno. Esta nueva conciencia afecta tanto a las decisiones de consumo como a la elección del destino vacacional.
Se prevé un gran aumento del turismo doméstico en todo el territorio nacional, especialmente en los espacios naturales. Esta tendencia acentúa la importancia de proporcionar a la creciente afluencia de usuarios un servicio cómodo a la vez que eficiente.
¿Cómo lograr que en una zona con poca población se pueda dar este servicio tanto para sus habitantes permanentes como para la población flotante?
Un buen ejemplo es la mejora de los servicios en las áreas recreativas de la Comunidad de Madrid, donde hasta la fecha se han instalado contenedores semi-soterrados Molok en 107 ubicaciones para las fracciones resto y envases.
Los usuarios vienen a estos lugares con bebidas y comida preparada generando mucha cantidad de residuo de envases, especialmente de plásticos que, al tardar cientos de años en descomponerse, tienden a acumularse si no se gestionan correctamente.
La gran extensión, de 8.028 km² de este territorio, en el que están repartidas las instalaciones para el disfrute de los más de 6.600.000 habitantes con los que cuenta la comunidad autónoma y de cualquier visitante, requiere de una planificación y gestión de los recursos muy eficiente que tenga en cuenta las diferencias de uso dependiendo de la época del año.
La opción elegida ha sido la instalación de contenedores semisoterrados Molok, un sistema respetuoso con el medioambiente que ofrece una gran capacidad de almacenamiento a la vez que permite que el residuo permanezca dentro del contenedor más tiempo sin generar problemas medioambientales.
Los contenedores semisoterrados Molok aprovechan el frescor natural del subsuelo, manteniendo el residuo en condiciones de constancia térmica, retrasando el proceso de descomposición y reduciendo los olores. Son completamente estancos con el subsuelo por lo que imposibilitan la filtración de lixiviados al terreno, así como la entrada de agua de lluvia al interior del contenedor. Su diseño evita la proliferación de plagas y bloquea el acceso de insectos u otros animales.
Dado que el coste de recogida supone la mayor partida dentro de la gestión de los residuos en estos espacios naturales, se han incorporado sensores volumétricos en todos los contenedores Molok instalados. Esto permite conocer el grado de llenado de los contenedores y así realizar únicamente los desplazamientos necesarios a estos lugares. Esta reducción de km recorridos se traduce en un gran ahorro económico y una disminución de emisiones de CO2.
La apariencia exterior se puede personalizar, contenedor a contenedor, permitiendo integrarse estéticamente en estos lugares sin necesidad de uso de cubrecontenedores ni paneles adicionales. Todos los materiales utilizados en la fabricación de estos contenedores son duraderos y requieren muy poco mantenimiento.
Los principales motivos para la elección de contenedores Molok son:
La problemática de la gestión de residuos en estos entornos naturales, con ubicaciones dispersas y alta temporalidad, se asemeja al existente en muchas mancomunidades de municipios con poca población.
Está demostrado que los usuarios separan mejor el residuo para su posterior reciclaje si los contenedores están cerca y si todas las fracciones están disponibles en cada uno de los puntos.
La solución es la instalación de islas de reciclaje que incluyan las cinco fracciones: Envases, vidrio, papel-cartón, biorresiduo y resto. El gasto de instalación de islas completas se compensa optimizando la frecuencia y las rutas de la recogida mediante sensores, especialmente en las fracciones de envases, vidrio y papel-cartón.
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