Se pretende diagnosticar el estado actual de las infraestructuras verdes y drenajes sostenibles de la ciudad, elaborar los indicadores y objetivos del plan y definir las nuevas infraestructuras
La Junta de Gobierno Local ha aprobado la licitación del contrato para la redacción de un Plan de Infraestructura Verde y Drenaje Sostenible de Pamplona. Este plan se enmarca dentro del proyecto Runa 2025, financiado con fondos europeos Next Generation EU, a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) del Gobierno de España. El presupuesto de licitación del plan es de 102.850 euros y deberá estar concluido en el plazo de un año.
Se trata de diagnosticar el estado actual de las infraestructuras verdes y drenajes sostenibles de la ciudad, elaborar los indicadores y objetivos del plan y definir las nuevas infraestructuras incluso cartográficamente y con detalle a nivel de proyecto o anteproyecto de 20 tipos de infraestructuras verdes (IV) y sistemas de drenaje urbano (SUD). La licitación se corresponde con dos líneas de trabajo descritas en el proyecto Runa 2025, que se aúnan en un solo contrato, ya que los objetivos de ambas son coincidentes.
En concreto se trata, por un lado, de la acción A1 para la elaboración de un plan de infraestructura verde y azul de Pamplona que incorpore criterios de adaptación de cambio climático y las soluciones basadas en la naturaleza e incluirlo de forma integral en la planificación municipal; y por otros de la acción A2 que busca definir una estrategia de drenaje urbano sostenible para aumentar la permeabilidad del suelo, que incluya un análisis de necesidades, una guía con recomendaciones de diseño o protocolos de mantenimiento, formación y seguimiento.
El proyecto RUNA 2025 ha obtenido 2,7 millones de euros en la convocatoria de ayudas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea - Next Generation EU. Todas las actuaciones previstas en el proyecto están incluidas dentro del Modelo de Planificación Fluvial de los ríos de Pamplona diseñado por el Ayuntamiento e incluido en la Agenda Urbana Pamplona 2030.
Este Plan de Infraestructura Verde y Drenaje Urbano Sostenible se presenta como una necesidad para analizar el estado actual de esas infraestructuras, partiendo del análisis de la documentación escrita y gráfica publicada a nivel regional y municipal o de la realidad del espacio verde actual. El ámbito del trabajo es todo el término municipal de Pamplona.
En la fase de diagnóstico se analizará la infraestructura verde y azul, forestal y agrícola, vías verdes, tanto públicas como privadas de uso público o privado y la conectividad con los municipios del entorno. La propuesta de creación de nuevos elementos de infraestructura verde y drenaje urbano sostenible se hará para todo el término municipal y se plantearán objetivos temporales a medio plazo (2030) y largo plazo (2050). Se realizarán propuestas de mejora de estas zonas, se podrán definir nuevas áreas verdes y conectores para la ciudad de forma consensuada y se determinarán los indicadores del plan de diagnóstico y evaluación, así como los objetivos, análisis de detalle y proyectos a nivel de memoria técnica valorada de las 20 infraestructuras del plan que se consideren prioritarias. El plan contará también con un análisis de impacto de género y un proceso de participación.
El trabajo persigue el objetivo de incrementar en al menos un 5% la infraestructura verde y el drenaje sostenible en Pamplona, además de potenciar la biodiversidad, incrementar los servicios ecosistémico, tratar el agua pluvial en origen, mitigar las llamadas islas de calor para frenar el cambio climático o integrar procesos y flujos ecológicos e hidrológicos. Todo ello en un marco más amplio, con la ciudadanía y la sostenibilidad como ejes fundamentales para sensibilizar sobre la relación naturaleza – biodiversidad – sociedad, favorecer la salid, el bienestar colectivo y la habitabilidad o promover el empleo verde.
