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Medio Ambiente


Las diez actuaciones con las que Madrid compensa los daños en el arbolado por Filomena

Hasta antes de Filomena el patrimonio arbóreo de conservación municipal ascendía a 1.740.000 ejemplares con una importante misión: captar contaminación, almacenar carbono y producir oxígeno

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El impacto beneficioso que los espacios verdes aportan al medio ambiente urbano y al bienestar físico y psicológico de sus habitantes es múltiple y de gran valor: salud y bienestar, captación de agua, sumidero de carbono y partículas contaminantes, regulación térmica, mitigación del efecto isla de calor y un largo etcétera.

Por cada copo que caía por Filomena, las ramas y copas de nuestros árboles sufrían. La bonita estampa blanca se convirtió en hielo y sobre sus troncos se apilaban kilos y kilos de peso. Símbolos de la ciudad como el ahuehuete del Retiro se mantenían estoicamente en pie, pero otros 800.000 resultaron afectados en diferentes grados. 80.000 ejemplares de los 1.740.000 censados antes de Filomena, cayeron, han sido o tendrán que ser talados. El 4,6 % del total.

 

Informe científico del Consejo Asesor del Arbolado

Para paliar este daño, los servicios de Conservación del Arbolado del Ayuntamiento de Madrid cuentan con una nueva herramienta que marca la senda para incrementar el número de árboles en la capital, su seguridad y adaptación a la ciudad. Se trata del informe científico final del Consejo Asesor del Arbolado, un órgano creado tras el pleno del mes de febrero para orientar científicamente al Gobierno municipal en materia de protección, conservación y mejora del arbolado.

De este modo a la experiencia y el conocimiento de los servicios de conservación del Ayuntamiento de Madrid se ha sumado el órgano colegiado, científico y de carácter investigador. Compuesto por siete expertos en ingeniería agrónoma, forestal y montes o arquitectura paisajística han marcado el camino para impulsar la protección y mejorar la gestión del arbolado de la ciudad.

Este documento destaca la labor de mantenimiento municipal sobre las zonas verdes, si bien señala que deben articularse “nuevas herramientas y protocolos que permitan actuar y adaptarse de manera rápida y eficaz ante eventos” como Filomena con el fin de evitar que los efectos “sean de gran magnitud”.

Todos los planes de arbolado a medio y largo plazo y los nuevos contratos relacionados con las zonas verdes utilizarán una nueva guía bautizada como ‘Plan de Recuperación del Arbolado del Ayuntamiento de Madrid’. Porque Madrid, una de las ciudades con más árboles de Europa, quiere seguir liderando ese ranking.

  1. La mayor campaña de plantación de la historia de la ciudad. Se plantarán 100.000 ejemplares, de los que 60.000 pertenecen a proyectos de plantación forestal

  2. Ni un alcorque sin árbol. Se situarán nuevos árboles en los 20.000 alcorques vacíos de la capital

  3. La tecnología al servicio de la naturaleza. Uso de una nueva aplicación que combinará las variables del lugar de la plantación con las posibles especies candidatas. No hay una única receta universal en la naturaleza, pero sí una selección adecuada para cada emplazamiento y sus variables: dimensión, factores climáticos, resiliencia a plagas y enfermedades, criterios patrimoniales, culturales, medioambientales… Con Filomena los árboles más afectados fueros pinos, coníferas y frondosas perennes, pero eso no quiere decir que haya que expulsarlos de la ciudad porque son especies que captan contaminantes durante todo el año, no solo en invierno, secuestran CO2, regulan térmicamente las ciudades, y ofrecen cobijo para especies de fauna y microfauna.  Y tampoco sería óptimo centrarse en especies autóctonas ya que cuanto mayor número en la selección, más se contribuye a la biodiversidad y se promueve un envejecimiento secuenciado del conjunto. Una adecuada selección permitirá reducir las podas.

  4. El actual Protocolo de actuación en El Retiro ante situaciones adversas se extenderá al resto de parques históricos, una medida que permitirá realizar labores de inspección más exhaustivas sobre el arbolado tras producirse fenómenos climatológicos extremos como fuertes vientos, heladas, sequía o altas temperaturas.

  5. Madrid también incorporará nuevas prestaciones sobre el arbolado viario en los futuros pliegos del Servicio de Revisión y Vigilancia del arbolado (SERVER) relacionadas con protocolos ante situaciones meteorológicas adversas relacionadas con viento y nieve.

  6. Implementará planes directores para la gestión de los parques históricos y singulares.

  7. Optimización de los servicios ecosistémicos. El patrimonio arbóreo de la capital actúa como sumidero de carbono, retiene partículas contaminantes y agua de lluvia y mitiga el efecto de isla de calor. Se estima que la masa verde madrileña capta 206 toneladas de contaminación, almacena 143.972 toneladas de carbono y produce 23.793 toneladas de oxígeno. Evita escorrentías y contribuye al ahorro energético.  Pero Madrid tiene todavía recorrido y por ello el Consejo sugiere confeccionar pliegos específicos de condiciones, adecuándolos a los programas de actuación y a su complejidad técnica. Y así se llevará a cabo: porque todas las recomendaciones del informe se recogerán como obligatorias en los planes de gestión de los nuevos contratos de conservación, mantenimiento y limpieza de las zonas verdes. El nuevo servicio, que entrará en vigor este verano, prevé que las nuevas plantaciones que se ejecuten se lleven a cabo con un arbolado de mayor diámetro para aumentar los servicios ecosistémicos y mejorar la imagen del viario.

  1. Corredores ecológicos a lo largo de las infraestructuras artificiales que tiene la ciudad y las carreteras y reequilibrar la distribución de las zonas verdes y parques en los barrios, sobre todo en el interior de la M-30.

  2. Plan de Fomento de la Biodiversidad Urbana, actualmente en elaboración, se configurará como el instrumento de gestión y transformación del concepto de ‘zona verde’ a ‘espacio ecológico urbano’.

  3. Metodología específica que permita la valoración global de los ecosistemas verdes urbanos para conocer y poner en valor la contribución del arbolado y las zonas verdes al bienestar y al desarrollo económico y social.


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