¿Te has planteado alguna vez cuánto tiempo tardas cuando vas caminando a un lugar debido a factores como los semáforos, los pasos de cebra o ciertas barreras arquitectónicas? Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha desarrollado un estudio que utiliza el análisis de Sistemas de Información Geográfica (SIG) para favorecer la movilidad peatonal en las ciudades.
“Las nuevas configuraciones urbanas han dado protagonismo a la movilidad motorizada fragmentando la movilidad de los peatones”, explican los autores, investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Natural de la UPM y que también forman parte de TRANSyT, el Centro de Investigación del Transporte de esta universidad.
“En sus desplazamientos cotidianos las personas se enfrentan a una serie de barreras, como semáforos y pasos de cebra, que retardan sus desplazamientos, pudiendo suponer retrasos importantes en el cómputo total del viaje”, añaden.
Los desplazamientos a pie dentro de las ciudades son una pieza fundamental para mantener la cohesión social y la sostenibilidad de las ciudades. Por ello, en los últimos años la movilidad peatonal se ha comenzado a tener en cuenta en la planificación de nuevas configuraciones urbanas. Sin embargo, aún son muchas las barreras que hay que eliminar hasta conseguir que los peatones puedan desplazarse con una mayor fluidez por las calles. Diseñar una metodología útil para identificar corredores peatonales prioritarios y evaluar los efectos que tendrían nuevas configuraciones urbanas que den prioridad a la movilidad peatonal, al menos en ciertas zonas, es el objetivo del estudio en el que han participado los investigadores de la UPM.
Como parte de su trabajo, los expertos desarrollaron un método que integra el análisis de redes con SIG y el empleo de densidades Kernel (utilizadas comúnmente para designar corredores ecológicos). La metodología fue aplicada en Vitoria-Gasteiz, una ciudad que en los últimos años ha realizado un importante esfuerzo en los últimos años para respaldar y promocionar los modos de transporte sostenibles.
Mediante el estudio de desplazamientos reales obtenidos de una encuesta de movilidad, se comprobó que la existencia de barreras peatonales suponía un aumento global de los tiempos de viaje a pie de en torno a un 12%. Con esos datos, se analizó cuáles eran las calles con mayores flujos peatonales y se propusieron una serie de corredores empleando metodologías desarrolladas en ecología. Se evaluaron los desplazamientos de los viandantes con la nueva configuración urbana y como resultado se vio que la implementación de dichos corredores podría reducir estos porcentajes entre un 4-5%.
“Nuestra investigación permitió comprobar que modificando tan solo el 1,5% de la red viaria urbana que ocuparían los corredores peatonales se podría conseguir en torno a un 6 -7 % de mejora en los tiempos de viaje, algo muy significativo”, explican los autores.
Para los investigadores de la UPM, la importancia de este trabajo radica en la sencillez a la hora de aplicar la metodología propuesta, en que puede trasladarse a cualquier ciudad y en el hecho de que no sólo aporta una mejora de los tiempos de viaje de los desplazamientos a pie, sino que su uso también podría traducirse en un incremento global de la movilidad peatonal en las ciudades, con la reducción de atascos y contaminación que ello supondría.
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