Los encuestados dicen utilizar el espacio público del barrio un 50% más que antes, y tiene un 20% más de intención de comprar o consumir en los establecimientos locales
Peatonalizar las calles es bueno para la salud y para la economía y, pese a que en los primeros momentos suele ser una medida que cuenta con resistencia ciudadana, a largo plazo genera un alto respaldo por parte de los ciudadanos. Así se deduce de un trabajo desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Francisco de Vitoria que han tomado como caso de estudio varias calles del centro de Madrid.
En concreto, los investigadores analizaron el impacto de la medida en varias vías peatonalizadas recientemente en los entornos de la Puerta del Sol y la Plaza de Olavide (ambas céntricas) en Madrid. Para ello se realizaron encuestas a ciudadanos (más de 750 respuestas), así como entrevistas a negocios afectados (38 respuestas). De este modo, se presentan evidencias de los impactos en la calidad de vida, movilidad y economía y se examinó la aceptabilidad ciudadana de este tipo de medidas, tanto de peatones como de trabajadores de comercios y hostelería en la zona.
“Peatonalizar es beneficioso para la salud, el medio ambiente, la movilidad e incluso la economía, sin embargo, a menudo hay gran oposición ciudadana a este tipo de medidas. Esto dificulta su implementación, más aún cuando son de gran alcance y permanentes, ya que los ayuntamientos prefieren no arriesgarse a perder apoyo ciudadano”, explica Mari Luz Brownrigg-Gleeson de la ETSI de Caminos, Canales y Puertos de la UPM y una de las autoras del estudio.
A la hora de evaluar peatonalizaciones es frecuente encontrar análisis centrados en un solo tipo de impacto, pero es menos común que se estudie de manera integrada la diversidad de efectos que producen, algo que sí han hecho los investigadores de la UPM.
Los resultados muestran que la mayoría de impactos son positivos, si bien se perciben diferencias entre las zonas peatonalizadas tanto por las propias características del entorno construido, como por el tipo de usuarios.
En cuanto a la movilidad, los investigadores observaron que peatonalizar incita a los ciudadanos a desplazarse de manera más sostenible, especialmente a pie, con un 45,6% de los caminando más ahora que antes. También se observa una reducción del uso del coche si bien también disminuye el uso de transporte público. Todos los grupos socioeconómicos experimentan estos cambios en proporciones similares. Además, se reduce, en especial en Sol, el uso del coche para llegar a la zona (-7,6%).
Si hablamos de la calidad de vida, los encuestados dicen utilizar el espacio público del barrio un 50% más que antes, y tiene un 20% más de intención de comprar o consumir en los establecimientos locales. Así, en una de las calles analizadas (la zona de Olavide), hay prácticamente consenso en que la peatonalización ha incrementado el atractivo de la zona, mientras que en Sol, esto lo perciben más los visitantes ocasionales que los más frecuentes.
Otro de los datos más llamativos del trabajo es que pone de manifiesto que los mayores son los menos satisfechos con este tipo de medidas, puesto que prefieren utilizar medios motorizados al no sentirse tan cómodos caminando, algo que es especialmente importante para los investigadores que subrayan la necesidad de tener en cuenta está diferente percepción entre grupos de población.
En cuanto al apoyo ciudadano, destaca el que el 68% se declara satisfecho o muy satisfecho con la peatonalización, algo llamativo para los investigadores
“Estos niveles de apoyo son particularmente altos, especialmente considerando que este estudio se realizó al inicio de la implementación, el momento en que otros autores han encontrado que el apoyo ciudadano es más bajo. También son niveles más altos que los estudiados en otras ciudades europeas. Las personas que acuden por ocio o compras son las más satisfechas, seguidas de residentes y trabajadores en la zona”.
En cuanto a los comercios, en Sol el 50% está satisfecho o muy satisfecho, y en Olavide ninguno de los comercios encuestados cree que la peatonalización reducirá las ventas en el futuro. Si bien el apoyo general es menor que el mostrado por los ciudadanos en general, los resultados son más positivos que los estudiados en otros contextos.
Para los investigadores, la importancia de este trabajo publicado en la revista Sustainability radica en que se ha encontrado un mayor nivel de apoyo a la peatonalización que las investigaciones realizadas con anterioridad lo que puede suponen un cambio de tendencia en el pensamiento ciudadano. “Esto puede ser síntoma de un cambio de pensamiento a nivel de ciudad, y sirve para promover la implementación de medidas permanentes de restricción de tráfico, apoyándose en los altos niveles de satisfacción ciudadana detectados”, concluyen los investigadores.
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