El proyecto de investigación de la ASPB pone de manifiesto los beneficios ambientales y la mejora en la calidad de vida de los vecinos y las vecinas de las supermanzanas de Barcelona y de las personas que lo utilizan
La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) ha evaluado con diferentes estudios observacionales, cuantitativos y cualitativos el potencial impacto en la salud y en sus determinantes de las supermanzanas implantadas en Poblenou, San Antonio y Huerta, en el marco del proyecto Salud en las Calles. La evaluación muestra efectos positivos en la salud con una mejora de la calidad de vida en los vecinos y vecinas y en las personas que hacen uso de las supermanzanas. En general se percibe una ganancia en bienestar, tranquilidad, calidad del sueño, reducción del ruido, reducción de la contaminación y aumento de la interacción social y de la movilidad activa. En cuanto a los beneficios ambientales, se constata una bajada significativa de los niveles de contaminación en la Supermanzana de San Antonio después de su implantación.
Según la evidencia científica la mayoría de los efectos mencionados pueden contribuir a prevenir trastornos de salud crónicos, entre ellos las enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, cáncer, enfermedades respiratorias, depresión y ansiedad, así como una mejora en las relaciones sociales. Por lo tanto, aunque por la duración y extensión de las intervenciones no se puedan detectar cambios en la salud en este sentido, el estudio hecho por la ASPB concluye que estas medidas tienen un impacto en el bienestar de los vecinas y vecinas y tienen también un gran potencial de impacto positivo en la salud de la población si se implantan de manera extensiva.
Para hacer la evaluación, la ASPB ha formado un equipo multidisciplinar de profesionales de diversos ámbitos de la salud pública. Se han utilizado diferentes métodos de estudio observacionales, cuantitativos y cualitativos, antes y después de las intervenciones realizadas en la ciudad por el Ayuntamiento de Barcelona. Concretamente se han hecho medidas ambientales de calidad del aire y de ruido, encuestas, medidas de actividad física, grupos de discusión y guerrillas etnográficas. Se han aplicado diferentes metodologías según el momento en que se encontraba la implementación de la intervención en cada zona.
En el proyecto Salud en las Calles la ASPB también han colaborado equipos de investigación de la Universidad de Vic, ISGLOBAL y de la Dirección de Servicios de Género y Políticas del Tiempo del Ayuntamiento de Barcelona. La evaluación ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y de la Alianza Para Ciudades Saludables (Partnership for Healthy Cities), una iniciativa de Bloomberg Philantropies en partenariado con la Organización Mundial de la Salud y Vital Strategies.
La iniciativa supermanzanas se impulsó en el marco de la medida de gobierno "Llenamos de vida las calles" como estrategia para mejorar la habitabilidad del espacio público, avanzar en la movilidad sostenible, aumentar y mejorar el verde urbano y la diversidad , y promover la participación y las relaciones sociales de proximidad en entornos pacificados y más seguros. Después de actuaciones en espacios relativamente pequeños, como Poblenou, Horta o San Antonio, ahora el Ayuntamiento de Barcelona ha dado un salto de escala en la implantación del proyecto supermanzanas, convirtiéndolo en un modelo de transformación del espacio público de toda la ciudad.
En la Supermanzana de San Antonio, la ASPB ha hecho una evaluación cuantitativa de los niveles de contaminación, antes y después de su puesta en marcha, un estudio cualitativo para valorar el uso del espacio, la contaminación del aire y acústica y la salud y el bienestar con observación del espacio y entrevistas a pie de calle (guerrillas etnográficas), así como un estudio observacional para medir la actividad física.
Para evaluar la calidad del aire, la ASPB midió las concentraciones de los contaminantes atmosféricos NO2 y PM10 en el cruce de las calles Comte Borrell y Tamarit en 2017 antes del inicio de las obras y en 2018 una vez finalizadas. La evaluación muestra un descenso de un 25% en los niveles de NO2 (- 14,6 g/m3) y de un 17% en los niveles de las partículas PM 10 (- 4,1μg/m3), respecto del período anterior a la intervención.
