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Reducir el tráfico en Barcelona podría evitar más de 200 muertes al año

Un estudio liderado por ISGlobal revela que disminuir el tráfico motorizado en Barcelona un 25% reduciría significativamente los niveles de NO₂, con un impacto directo en la mortalidad prematura

Reducir el tráfico en Barcelona podría evitar más de 200 muertes al año
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ISGlobal


08/04/2025

Reducir un 25% el tráfico motorizado en Barcelona podría tener consecuencias altamente positivas para la salud pública. Así lo concluye un estudio elaborado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ”la Caixa”, que estima que esta medida permitiría una disminución del 17,6% en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂). Esta mejora en la calidad del aire se traduciría en la prevención de casi 200 muertes prematuras al año. Además, si se completara la electrificación del puerto, la cifra aumentaría hasta 228 muertes evitables anuales.

 

Una simulación urbana con alta resolución

El estudio, publicado en la revista Health & Place, se desarrolló en colaboración con el Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS). Esta institución aportó una avanzada tecnología de modelización capaz de simular las emisiones de tráfico y otras fuentes en toda la ciudad. Los resultados se analizaron a nivel de área censal, considerando variables como la meteorología, la actividad vehicular o la configuración urbana.

Para analizar los beneficios potenciales, el equipo partió de un escenario base en 2019 y proyectó tres hipótesis distintas, todas alineadas con el Plan de Movilidad Urbana 2018–2024, que incluye iniciativas como supermanzanas, ejes verdes, zonas de bajas emisiones y urbanismo táctico.

 

Vehículos menos contaminantes, mismo volumen de tráfico

En el primer escenario, se planteó una ciudad con el mismo volumen de tráfico, pero con la retirada progresiva de los vehículos más contaminantes. Bajo este supuesto, se produciría una reducción del 5,9% en NO₂, evitando 67 muertes prematuras anuales. El estudio señala que los beneficios de este enfoque se distribuirían equitativamente en todo el término municipal.

El segundo escenario contempló una reducción del 25% del tráfico privado, lo que supondría una bajada del 17,6% en la concentración de NO₂. Esta medida permitiría prevenir hasta 199 muertes prematuras al año, con especial impacto en las zonas más contaminadas del centro y el noroeste de la ciudad.

El tercer escenario combinó la reducción del tráfico privado en un 25% con la electrificación del Port de Barcelona, cuyas emisiones marítimas representan aproximadamente el 7% de la mortalidad atribuible al NO₂ en la ciudad. Esta doble intervención permitiría una reducción del 19,4% en los niveles de NO₂ y evitar 228 muertes anuales. Las áreas más beneficiadas serían las del sur de Barcelona, más cercanas al litoral.

 

La brecha con la normativa europea persiste

Pese a los beneficios proyectados, el estudio advierte que ninguno de los tres escenarios analizados permitiría cumplir con los nuevos límites de calidad del aire establecidos por la Unión Europea para 2030.

 

“Aunque la mortalidad prevenible que estimamos es de una magnitud considerable, en ninguno de los escenarios que planteamos en nuestro estudio se conseguiría cumplir con los nuevos límites máximos de NO₂ que plantea la Unión Europea (...). Esto nos dice que debemos hacer más y de manera más efectiva para mejorar la calidad del aire de nuestra ciudad”,
afirma Ana Ramos, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.

 

Una hoja de ruta replicable para otras ciudades

Además del caso específico de Barcelona, el estudio ofrece un marco metodológico útil para otras ciudades europeas:

 

“Este estudio tiene como objeto Barcelona, pero también sirve como ejemplo a otras ciudades para entender el impacto que pueden tener las políticas dirigidas a disminuir la contaminación atmosférica”,
señala Mark Nieuwenhuijsen, director del programa de Clima, Contaminación Atmosférica, Naturaleza y Salud Urbana de ISGlobal.

 

Asimismo, el modelo se centró exclusivamente en el NO₂, pero podría tener efectos colaterales positivos sobre el cambio climático:

“El estudio sólo se centra en los impactos que estas medidas tienen sobre los niveles de NO₂, pero es de esperar que también tengan un efecto positivo sobre el clima en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero”,
añade Marc Guevara, responsable del equipo de modelización de emisiones atmosféricas en el BSC.


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