Los residuos de envases tienen en La Rioja una nueva aplicación: convertirse en mobiliario urbano sostenible.
Gracias a un acuerdo entre el Gobierno de La Rioja y Ecoembes, los ayuntamientos que adquieran equipamiento y mobiliario urbano fabricado con material reciclado, como por ejemplo bancos, papeleras, aparcamientos para bicis, vallas o cerramientos para contenedores, obtendrán unas ayudas de un máximo 6.000 euros. Este incentivo pretende que los ayuntamientos apuesten por los productos elaborados a partir de material reciclado, y así cerrar el círculo que empieza cuando el ciudadano deposita sus envases usados en el contenedor amarillo y que termina con un producto elaborado a partir de este material.
Zicla, una empresa de innovación en productos reciclados, lo tiene muy claro: sólo se acaba de reciclar cuando se compran productos reciclados. Y es que dar una nueva vida a los envases que cada día depositamos en los contenedores amarillos es fundamental para preservar nuestro medioambiente. En Zicla desarrollan tanto mobiliario urbano como elementos de jardinería, acústica, pavimentos, tableros y equipamiento para el tráfico como reductores de velocidad o plataformas para autobuses. Y todo con materiales reciclados.
En cuanto al acuerdo en La Rioja, el director general de Calidad Ambiental, José María Infante, explicó en la presentación que se trata de promocionar los materiales reciclados fabricados a partir del plástico que se recoge en los contenedores amarillos. El objetivo, según Infante, es “no sólo mejorar la gestión de los residuos y fomentar el uso de materiales reciclados, sino también impulsar la actividad y el empleo del sector del reciclaje”. De hecho, en La Rioja operan dos empresas de reciclado de plástico, ubicadas en Pradejón y Alfaro. También se pretende con esta iniciativa, “contribuir a la lucha contra el cambio climático, teniendo en cuenta las peculiaridades de las pequeñas y medianas empresas de La Rioja”, añadió Infante.
Los riojanos son muy buenos recicladores, ya que en 2012, últimas cifras cerradas, cada ciudadano depositó una media de 14,2 kilos de envases ligeros en el contenedor amarillo y 23,4 kilos de envases de papel y cartón en el contenedor azul, afirma Silvia Ayerbe, directora de Desarrollo de Convenios de Ecoembes. Todos estos kilos sumaron más de 12.000 toneladas de envases recuperados para su reciclaje.
Y con tantas toneladas se pueden fabricar muchos bancos, papeleras, aparcamientos para bicis, jardineras, alcorques y vallas de mobiliario urbano, con lo que el gesto diario de cada ciudadano al depositar un envase en el contenedor amarillo, tiene un resultado palpable en la fisionomía de la ciudad.
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