Las entidad encuesta a ciudadanos de 69 ciudades españolas sobre limpieza revelando que un tercio de las ciudades suspende y otro aprueba raspado las encuestas de satisfacción, lo que supone malos resultados en dos de cada tres ciudades
La limpieza urbana es un asunto que preocupa a los ciudadanos por su influencia directa en la calidad de vida. Se trata de una de los ámbitos más importantes de la gestión municipal y los ciudadanos suelen tenerla muy en cuenta cuando llegan las elecciones. Para pulsar la opinión ciudadana acerca de la limpieza urbana, OCU ha realizado encuestas periódicas de satisfacción a sus habitantes.
Los resultados no son positivos, según destaca la entidad, con respecto a la anterior encuesta de 2019, momento en que se registró un mínimo histórico. La situación está estancada, ahora la nota media se sitúa un punto más abajo: 52 de nota media frente a 53 en 2019 y dos de cada tres ciudades obtiene malos resultados: la calificación otorgada en satisfacción general no llega a 50 sobre 100 en una de cada tres ciudades, lo que supone un suspenso, y en otro tercio de ellas se queda en un aprobado raspado.
6.863 habitantes de 69 ciudades españolas han sido encuestados, tanto capitales de provincia como otros municipios importantes, a los que se les consultó sobre una docena de aspectos relacionados con la limpieza de su ciudad, se les solicitó una valoración general y se les pidió que dieran detalles sobre algunos aspectos concretos o zonas de su ciudad que consideraran más problemáticas.
En general, las grandes capitales mediterráneas y del sur con gran afluencia turística concentran las valoraciones más bajas, pero no siempre. Entre las peores destacan Palma, Alicante y Sevilla, seguidas de San Sebastián de los Reyes, Las Palmas de Gran Canaria, Barcelona y Madrid. Tres ciudades irrumpen con fuerza en este ranking negativo: Barcelona, que cae 11 puntos sobre 100 desde 2019; Sevilla, que baja 10 puntos; y Las Palmas de Gran Canaria, que pierde 7 puntos.
Entre las poblaciones con mejores calificaciones de sus vecinos, sobresalen Oviedo, Bilbao y Vigo como las ciudades más limpias de España. A la vista de estos resultados, se puede pensar que la lluvia les ayuda y es verdad que contribuye. Sin embargo, Albacete, tras una subida de 11 puntos sobre 100 frente a la anterior encuesta, consigue situarse entre las mejores sin ser una ciudad especialmente lluviosa.
Entre la docena de aspectos relacionados con la limpieza urbana que han evaluado los encuestados, las peores calificaciones se centran, una vez más, en la excesiva presencia de excrementos caninos en las aceras, en la suciedad alrededor de los contenedores, en la existencia de grafitis y en la falta de limpieza general en las zonas del extrarradio.
Y aunque es verdad que los barrios periféricos se suelen mencionar con frecuencia como zonas más sucias (Corea y Son Gotleu en Palma, las 3000 viviendas sevillanas, la Cañada Real en Madrid, El Puche en Almería, etc.), hay localidades donde se cita el centro (Alcobendas, Lérida, Segovia o Soria), algunos barrios populares y de clase media como el de Delicias en Zaragoza e incluso zonas tradicionalmente consideradas acomodadas como el Eixample barcelonés o Nervión en Sevilla.
En efecto, no todas las noticias son malas, pues los esfuerzos de ciertos consistorios parecen haber obrado efecto. Entre las ciudades que más han mejorado, destacan: Guadalajara, que progresa hasta 25 puntos; Jaén y Lugo suben 18 puntos; Ávila también ha merecido 16 puntos adicionales de sus residentes; y Alcalá de Henares aumenta en 15 puntos. Jaén, Lugo y Alcalá figuraban en 2019 en el vagón de cola y Guadalajara también bajó varios puestos en aquel sondeo, lo que parece que ha servido de acicate para mejorar y demuestra la utilidad de nuestras encuestas.
Una mayor inversión en limpieza no mejora necesariamente las valoraciones. Pamplona y Albacete, dos de las ciudades más limpias según sus vecinos, gastan 46 euros al año por residente en esta partida, frente a los más de 80 euros de Sevilla, Barcelona y Madrid. Lo que sí parece influir positivamente es la frecuencia de las tareas: cuanto mayor es la frecuencia de barrido y de baldeo declarada, mejor calificación. Los ayuntamientos pueden sacar mejores notas a fuerza de más agua y más escoba sin necesidad de maquinarias caras, sobre todo en zonas de la periferia, donde parece que no se limpia tan a menudo. Por todo ello, OCU pide a los consistorios el aumento de la frecuencia de barrido y baldeo de las calles.
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