Un estudio estima que la implementación de las 503 supermanzanas previstas inicialmente reduciría los niveles anuales de contaminación atmosférica un 24%
Si el proyecto de las “supermanzanas” se aplicara en su totalidad, la ciudad de Barcelona podría evitar cada año 667 muertes prematuras, la mayoría debido a la disminución de los niveles de contaminación atmosférica (NO2), seguido de la reducción del ruido del tráfico y de la mitigación de los efectos de la isla de calor. Son algunas de las conclusiones de un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) publicado en Environment International.
El modelo de “supermanzanas” se desarrolló con el objetivo de recuperar espacio público para la ciudadanía y poner solución a los altos niveles de contaminación del aire y la falta de espacios verdes en Barcelona. El concepto fue creado por BCNecologia, que dirige Salvador Rueda, y la propuesta inicial era crear 503 supermanzanas repartidas equitativamente por toda la ciudad. Hasta la fecha, los distritos en los que se han desplegado actuaciones diversas de reurbanización en el ámbito del proyecto de las “supermanzanas” son Poblenou, Sant Antoni, Horta, Gràcia, Les Corts y Sants.
El estudio publicado ahora, que ha contado con la colaboración de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) y de BCNecologia, es el primero que realiza una estimación de los impactos en salud de este proyecto de intervención urbana y de transporte. Siguiendo la metodología propia de un estudio de impacto en salud (HIA, por sus siglas en inglés), el equipo científico realizó un cálculo estadístico para cuantificar los cambios que la creación de las 503 “supermanzanas” produciría en los niveles de contaminación atmosférica (NO2), ruido procedente del tráfico, actividad física, superficie de espacios verdes y temperaturas de la ciudad. Posteriormente, combinaron las evidencias científicas disponibles sobre la relación entre cada uno de estos cinco factores y la mortalidad con los datos actuales de exposición a cada uno de ellos y de muertes por causas naturales en Barcelona.
Beneficios para la salud
Las estimaciones resultantes indican que el proyecto original de las “supermanzanas” podría prevenir 667 muertes prematuras al año, aumentar la esperanza de vida en casi 200 días de media por persona y permitir un ahorro económico anual de 1,7 mil millones de euros. Los beneficios más notables para la salud provendrían de la reducción de los niveles de contaminación del aire –291 muertes prematuras evitables anuales–, seguido del ruido del tráfico y la mitigación de los efectos de la isla de calor –163 y 117 muertes prematuras prevenidas, respectivamente.
Con la implementación del proyecto en su integridad, los niveles medios anuales de contaminación atmosférica por NO2 se reducirían un 24% —de los 47 ug/m3 actuales se pasaría 36 ug/m3, cumpliendo así con las recomendaciones de la OMS de un máximo de 40 ug/m3— y los niveles de ruido de tráfico disminuirían un 5,4% —de 54 db a 51 db. Asimismo, el transporte privado motorizado se reduciría considerablemente y, de los casi 1.190.000 viajes que se producen cada día entre semana en la actualidad, se estima que cerca de 230.000 se pasarían a realizar en transporte público y activo (en bicicleta y/o a pie). El estudio estima que este cambio en los modos de transporte supondría un aumento en la actividad física que resultaría en 36 muertes prematuras evitadas.
En cuanto a espacios verdes, pese a no contar con los datos suficientes para cuantificar los beneficios en toda la ciudad, sí se estimó que solo en el Eixample el incremento de vegetación esperado permitiría evitar 60 muertes prevenibles al año. Los espacios verdes son de especial importancia para la salud urbana, sobre todo en lugares como Barcelona, con una gran densidad de población, una escasez general de espacio y en un contexto de crisis climática.
Mensaje de salud pública
“Hay que tener en cuenta que los datos que presentamos son solo estimaciones y que la metodología empleada cuenta con limitaciones, por lo que los resultados deben ser tomados con cautela. Más allá de las cifras concretas, lo que este estudio demuestra es que las intervenciones de planificación urbana y del transporte, como las supermanzanas, tienen implicaciones importantes para la salud pública”, explica Natalie Mueller, primera autora del estudio e investigadora de ISGlobal.
“Nuestras estimaciones ofrecen un ejemplo de lo que se podría conseguir adoptando un nuevo modelo urbano que priorice el enfoque de salud y que permita reducir de manera significativa las exposiciones perjudiciales a las que nos somete el modelo actual”, destaca Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio y director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal. “No obstante, cabe subrayar que para que la distribución de los beneficios en salud sea completa y equitativa, las supermanzanas se deberían aplicar de forma consistente en toda la ciudad”, añade.
De la misma manera, Mark Nieuwenhuijsen considera que “para aplicar las supermanzanas a escala municipal y maximizar sus beneficios para la salud hay que trabajar en la mejora de la red de transporte público del área metropolitana de Barcelona, sobre todo para reducir los viajes que se producen cada día de entrada y salida de la ciudad, así como seguir ampliando y mejorando la red de carriles bici”.
“Barcelona necesita de las “supermanzanas” junto con intervenciones complementarias para mejorar la calidad del aire, promover la actividad física y hacer frente a la crisis climática. Es necesario un cambio de paradigma urgente: pasar una planificación urbana centrada en el automóvil hacia una nueva que sitúe las personas en el centro”, concluye Natalie Mueller.
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