Se trata de una herramienta práctica, no vinculante y flexible para que administraciones públicas y equipos técnicos entendiendan las características y valores de los paisajes fluviales en distintas actuaciones
La Cátedra UNESCO de Paisajes Culturales y Patrimonio de la Universidad del País Vasco y el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco han editado la segunda "Guía de buenas prácticas en materia de paisaje", centrada esta vez en los ámbitos urbanos fluviales. La guía se presenta como una herramienta que, con un sentido práctico, pretende facilitar las labores de administraciones y equipos técnicos a la hora de afrontar actuaciones de regeneración, revitalización y naturalización de espacios urbanos en contacto con el sistema fluvial.
Desde los primeros asentamientos humanos ligados a los ríos y a la presencia del agua como recurso, muchas márgenes fluviales se han ido transformando para dar soporte al desarrollo urbano y a la actividad sociocultural y económica. Eso ha derivado en pueblos y ciudades con paseos y espacios públicos en los bordes de los ríos, muy frecuentados y valorados por la población; pero, paralelamente, también ha supuesto la ocupación e impermeabilización del propio espacio del río, más allá del cauce. Como consecuencia, se han alterado las dinámicas ecológicas del sistema fluvial, generando grandes problemas de inundabilidad, cuyo impacto, y riesgo, se acentúa en un contexto de cambio climático.
“La conformación urbanística en todo el País Vasco, especialmente en la vertiente Cantábrica, se ha dado en torno a los cauces fluviales, adaptándose a las condiciones morfológicas de cada cuenca y determinando asentamientos en las riberas fluviales, las llanuras de inundación o los fondos de valle. Gran parte de los más de 2 millones de habitantes de la CAPV se ubican territorialmente en las márgenes de nuestros ríos y arroyos; siendo sus cauces, un eje vertebrador fundamental de los pueblos y ciudades de la Comunidad Autónoma. Eso ha hecho que no se pueda concebir la ciudad sin el río, ni el río sin la ciudad”, detallan los investigadores.
Con el objetivo de desarrollar un instrumento que ayude a encaminar unas actuaciones paisajísticas análogas a nivel territorial, pero afines a escalas de proximidad, surgen las ‘Guías de buenas prácticas en materia de paisaje’ elaboradas por la Cátedra UNESCO de Paisajes Culturales y Patrimonio de la Universidad del País Vasco, bajo la dirección técnica del Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes de Gobierno Vasco. La segunda de la serie, la ‘Guía de buenas prácticas en materia de paisaje. Espacios urbanos fluviales’, ha sido concebida como una herramienta útil que, desde un enfoque práctico, facilite la labor de las administraciones públicas y equipos técnicos a la hora de afrontar las diferentes actuaciones de regeneración y naturalización en torno a los espacios urbanos en contacto con el sistema fluvial.
Ante esa compleja realidad territorial, los diferentes instrumentos y estrategias de planificación tienen un papel fundamental en la ordenación y la gestión de esos ámbitos, en tanto en cuanto constituyen herramientas que buscan el equilibrio entre la mitigación del riesgo de inundación, la mejora medioambiental, la puesta en valor del paisaje fluvial y la oportunidad de establecer usos compatibles con las dinámicas fluviales. En ese sentido, “el trabajo de investigación de la guía parte de entender esos ámbitos urbano-fluviales como espacios de oportunidad capaces de hacer frente a los desafíos climáticos y de contribuir a lograr entornos urbanos más resilientes y sostenibles que garanticen la calidad de vida y el bienestar de las personas”, destaca el grupo investigador. Para ello, el equipo de trabajo multidisciplinar ha abordado la investigación con un enfoque integral sobre los paisajes fluviales que contempla todos los factores característicos (la fachada fluvial como estructura urbana, el patrimonio material e inmaterial como legado, la inundabilidad como factor de riesgo y el río como corredor de vida), que están indisolublemente unidos.
