Elaborar una hoja de ruta antes de 2020 para alcanzar la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2050, con un objetivo intermedio en 2030. Este es el fin del compromiso del C40 al que la ciudad de Madrid se ha adherido durante la celebración en Barcelona de la Jornada “Las ciudades cumpliendo con su parte de trabajo” y con el que se quiere conseguir el cumplimiento del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.
La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha sido la encargada de entregar este compromiso firmado por la alcaldesa que la ciudad de Madrid tiene previsto alcanzar en 2019. “Declaramos así nuestra firme voluntad de desarrollar un hoja de ruta de acción climática para la ciudad de Madrid y a convertirla en uno de los ejes principales de la política municipal”, ha declarado Sabanés, quien ha recordado que Madrid ya ha iniciado este camino con el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático aprobado el pasado año.
Con la firma de hoy Madrid también se compromete a demostrar cómo se adaptará y será más resiliente frente a los efectos climáticos, a describir los beneficios sociales, económicos y ambientales derivados de la implementación de esta estrategia y a describir como la ciudad va a alcanzar este objetivo haciendo uso de sus capacidades, recursos y aliados.
Inés Sabanés, además, ha participado en la sesión “Cómo las acciones en calidad del aire conducen a ciudades más verdes, saludable y prósperas” en la que ha explicado el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático y ha defendido Madrid Central, una de las medidas incluidas en el Plan, “como catalizador para la necesaria transición del conjunto de la ciudad hacia un modelo de movilidad de bajas emisiones”.
“El Plan A es mucho más que Madrid Central. Sus actuaciones prioritarias tienen un carácter estructural y se enfocan sobre la red viaria y el espacio público para reducir la intensidad del tráfico privado de vehículos motorizados y para promocionar el transporte público y los modos activos de movilidad”, ha señalado. La política de aparcamientos con criterios de calidad del aire, la mayor eficiencia e innovación tecnológica en sectores claves del parque móvil, y la promoción de la movilidad eléctrica y compartida son otros de los objetivos del Plan A, que además se están analizando con la colaboración del C40.
El papel de los gobiernos locales
Para la delegada de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid las políticas de calidad del aire y cambio climático deben abordarse de forma conjunta por todas las administraciones y organismos implicados, y con un papel principal de los gobiernos locales. “Los gobierno locales tenemos que estar no solo representados, sino con una activa participación en los foros y organismos donde se decide el marco regulatorio y las políticas de movilidad del futuro”.
No tiene sentido, en opinión de Sabanés, que las ciudades, donde se producen los principales impactos de la movilidad sobre la salud y la transformación de hábitos de utilización de medios de transporte y de las tecnologías, queden relegadas a un papel de observador. “Para ello es fundamental trabajar juntos, compartir las experiencias y los resultados y poder llegar con una sola voz a los centros de decisión.
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