Urbanismo

Uno de los retos más importantes y prioritarios en nuestra sociedad es alcanzar una inclusividad efectiva en nuestros puntos de encuentro comunitarios. El foco y la atención en la proyección de nuevos parques y jardines recae en facilitar el acceso y el disfrute para todos. Mediante los apoyos necesarios, cualquier persona podrá compartir el mismo tipo de actividades que las demás, con independencia de sus capacidades. A esto se le denomina ocio inclusivo, y requiere de las adaptaciones adecuadas. 

La igualdad de oportunidades es un principio y un derecho, y el reto de nuestra sociedad es el de materializar el valor que recogen las leyes y otros textos fundamentales. Pero ¿qué implica diseñar un parque inclusivo? El objetivo principal es el de acoger y trasladar la diversidad de capacidades físicas, psicológicas y sociales de los más pequeños en el espacio lúdico y que puedan participar activamente en el juego. 

La inclusión entendida desde una perspectiva completa debe abarcar la amplitud de capacidades de los más pequeños y por ello es fundamental comprender las raíces de las necesidades especiales de cada niño. 

Esta figura refleja la evolución del planteamiento del proceso de integración en cuatro etapas: EXCLUSIÓN, donde individuos con capacidades diversas están completamente apartados del grupo principal; SEGREGACIÓN, con un grupo separado del principal sin interacción entre ambos; INTEGRACIÓN, donde personas comparten el espacio, pero no participan plenamente de la actividad conjunta; e INCLUSIÓN, donde existe una convivencia completa y activa entre todos los integrantes. Esta filosofía debería guiar cada uno de los proyectos y productos a futuro, asegurando que la experiencia inolvidable del área de juego sea para todos. 

La diversidad de necesidades en la integración es muy variada, atendiendo a las capacidades físicas, sociales y mentales. Es por ello, que el diseño de los productos van de la mano de una necesidad o capacidad específica. Un buen ejemplo de esta premisa es el Cozy Cocoon, un refugio tranquilo para momentos de descanso y relax, muy apreciado por niños con espectro autista. También Hags integra los usuarios con movilidad o visibilidad reducida en el Spinmee, un carrusel accesible que permite a los niños experimentar la emoción del giro, ayudando a desarrollar su equilibrio y coordinación. Sus casitas de juego estimulan la creatividad y la interacción social, mientras que las rampas accesibles y puntos transferencia (escaleras de fácil acceso) garantizan que los multijuegos de Hags sean accesibles para todos, independientemente de sus capacidades motrices. Además, los paneles lúdicos y musicales cuentan con un valor añadido combinando aprendizaje y diversión, estimulando los sentidos y fomentando habilidades cognitivas y sociales, ayudando así a niños con discapacidades como Síndrome de Down o dificultades de aprendizaje. También cuentan con la Mesa Mate, una estructura diseñada para jugar con arena y agua, ideal para los pequeños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), ya que fomenta su creatividad y proporciona una experiencia sensorial que les ayuda a concentrarse y relajarse.

En la infancia el juego es fundamental para que florezcan la conciencia individual y de pertenencia a un grupo, pero además es una poderosa herramienta para el aprendizaje, dar rienda suelta a la creatividad y ejercitar el movimiento. Gracias a estos elementos garantizamos que todos los niños accedan al juego más adecuado a sus capacidades y necesidades. 

A lo largo de más de siete décadas, los profesionales de Hags se han especializado en hacer realidad espacios ideales para que los niños se diviertan alimentando su curiosidad, desafiando sus propias energías y ejerciendo su independencia en entornos amables, acogedores y seguros. La Agencia Europea para las Necesidades Educativas Especiales y la Inclusión señala que, desde la perspectiva de la inclusión, cada niño es único. En efecto, nadie es igual que nadie y este es el mejor acicate para comprometernos en construir una comunidad más cohesionada y feliz, en la que todas las personas se sientan auténticamente representadas, protegidas y apreciadas.