Es la próxima actuación que llevará a cabo el Ayuntamiento de Logroño enmarcada en la estrategia “Logroño calles abiertas”
Logroño adapta sus calles de forma progresiva para requilibrar el reparto del espacio público y facilitar la distancia interpersonal; el turno, como ya se avanzó el lunes, es ahora para la calle Vara de Rey “que avanzará hacia una movilidad sostenible, segura y saludable”, tal y como ha indicado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, Jaime Caballero, quien ha anunciado que desde hoy estará disponible en la web del Ayuntamiento de Logroño el documento íntegro de la estrategia “Logroño calles abiertas”, cuyas líneas presentó el alcalde Pablo Hermoso de Mendoza hace unos días.
“Son muchas las actuaciones que se realizarán durante los próximos meses, ante la probabilidad de que tengamos que convivir con el riesgo de contagio aún un cierto tiempo, pero también con la seguridad y la confianza de que son actuaciones que favorecen una movilidad más segura y saludable, menos ruidosa y contaminante”, ha afirmado.
A lo largo de los 470 metros de Vara de Rey viven algo menos de 1.800 personas, en unas 1.100 viviendas. Se trata de una zona densa en población, pero no más que muchas otras zonas del centro de nuestra ciudad. Además, a pie de calle abunda la actividad comercial, con presencia de locales de todo tipo: desde supermercados a pequeñas tiendas de alimentación, desde tiendas de calzado hasta concesionarios de vehículos, desde bares hasta sucursales bancarias.
Toda esta densidad de población y actividad comercial se añade al carácter de vial principal de conexión Norte-Sur de la ciudad, es el camino más directo desde el centro de la ciudad hasta las urbanizaciones del Sur y el propio municipio de Lardero. Unos 20.000 vehículos circulaban por esta vía cada día antes de la pandemia, sumando los dos sentidos. De igual forma, varias líneas de autobús urbano recorren esta vía.
La superficie de la calle está repartida de forma ventajosa para los coches, que ocupan más del 70% del espacio, y dejan el resto para peatones, contenedores, arbolado, mobiliario urbano y otros elementos. Las aceras tienen una anchura inferior a 3 metros en la mayor parte de la calle y hacen difícil mantener la distancia interpersonal entre los peatones que circulan por ellas.
Por otra parte, dispone de unos carriles de circulación amplios que favorecen la velocidad, con el consiguiente peligro de accidentes y la mayor contaminación y ruido. También es habitual el problema de la doble fila que, en la práctica, inhabilita el carril derecho de circulación.
Es notable la lejanía entre los pasos peatonales que permiten cambiar de acera, sobre todo en el tramo entre Gran Vía y Pérez Galdós, que convierten a Vara de Rey en una barrera peatonal especialmente complicada de atravesar para las personas con problemas de movilidad. “Frente a esta situación, y en aplicación de la estrategia “Logroño Calles Abiertas”, realizaremos una actuación rápida, con soluciones provisionales a base de pintura y elementos ligeros”, ha anunciado Jaime Caballero, que pretende cumplir un triple objetivo:
- En primer lugar, se ampliará el espacio para los peatones y se ganará la banda de aparcamiento que existe actualmente para llegar cerca de los 5 metros de anchura, se eliminarán 37 plazas de aparcamiento en todo el tramo pero siempre se mantendrán las 6 plazas de movilidad reducida y se ampliarán las zonas de carga y descarga actualmente existentes.
- En segundo lugar, se creará un carril de circulación exclusivo para autobuses y bicicletas en cada sentido, con la intención clara y expresa de impulsar estos dos medios de transporte como principal forma de comunicación Norte-Sur. “Evidentemente tendrán plena eficacia cuando se logren completar más tramos de este eje norte-sur, pero sin duda será un avance desde ya para la movilidad por estos dos medios, que tendrán la oportunidad de disfrutar de un espacio reservado”, ha aclarado Jaime Caballero.
- En tercer lugar, reducir la velocidad de la circulación a través del estrechamiento de los carriles de circulación motorizada y la creación de un trazado sinuoso con suave curvatura que obliga al conductor a aumentar la atención y reducir la velocidad, favoreciendo la seguridad de todos los usuarios de la vía. Los numerosos contenedores, áreas de carga y descarga, plazas de movilidad reducida y otros elementos se dispondrán en la actuación sobre una banda adicional que se va alternando a un lado y otro de la calle, provocando un sutil cambio de dirección. De esta forma la anchura de la acera no sufre disminuciones puntuales por estos elementos.
Se tendrá en cuenta la accesibilidad de las paradas de autobús, que se mantienen todas en sus emplazamientos actuales, y se procurará la creación de rampas provisionales para resolver los bordillos con el nuevo espacio peatonal.
Las actuaciones comenzarán la próxima semana con la colocación de vallas para la retirada por parte de sus propietarios de los vehículos aparcados en la calle y se realizarán con rapidez, dado que se basa en intervenciones sencillas de pintura y colocación de bolardos, sin necesidad de obras de envergadura.
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