Cuando hablamos de paisaje urbano fluvial, se deben tratar los tres planos que componen un único campo de trabajo: la estructura urbana del borde del río, la inundabilidad como factor de riesgo y el río como corredor de vida. En ese sentido, el patrimonio cultural presente en las fachadas fluviales constituye un valor esencial en la configuración del paisaje urbano fluvial y, por lo tanto, debe ser tenido en cuenta como un activo de primer orden que contribuya al desarrollo sostenible de esas áreas.
La nueva publicación es el resultado de una investigación sobre una muestra representativa de espacios fluviales urbanos y rurales del País Vasco. Se ha realizado un diagnóstico y valoración del estado actual y de las intervenciones llevadas a cabo, destacando las actuaciones exitosas y aportando posibles mejoras. La obra está estructurada en tres apartados principales.
La primera parte sirve de presentación e introducción de la temática, donde se desarrolla una breve contextualización de los procesos de desarrollo urbanístico en los bordes de los ríos y se hace hincapié en el papel clave de la ordenación y planificación territorial e hidráulica en la transformación de esos ámbitos. Asimismo, ese apartado presenta los objetivos de la guía y propone una metodología para el análisis y la diagnosis de los paisajes urbanos fluviales.
El estudio selecciona modelos de actuación en paisajes fluviales del País Vasco
En el segundo apartado se encuentra el grueso práctico del trabajo. En él se recoge el estudio pormenorizado de los casos prácticos, ubicados todos dentro del territorio de la Comunidad Autónoma del País Vasco, y que han sido seleccionados en representación de toda la diversidad de casuísticas y paisajes fluviales que se dan en dicho territorio. Ese capítulo incluye unas acciones de buenas prácticas a destacar, así como unas propuestas de mejora paisajística.
Finalmente, el tercer apartado reúne una serie de consideraciones generales y específicas que, a modo de conclusiones y recomendaciones, pretenden servir de pautas para poder afrontar las problemáticas asociadas a esos espacios desde una mirada integral.
En términos generales, las obras de restauración fluvial llevadas a cabo para hacer frente a los riesgos por inundación, además de contemplar los aspectos hidráulicos e ingenieriles de obras de gran calibre, también han reparado en aspectos relacionados con los usos limítrofes y requerimientos sociales para reconvertir los paisajes urbanos fluviales en ejes de ordenación y consolidación de la trama urbana. En ese sentido, destaca su aprovechamiento para el uso social y la regeneración medioambiental.
La puesta en valor de la fachada fluvial ha originado que el río, en muchas ocasiones tratado como un enemigo de los entornos habitados por la peligrosidad que subyace de la alta probabilidad de inundación, haya pasado de ser un elemento infravalorado y mal tratado, relegado a las partes traseras de las edificaciones, a ser un elemento estructural que dota de un carácter propio al lugar y que ha revalorizado el paisaje urbano, consiguiendo que los pueblos y ciudades den la cara al río y viertan la mirada sobre él.
La regeneración y revalorización del paisaje urbano en los entornos fluviales también ha traído consigo la mejora de la calidad del paisaje del agua. Eso ha permitido recuperar funciones tradicionales del río como infraestructura verde, como vía de comunicación o travesía para el deporte y ocio, pero especialmente ha favorecido el incremento de una serie de servicios ecosistémicos, naturales y culturales muy significativos que ha tenido su traslado en la mejora del bienestar y salud de las personas que viven y conviven en esos entornos.
Además, la consolidación del eje fluvial a escala supramunicipal como elemento ordenador y activador de la movilidad peatonal y ciclista, e integrador de la infraestructura socioeconómica y cultural, es una apuesta segura que fortalece el carácter territorial propio del río e impulsa el desarrollo de actividades e intercambio de capitales. Para ello, es imprescindible establecer el diálogo y la coordinación con las administraciones locales colindantes y la implementación de medidas y acciones que repercutan en la amplificación de los efectos del corredor socioecológico.
La información más relevante del sector directamente en tu correo.
Suscribirme