Hags pone los avances técnicos y los criterios de seguridad, calidad y diseño único al servicio de la sostenibilidad seleccionando todos los componentes y con una planificación detallada de la fabricación de las piezas
En 1948 Hags emprendió su aventura empresarial con una premisa fundamental; contribuir al bienestar de las personas sin agotar los recursos ni causar un daño irreparable al medio ambiente. Esta inquietud, que no ha sido siempre relevante en la agenda pública de las organizaciones y en las actitudes individuales, está, sin embargo, en el ADN de esta compañía, que hoy logra transformar en energía el 14% de las materias primas que emplea en sus fábricas. El empeño por dar una nueva vida a los materiales se mide en cifras muy representativas; el 61% de las sustancias orgánicas y el 20% de los metales que destina a los procesos de producción se reciclan. Reparar, reemplazar y reutilizar son principios fundamentales en la hoja de ruta de la multinacional sueca. Y esto la convierte en pionera, en un mundo que, al fin, ya no puede concebir por más tiempo la conciencia ecológica como un exotismo ajeno a la modernidad, sino como su actor principal.
Hags pone los avances técnicos y los criterios de seguridad, calidad y diseño único al servicio de este objetivo, mediante una selección cuidadosa de todos los componentes y una planificación detallada de la fabricación de las piezas. Elementos sólidos, como el pino sueco con certificado FSC, y resistentes, como el acero, son la sustancia principal de sus bellos equipamientos y estructuras, presentes en multitud de espacios urbanos de todo el planeta.
Los equipamientos de Hags contribuyen a crear espacios que fomentan valores esenciales para la convivencia ciudadana, como la inclusividad o el desarrollo intelectual y emocional de las personas.
Las ciudades son un gran medidor del giro de guion que impulsan las necesidades climáticas en el siglo XXI. Según la ONU, casi tres cuartas partes de la población mundial vivirán en urbes en el horizonte de 2050. Por lo tanto, es imprescindible planificar espacios inclusivos y ambientalmente eficientes, para garantizar que sigan siendo habitables. Se trata de la llamada renaturalización para compensar la huella ambiental de otras actividades. Crear entornos donde la naturaleza y las personas interactúen es esencial para lograr ciudades sostenibles y es uno de los objetivos globales de Naciones Unidas. En este 2024, la sostenibilidad, que está en las raíces de Hags, será un requisito inexcusable en el ámbito de los negocios.
Pero, además, no hay que perder de vista cuál es el concepto central de ciudad, esta “gran casa” donde el individuo tiene la oportunidad de desarrollar su naturaleza social, como la definieron los primeros humanistas. Desde entonces, se ha pensado mucho en cómo articular espacios de encuentro óptimos, que encajen en un entorno sin degradarlo y que cumplan esta función socializadora. Al escoger cualquiera de los equipamientos de Hags también estamos contribuyendo a crear un espacio que fomenta valores esenciales para la convivencia ciudadana, como la inclusividad o el desarrollo intelectual y emocional de las personas. Sus parques e instalaciones son verdaderos oasis que cultivan el descanso y facilitan la interacción humana en unas condiciones de confort largamente probadas por la experiencia de sus propios usuarios. No en vano, en Hags llevan 75 años diseñando espacios de ensueño para continuar, como reza su lema, “inspirando a todas las generaciones”.
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