Un estudio de la Universidad de Cantabria avala la eficacia de esta tecnología para combatir la erosión costera por su alto nivel de efectividad, bajo coste y mínimo impacto ambiental
Personal investigador del Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria) ha ensayado por primera vez, en condiciones controladas de laboratorio, el efecto que tiene arar mecánicamente la zona intermareal de una playa, con el fin de poder plantear esta técnica para combatir la erosión costera y aportar a su recuperación tras los temporales, respetando la naturaleza.
Esta investigación, que ha sido desarrollada en el marco del proyecto Beach-ART, financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad de España, ha dado pie a la publicación del artículo “Working with nature to enhance beach accretion: Laboratory experiments of beach ploughing”, en la revista Coastal Engineering, escrito por los investigadores Erica Pellón, Íñigo Aniel-Quiroga, Mauricio González, Raúl Medina y César Vidal.
"Disponer de una playa ancha es fundamental para quienes habitan en las zonas costeras, porque les ofrece mayor protección para enfrentar la posibilidad de erosión e inundaciones y una gran oportunidad para el turismo”, recuerda la investigadora Erica Pellón. “No obstante, con los temporales de invierno suele disminuir el volumen de arena en las playas (se erosionan), al punto de que algunas incluso llegan a desaparecer, aunque tienden a recuperarse con el tiempo”, señala.
La costa afectada se podría regenerar de forma natural, pero a un ritmo lento, lo que impediría garantizar la completa recuperación de las playas antes del verano. Para acelerar este proceso, es necesario recurrir a la aplicación de técnicas de recuperación asistida, como el “arado de playa”, cuya eficiencia ha sido probada en el canal de oleaje-corriente-tsunami (COCoTsu) de IHCantabria. “Se ha simulado la arena, marea y oleaje de una playa del Cantábrico, verificando que el “arado” permite acelerar la recuperación de la playa y aumentar su ancho”, explica la científica.
Esta técnica que consiste en el uso de un tractor que crea surcos, cuando baja la marea debe repetirse a diario, durante la primavera, hasta obtener el ancho de playa deseado
Por su alto nivel de efectividad, su bajo coste y su mínimo impacto ambiental, esta técnica podría constituirse como una herramienta innovadora, económica y coherente con el desarrollo sostenible. Su uso podría contribuir positivamente en la gestión de las costas, para acondicionar las playas antes del verano y de forma respetuosa con el medioambiente.
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