Las primeras unidades se implantan en Escañuela, en el marco del proyecto de economía baja en carbono que se desarrolla en 29 municipios menores de 20.000 habitantes
El diputado de Agricultura, Ganadería, Medio Ambiente y Cambio Climático, Pedro Bruno, y el alcalde de Escañuela, Francisco Javier Sabalete, han visitado el colegio José Yanguas Messía de esta localidad, donde se van a implantar dos calderas de biomasa que suponen el arranque de las actuaciones que la Diputación va a llevar a cabo con el objetivo de mejorar la eficiencia energética y fomentar las energías renovables en la provincia. “Hemos comenzado la instalación de las 52 calderas de biomasa que se han acogido al Programa Operativo de Crecimiento Sostenible, ese proyecto de economía baja en carbono al que la Administración provincial se presentó en colaboración con los ayuntamientos de la provincia menores de 20.000 habitantes y que gestiona el Ministerio de Transición Ecológica”, según ha explicado el diputado tras su visita a Escañuela, uno de los 29 municipios que se beneficiarán de estas subvenciones que superan los 3,5 millones de euros.
“Se trata de un proyecto al que presentamos 36 expedientes con un importe total cercano a los 25 millones de euros, y que ha recibido el máximo de subvención por parte de la Unión Europea, el 80%, mientras el 20% restante será aportado con fondos de la Diputación Provincial y los ayuntamientos participantes en orden inversamente proporcional al número de sus habitantes”, apostilla Pedro Bruno. Ya hace unos días se comenzó con la sustitución del alumbrado público en los municipios jiennenses acogidos a esta iniciativa y ahora se procede a ejecutar estas instalaciones, que permitirán reducir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera así como reducir el gasto energético en edificios y servicios municipales.
Estas calderas son consideradas las más ecológicas del mercado, ya que utilizan como fuente de energía combustibles naturales y de recursos locales como los pellets de madera, huesos de aceituna, residuos forestales o cáscaras de frutos secos, lo que facilita un gran ahorro económico en combustible y un beneficio ecológico, con la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Mediante esta iniciativa la Diputación pretende favorecer el ahorro energético y la reducción de emisiones a través de las instalaciones de calefacción y agua caliente de los edificios, principalmente centros de enseñanza, sustituyendo las calderas que utilizan combustibles fósiles, como el gasoil, por calderas de biomasa, dejando de lanzar a la atmósfera más de 2.300 toneladas de dióxido de carbono. “En definitiva, se trata de promover actuaciones y proyectos que fomenten la eficiencia energética y la reducción de consumos de energía en instalaciones y edificios, contribuyendo de esta manera al desarrollo de un modelo sostenible en nuestras zonas rurales”, subraya Pedro Bruno.
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