Urbanismo

El Lowline es un proyecto para utilizar la tecnología solar innovadora para iluminar una antigua estacion de tranvía en el Lower East Side de Nueva York. Su visión es un parque subterráneo impresionante, ofreciendo un hermoso respiro y una atracción cultural en uno de los ambientes más densos del mundo.

La ubicación propuesta es la del antiguo Puente de Williamsburg, justo debajo de Delancey Street en el Lower East Side de Manhattan. El sitio fue inaugurado en 1908 para los pasajeros del tranvía, pero no se ha utilizado desde 1948, cuando se suspendió el servicio de tranvía. A pesar de seis décadas de abandono, el espacio aún conserva algunas características increíbles, como restos de adoquines, vías del tren y techos abovedados. 

Diseñado por James Ramsey de Raad Studio, la tecnología solar propuesta consiste en la creación de una "claraboya a distancia." En este enfoque, la luz del sol pasa a través de un protector de vidrio por encima del colector parabólico, y se refleja he incide en un punto focal dirigido bajo tierra. Esta tecnología transmitiría las longitudes de onda de la luz necesarias para apoyar la fotosíntesis, lo que las plantas y los árboles necesitan para crecer. Durante los períodos de luz solar, no sería necesario electricidad para iluminar el espacio. En septiembre de 2012, el equipo Lowline construyó un prototipo a escala completa de la tecnología en un almacén abandonado en el Lower East Side, para el "Imaginando el Lowline" exposiciones. La exposición atrajo a miles de visitantes, y medios de comunicación.

La idea es utilizar la tecnología para mejorar la vida de los habitantes de la ciudad, mediante la creación de más espacios verdes. El Lowline pretende construir un nuevo tipo de espacio público que pone de relieve los elementos históricos de una antigua estación de tranvía al tiempo que introduce la tecnología solar y el diseño, lo que permite que las plantas y los árboles crezcan bajo tierra.

Para explorar su visión con mayor detalle, se encargó un estudio preliminar de planificación. El estudio concluyó que el Lowline no era sólo técnicamente factible, sino que también mejorará en gran medida la economía local y el centro de tránsito adyacente. Una vez construido, el Lowline sería un espacio cultural dinámico, con una amplia diversidad de programación para la comunidad y las actividades juveniles.