Las obras de la tercera fase de reurbanización del paseo Ramón y Cajal, que se han desarrollado desde la confluencia de la citada vía con el Coso Bajo y la plaza Santo Domingo hasta la calle Camila Gracia, ya han finalizado; transformando por completo la fisionomía de esta importante vía de la ciudad.
El alcalde de Huesca, Luis Felipe, ha remarcado que Ramón y Cajal “ahora sí que es un paseo, porque antes mantenía la fisionomía de una carretera nacional. Con la reurbanización que se ha acometido en los últimos años, que ha supuesto una inversión total de 5 millones de euros, gana el peatón y también ganan los vecinos de la zona, porque se han llevado a cabo actuaciones muy importantes que no se ven como son mejoras en las redes de alcantarillado, abastecimiento, etc.”.
Por su parte la concejala de Urbanismo, María Rodrigo, ha remarcado que ha sido “una obra compleja” con la que se ha actuado en más de 13.000 metros cuadrados y en una superficie de 300 metros de longitud y 42 metros de ancho.
“Hemos logrado una transformación absoluta y hemos llevado a cabo una urbanización novedosa. Hemos cambiado luminarias, se ha instalado más mobiliario urbano, hay nuevas zonas de juegos infantiles, también se ha construido un carril bici y las aceras han pasado de 1,8 metros a una media de 7 metros, que en algunos tramos llega a los 14 metros”, ha detallado Rodrigo.
Las redes de alcantarillado y suministro de agua, ha continuado la concejal, “se han modificado y actualizado. En la zona había tuberías muy antiguas que necesitaban ser renovadas y se han añadido además redes para telecomunicaciones”.
Además, se ha aumentado en más de 50 ejemplares el número de árboles del paseo y las dos rotondas que hay en este último tramo de obras actúan también como tanques de tormentas para evitar avenidas de aguas.
En cuanto al quiosco que existía en el paseo, “se mantiene y se integra dentro de la nueva urbanización. Es más nuevo y novedoso y se podrá disfrutar de él próximamente”, ha avanzado la concejala, que también ha dejado claro que la obra “está finalizada, aunque aún se pueden ver vallas porque quedan algunos detalles por terminar”.
Todos los oscenses ya pueden disfrutar de un paseo innovador, que apuesta por el peatón y que está adaptado a las nuevas formas de movilidad.
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