Para el estudio cualitativo se hicieron 3 guerrillas etnográficas (equipos de personas encuestadoras a pie de calle) de unas 5 horas en diferentes momentos del día y diferentes días de la semana en la que participaron 74 personas en 45 entrevistas. Por otra parte, para comprender cómo las personas hacen actividad física (AF) en entornos permanentes (por ejemplo, parques o supermanzanas) o temporales (por ejemplo, espacios de acceso público) se usó el Sistema de Observación del Juego y la Recreación en las Comunidades (SOPARC). Dos personas entrenadas hicieron observaciones 5 semanas espaciadas durante todo un año.
La Supermanzana se valora de manera muy positiva. Todas las personas entrevistadas le dieron una puntuación de entre 8 y 10. Se percibe más tranquilidad, seguridad y satisfacción, más descanso y más socialización. Las personas entrevistadas también manifiestan que la reducción de coches ha disminuido el ruido y la contaminación. Algunas personas con criaturas, sin embargo, manifiestan una falsa sensación de seguridad relacionada con el todavía frecuente de vehículos.
La utilización del espacio se mantuvo superior a las 900 personas por hora en la Supermanzana durante el transcurso del estudio. Respecto al uso y la actividad física, las familias y las personas mayores son las que más la utilizan y los usos son diversos y en general activos (hacer compras, pasear, sentarse, jugar, hacer ejercicio, etc.). Sólo el 2% de las mujeres observadas y el 6% de los hombres hacían una actividad vigorosa. El 94% y el 89%, respectivamente, estaban caminando.
En la Supermanzana del barrio de Horta la ASPB ha hecho una evaluación cuantitativa de los niveles de contaminación y una encuesta de salud que respondieron más de 800 personas antes (primavera 2018) y después (verano 2020) de su puesta en marcha. También se han hecho encuestas a pie de calle para valorar el uso del espacio, la contaminación del aire y acústica, y el bienestar y se han medido los factores que promueven la actividad física.
Según la evaluación de la calidad del aire, globalmente, los niveles de NO2 y de partículas se mantienen bajos y no han variado con la intervención.
Según los resultados de la encuesta de salud el 45% de las mujeres y el 56% de los hombres considera que el bienestar ha aumentado en las calles intervenidos. El 60% de las mujeres y el 66% de los hombres consideran que la comodidad para caminar ha aumentado y el 68% de mujeres y 74% de hombres valoran que ha mejorado la accesibilidad para los cochecitos.
En cuanto a la movilidad ha mejorado, especialmente en la intervención de Chapí-Feliu Codina donde se utiliza toda la calzada para caminar y se ha mejorado el acceso para personas con movilidad reducida. Por otra parte, en las encuestas a pie de calle se muestran que esta intervención favorece la estancia y la conversación en la calle.
En la Supermanzana del Poblenou, la ASPB ha llevado a cabo un estudio cualitativo, con 6 grupos de discusión con diferentes perfiles (adultos con y sin menores a cargo, personas trabajadoras de la zona, personas mayores, alumnado de tercero de ESO de un instituto de la zona y un grupo exclusivamente de mujeres) con un total de 49 participantes. Se evaluó el uso del espacio público y la movilidad, la contaminación del aire y acústica, la salud general y el bienestar, la salud mental y el contexto social.
La valoración general de la intervención es positiva. En general todos los grupos indicaban de manera consensuada que la intervención ha provocado una reducción del número de vehículos motorizados y que esto ha implicado una mejora de la calidad del aire, y una reducción de la contaminación tan ambiental como acústica. En cuanto al uso del espacio y la movilidad, las familias con niños y las personas trabajadoras son las que más la utilizan. Se percibe una mejora en la movilidad por esta reducción de vehículos motorizados, en el interior de la Supermanzana, aunque preocupa el posible impacto en las calles de los alrededores.
El grupo de personas adultas sin menores a cargo informa de un ambiente más relajado y de una disminución del estrés. En el caso del grupo de personas trabajadoras consideran que los espacios de picnic podrían favorecer que la gente se llevara la comida de casa y por tanto suponer una mejora en la dieta. Además, se refiere a que el espacio de la Supermanzana facilita poder caminar y que aporta tranquilidad y, por tanto, beneficia la salud mental. Las personas participantes en los grupos de discusión consideran que el espacio facilita la interacción entre vecinos y vecinas, favoreciendo así las relaciones y las redes sociales. Algunas mujeres mencionan esta zona como una zona desierta y perciben una cierta inseguridad, mientras que otros perciben todo lo contrario por ser un espacio abierto.
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