Conseguir una ciudad resiliente y adaptada al cambio climático implica sin duda potenciar su infraestructura verde y azul. Dentro del objetivo estratégico de rehabilitar y renaturalizar el entorno urbano que establece la Agenda Urbana 2030 de Pamplona, se han establecido las infraestructuras verdes y azules de nuestros ríos como prioritarias y se ha avanzado ya en un plan específico con el Modelo de Planificación Fluvial de los ríos de Pamplona, Arga, Elorz y Sadar.
Se consideran infraestructuras verdes urbanas (IVU) las zonas verdes públicas, espacios abiertos urbanos (plazas, bulevares), arbolado urbanos, huertos urbanos, canales y arroyos urbanos, ríos, vías verdes, áreas agrícolas periurbanas, campos o prados, entre otras. El Plan deberá ser elaborado incorporando criterios de adaptación al cambio climático, como el incremento de la infraestructura verde, la gestión eficiente del agua como recurso limitado, el mantenimiento del uso de técnicas de gestión integral de plagas y enfermedades evitando el uso de productos fitosanitarios, las acciones de desurbanización y permeabilización de la infraestructura gris (SUDs, naturalización, etc.) o la incorporación de soluciones basadas en la naturaleza.
El plan busca identificar y definir la infraestructura verde y azul y realizar un mapa de la misma del municipio (en suelo urbano y suelo no urbanizable); definir los retos, objetivos y compromisos del Ayuntamiento de Pamplona en relación con esa infraestructura verde, la conservación del verde y de la diversidad biológica del municipio; abrir espacios de debate con las entidades relevantes del territorio (forestal, administración, ciudadanía, sector agrícola, etc.), a través de jornadas de participación; y desarrollar un plan de acción a corto, medio y largo plazo, para conseguir una infraestructura ecológica que produzca beneficios para las personas y para el medio ambiente, y que reduzca la vulnerabilidad del municipio a los impactos del cambio climático.
Una de las vulnerabilidades climáticas de Pamplona es el efecto de las lluvias intensas sobre el medio construido. Esta acción busca reducir la escorrentía superficial mediante actuaciones encaminadas a permeabilizar el suelo, tanto en espacios de nueva creación como en los ya consolidados, implementado medidas que fomenten un sistema de drenaje urbano sostenible.
Los sistemas de drenaje urbano sostenibles (SUDS) reproducen en el entorno urbano las pautas del ciclo natural del agua, lo que aporta múltiples beneficios ambientales y de gestión del agua. Se consigue aumentar la infiltración natural del agua minimizando su circulación y por tanto su carga de contaminantes. Este aumento en la infiltración beneficia a la recarga natural de los acuíferos y por tanto a la disponibilidad de agua. Se produce además un tratamiento de calidad de las aguas mediante sistemas naturales de filtración, reduciendo la contaminación de suelo y aguas subterráneas y minimizando la carga de agua a tratar en instalaciones de depuración.
Para la implantación de estos sistemas se debe partir de un estudio detallado del terreno, de la ordenación del espacio urbano, así como tener en cuenta el régimen pluviométrico de la zona. En función de todos estos factores se establecerá una cadena de gestión de las escorrentías que incluirá varias acciones, priorizando en todo momento el retorno del agua al ciclo natural lo más cercana posible de su precipitación. Entre otros sistemas, se encuentran los pozos o zanjas de infiltración, los depósitos de infiltración, drenes filtrantes, cuentas verdes, franjas filtrantes o estanques de retención, entre otros.
Otra estrategia es la de aplicar pavimentos permeables en aparcamientos y espacios libres. Se trata de priorizar el uso de pavimentos permeables en el diseño de la urbanización, estudiando en qué zonas el uso previsto permite su instalación. También, de esta forma, se maximizan las zonas verdes y se pueden utilizar soluciones como la grava, los adoquines perforados o el pavimento poroso que favorecen la absorción de las aguas de lluvia por el suelo, minimizando las corrientes superficiales de agua (escorrentía), facilitando la recarga del acuífero, mejorando la calidad del agua y reduciendo el dimensionado del alcantarillado.
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