El AMB abre al público el parque Can Bada, en Badalona, y el parque de la Riera d'en Font, en Montgat
Este mes de septiembre se han abierto dos nuevos parques en el área metropolitana de Barcelona que incrementan la diversidad de espacios públicos en este territorio y consolidan la infraestructura verde metropolitana, por lo que se consigue un equilibrio entre la preservación natural y los usos sociales de estos lugares.
Estos dos espacios públicos tienen cuatro denominadores en común: la naturalización y la mejora de la calidad ambiental, la gestión sostenible de los recursos como el agua y la energía, el aumento de la biodiversidad con un trato preferente a la vegetación y la conexión más estrecha entre el tejido urbano y los espacios verdes. Cabe destacar que la creación y la transformación de cada parque responde a los ejes principales del Avance del PDU metropolitano, aprobado el pasado 26 de marzo del 2019 por el Consejo Metropolitano.
Este parque ocupa una superficie de 8.100 m2 y forma parte de la red de parques metropolitanos (XPM). Este espacio, situado en el emplazamiento de la antigua masía de Can Bada, derribada en 2014, se encuentra en una parcela ubicada en el punto de inicio o final del corredor verde del parque del Torrent de la Fuente, y así se convierte en una zona de transición entre el sector natural del torrente de la Fuente y la trama urbana badalonesa.
La estructura del parque es el resultado de la creación de un conjunto de terrazas, conectadas entre ellas por varios recorridos que permiten superar el desnivel entre la trama urbana y el arroyo, haciendo de transición entre ambas zonas. La naturalización y la mejora paisajística del parque han sido la hoja de ruta a la hora de hacer estas obras.
Esta intervención se ha hecho con materiales permeables y con un sistema de drenaje sostenible. De este modo, el agua de lluvia sigue su ciclo natural y se puede infiltrar bien en el subsuelo, y se evita así la sobresaturación de la red urbana. En este sentido, el 90% del parque es permeable y se encuentran elementos como cunetas vegetales, balsas de retención o aliviaderos conectados a la red o en el arroyo.
Aparte de esta permeabilidad, la gestión sostenible del agua también se ha conseguido con un sistema de riego basado en el aprovechamiento de agua de un pozo existente, que se ha adecuado para poder recuperar la posibilidad del riego con agua freática.
En referencia a la vegetación, se ha hecho una clara apuesta por el aumento de especies y se han elegido plantas autóctonas o adaptadas a las condiciones climáticas de la zona y de bajos requerimientos hídricos: vegetación propia del litoral catalán en la terraza superior y vegetación de ribera en la terraza inferior. Se han plantado un total de 54 árboles nuevos (pinos y encinas en la terraza superior, y chopos, sauces y fresnos en la inferior) que dan sombra a todas las zonas del parque. Además, se han trasplantado dos palmeras y se han conservado 4 árboles de gran valor botánico (un palmito, un pino, un ciprés y un olmo). El incremento de la vegetación implica un aumento de la biodiversidad, que se complementa con la instalación de 7 cajas nido para pájaros de diferentes especies.
En cuanto a equipamientos y mobiliario, el parque dispone de una zona de juegos para todas las edades, un sector para hacer ejercicio físico, dos fuentes, dieciséis bancos de madera y diez aparcabicicletas.
El alumbrado también sigue un criterio de sostenibilidad y optimización de energía, con la instalación de tecnología LED.
Se trata de un espacio verde situado en el tramo final de la Riera d'en Font, justo antes de la desembocadura en el mar, que ofrece un espacio de recreo en contacto con la naturaleza, cercano a la playa y también al núcleo urbano.
La AMB ha tenido el encargo de transformar el entorno de la Riera d'en Font en un parque, que lo gestiona directamente el Ayuntamiento de Montgat.
La transformación ha tenido tres objetivos principales: mejorar la accesibilidad del parque, aumentar el carácter natural de este espacio verde e incrementar su uso lúdico, para que exista un equilibrio entre la preservación natural y la función social.
La mejora de la accesibilidad del parque se ha conseguido ensanchando su bocana -la zona de entrada- y eliminando las barreras visuales y arquitectónicas, tales como diferentes muros u otros elementos que fragmentaban el paisaje.
La naturalización del espacio verde se ha orientado a incrementar la calidad ambiental, potenciar el funcionamiento natural del arroyo y conseguir una integración del parque dentro de la infraestructura verde metropolitana. Para ello, la AMB ha reducido la superficie pavimentada y ha creado espacios con condiciones óptimas para el crecimiento de diferentes tipos de especies vegetales.
Estos espacios se han configurado a través de la excavación de pequeñas balsas de baja profundidad que favorecen la retención y la infiltración del agua, lo que propicia el desarrollo idóneo de las nuevas especies vegetales plantadas. Estas balsas son importantes para reducir el deslizamiento de las tierras de una pared arcillosa el lado norte del parque, que se encontraba totalmente desnuda de vegetación. Con la tierra extraída de estas balsas se han construido varias barreras naturales o motas en el margen izquierdo del arroyo reforzadas con especies vegetales adaptadas a las condiciones acuáticas, como los tamarindos y los sauces. De este modo, el arroyo tiene más anchura y gana más espacio para absorber futuras crecidas. Estas motas o barreras naturales serán cunetas verdes que infiltran el agua de la lluvia de una forma natural y sostenible.
Además, cabe destacar que el incremento de cobertura vegetal implica una disminución de la erosión del terreno y una absorción mayor del agua de la lluvia, lo que disminuye el riesgo de crecidas repentinas que provoquen inundaciones.
La integración del parque en la infraestructura verde metropolitana se ha redondeado con la creación de un prado mediterráneo de 500 m2, con una selección de especies adaptadas a la pluviometría de la zona.
Finalmente, el incremento del uso lúdico se ha llevado a cabo con la construcción de unas gradas, la instalación de una zona de juegos infantiles y la creación de una gran explanada de ocio en el que se podrán celebrar diferentes fiestas o actos cuando la situación sanitaria lo permita.
La zona de juegos infantiles, que se encuentra en la parte central del parque, cuenta con dos toboganes de diferentes alturas, una explanada de arena dedicada a los más pequeños y otros elementos lúdicos como plataformas para saltar, columpios o bañeras giratorias.
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