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Los barrios más humildes de Barcelona cuentan con más zonas verdes

Este dato se extrae de un nuevo estudio del CREAF que impulsa a mejorar el conocimiento y realizar una planificación urbana sostenible

Los barrios más humildes de Barcelona cuentan con más zonas verdes
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CREAF


16/05/2023

Un estudio liderado por el CREAF y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), y publicado en la revista Landscape & Urban Planning, demuestra que los barrios de Barcelona con rentas per cápita más bajas tienen más verde urbano, porque tienen más árboles en los espacios públicos y con un número similar de especias si los comparamos con los de rentas más altas. Esto se debe a que los barrios menos adinerados y más densamente poblados tienen rotondas y plazas floridas, árboles en las calles, alcorques, pequeños espacios ajardinados que compensan la falta de grandes infraestructuras verdes que sí existen en los barrios acomodados.

Por otra parte, los datos también demuestran que los barrios de Barcelona con mayor esperanza de vida tienen más árboles y de más especies distintas , poniendo de manifiesto que un mejor acceso a la naturaleza puede estar relacionado con mejor salud humana. "Habrá que hacer más investigación para determinar si es una causa directa, como se ha encontrado en otras ciudades", avisa Padullés. Y es que un creciente número de investigaciones muestra que el acceso a los espacios verdes tiene numerosos beneficios para la salud mental y física, la cohesión social y la calidad de vida en general. Estos beneficios suelen estar relacionados con que los espacios verdes urbanos reducen los niveles de estrés, promueven la actividad física, mejoran los climas locales y reducen la contaminación del aire.

En consecuencia, los resultados obtenidos permiten establecer un ranking de los barrios que más se están reverdiendo en Barcelona (¡y los que menos!). Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, La Guineueta y el Poble Sec – Parque de Montjuïc son los barrios con más diversidad de árboles . Por el contrario, Sants-Badal, Can Peguera y la Clota son los de menor variedad. En cuanto a número de árboles, Horta, Poble Sec – Parque de Montjuïc y Pedralbes ocupan las posiciones altas del ranking, mientras que Vallvidrera, Tibidado y Les Planes, Vallbona y la Clota se llevan las más bajas.

 

Para llevar a cabo este estudio el CREAF y la UAB han analizado casi 230.000 árboles de todos los barrios de la ciudad y los ha relacionado con factores socioeconómicos como la edad, la renta per cápita y la esperanza de vida. Además, se han tenido en cuenta sólo los espacios públicos de la ciudad 

 

 

La diversidad está en la calle

El estudio, que también ha contado con la participación del investigador del CREAF y catedrático de la UAB Javier Retana, muestra que este verde no se distribuye de forma uniforme: la mayoría de árboles de la ciudad se encuentran en las calles (67 %), seguidos de lejos por el arbolado de zona (18%) –el de plazas, rotondas, plazas, etc.– y los parques (15%). En cuanto a la diversidad, en promedio, las calles también tienen una mayor riqueza de especies arbóreas que los parques de los barrios. El motivo, como es sabido, es que muchos parques tienden a zonas de monocultivo de césped o grandes plantaciones de la misma especie de árbol por razones estéticas. Esta investigación anima a buscar conjuntos de árboles más diversos para ofrecer una gama de servicios ambientales más amplia.

 

 

 

Barcelona tiene unos 7 m2 de espacio verde por habitante, un dato bajo en comparación con otras ciudades, pero que se compensa con la alta densidad de árboles en las calles (100 árboles de calle por cada 1.000 habitantes aprox.). Los autores advierten que la falta de espacio y la forma compacta de las ciudades puede limitar que aumente el verde urbano. Por eso, transformar la red de calles, por ejemplo, reduciendo el número de carriles de tráfico privados, puede abrir nuevas oportunidades para aumentar la plantación de árboles y sus beneficios.

 

Una mujer circula como patinete eléctrico por el carril bici de la avenida Meridiana.  Foto: Laura Guerrero.

 

“Este estudio es un ejemplo de los esfuerzos necesarios para comprender la complejidad de los ecosistemas urbanos y su relación con los habitantes. Hay que seguir investigando para mejorar el conocimiento y realizar una planificación urbana sostenible y un diseño de espacios verdes que promuevan una distribución más equitativa. Según nuestros resultados, las personas encargadas de esta planificación y responsables políticos no deberían asumir que el aumento de la cubierta arbórea o de los espacios verdes comportará siempre un aumento de los niveles de ingresos por sí solo. En lugar de ello, deben adoptar un enfoque más específico y abordar las barreras que impiden que determinados grupos sociales accedan a los árboles y espacios verdes”, concluye Padullés.


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