Existe un gran número de beneficios en el juego. Si además se puede jugar al aire libre y en compañía, las ventajas son aún mayores. ¡Os enseñamos algunos ejemplos!
El parque infantil es un lugar de reencuentro y un sitio para conocer nuevos compañeros de juego. Los niños aprenden a socializarse con otros niños, a convivir, ponerse de acuerdo, compartir y participar. Los adultos que les acompañan al parque conocen otras personas con las que compartir experiencias y es un sitio idóneo para conversar e intercambiar opiniones.
¡Jugando se crean lazos! Se estrechan relaciones entre abuelos y nietos, padres e hijos, hermanos y otros niños que suelen jugar ahí.
En la infancia el niño se forma una idea de sí mismo, de los roles y aprende a desenvolverse en su entorno. Jugar en un parque infantil les hace explorar una perspectiva distinta. Fomenta el desarrollo de autocontrol y el manejo de las emociones: aprenden a regular lo que sienten.
¡Dejar volar su imaginación! Los niños encuentran en el juego la despreocupación propia de su edad. Se olvidan de todo lo que hay a su alrededor y se “pierden” en el juego. Al jugar desconectan de posibles despreocupaciones por lo que reduce el estrés y la ansiedad. El juego libre tal y como lo encontramos en un parque infantil hace desarrollar plenamente su creatividad.
Los niños encuentran en el juego algo positivo, restaurador y relajante porque hacen algo que les gusta. Se crean momentos de alegría, y, junto con otros factores, se crean niños felices. Con juegos de rol, los niños aprenden a actuar adecuadamente, pueden probar maneras de expresarse y reconocerán diferentes reacciones. Se generan recuerdos positivos, los cuales son fundamentales para la autoestima y confianza en sí mismos y en otros. El juego aporta seguridad al niño.
El parque infantil estimula a los niños y los saca de la inactividad, les activa. El área de juegos hace que los niños se pongan a jugar y moverse. Un parque infantil junto a un patio de colegio es el lugar idóneo donde los niños desarrollan sus capacidades físicas: fuerza, velocidad, coordinación, equilibrio, agilidad… ¡Moverse y jugar es la mejor manera para mantenerse saludable!
Además el juego incrementa la capacidad de atención y concentración. El tiempo que los niños dedican al juego activo en el parque es un tiempo que no invierten en el entretenimiento pasivo con pantallas.
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