La mejora de la calidad del agua y la protección de la fauna son claves para garantizar la biodiversidad
Este invierno y principios de primavera se está llevando a cabo el vaciado, la limpieza y el relleno de las grandes láminas de agua de los parques metropolitanos, que ahora ya se encuentran en la fase final. Una vez que el Plan de sequía ha vuelto a la fase inicial de alerta y la pluviometría ha mejorado, el equipo de parques del AMB ha revisado y valorado el estado de las láminas de agua (aspecto, calidad del agua y condiciones de vida de la fauna existente). Se considera necesario llevar a cabo estas tareas para garantizar su calidad durante la época estival —los meses más delicados debido al aumento de temperaturas—, y favorecer el estado óptimo de la vida acuática.
Estas tareas de vaciado se realizan durante los meses de invierno para evitar intervenir en época de nidificación de aves acuáticas y en época de reproducción de especies protegidas, como algunos anfibios, minimizando así el impacto en la fauna silvestre.
El Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha llevado a cabo el vaciado y la renovación de los lagos de los siguientes parques:
Este plan de vaciado y renovación, que comenzó el pasado mes de octubre y finalizará esta primavera, incluye las siguientes tareas:
Vaciado del agua del lago: Se utilizan bombas de aspiración y mangueras para extraer el agua y, cuando es posible, se aprovecha para regar las plantas del parque. Esta tarea es más o menos compleja en función de la calidad del agua y la presencia de sólidos en suspensión y lodo acumulado en el fondo.
La red de parques metropolitanos de Barcelona (XPM), formada por 52 parques distribuidos en 34 municipios, dispone de un gran número de elementos de agua como lagos de grandes dimensiones, canales, balsas o estanques. Estas estructuras han sufrido restricciones con la activación del Plan de sequía (activado en octubre de 2021).
La entrada en fase de alerta del Plan de sequía —el 22 de noviembre de 2022— implicó la prohibición del llenado total o parcial de los lagos, excepto aquellos que eran elementos de apoyo vital para la vida acuática. Con base en estos requisitos, el AMB detuvo el llenado de balsas y canales de agua donde no había presencia de fauna acuática y mantuvo el nivel imprescindible en las balsas con fauna acuática asociada, siguiendo este criterio a lo largo de la fase de excepcionalidad.
Con la entrada en fase de emergencia del decreto de sequía (2 de febrero de 2024), solo se podían llenar las láminas de agua que acogieran fauna en peligro de extinción o fauna destinada a la recuperación de especies autóctonas.
Durante este largo episodio de sequía, el AMB ha estado recogiendo regularmente datos de parámetros clave para la supervivencia de la fauna acuática y ha mantenido los lagos con el consumo mínimo de agua. Paralelamente, se intensificaron las tareas de limpieza de la superficie y los perímetros para evitar la acumulación de materia orgánica (hojas, tierra, comida facilitada por los usuarios, etc.), que puede empeorar la calidad del agua y la subsistencia de la fauna acuática.
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