La fabricación de un pavimento permeable formado por piezas tipo adoquín elaboradas a partir de baldosas cerámicas de escaso valor comercial colocadas sobre un sistema urbano de drenaje sostenible (SUDS) permitirá gestionar el agua de lluvia en las ciudades reconduciéndola a acuíferos o depósitos que abastezcan la red de riego. Este es el principal objetivo que persigue el proyecto europeo Life Cersuds (Ceramic Sustanaible Urban Drainage System) que está cofinanciado por la Comisión Europea a través del Programa Life 2014-2020 de Medio Ambiente y Acción por el Clima de la Unión Europea y que además cuenta con el apoyo del IVACE de la Generalitat Valenciana. El proyecto impulsa nuevos usos y aplicaciones urbanas de productos cerámicos de desecho y en el mismo participa un consorcio multidisciplinar integrado por institutos de investigación, universidades, empresas y organismos públicos de diferentes países europeos.
Los estudios se centran en lograr que el agua de lluvia que caiga sobre la calzada o que viene de escorrentía de otras zonas de la ciudad se filtre a través del pavimento permeable y pase al SUDS formado por geotextiles, gravas y celdas de polietileno. En este sistema el agua se filtra, perdiendo elementos contaminantes que puede llegar a más del 70 por ciento de hidrocarburos, más del 50 por ciento en fósforo, más del 65 por ciento en nitrógeno y más del 60 por ciento en metales pesados, acabando finalmente infiltrada en acuíferos o en depósitos subterráneos que abastezcan las redes de riego. Paralelamente, terminará con los molestos charcos y, en parte, con las inundaciones en las ciudades. “Lo que queremos con este sistema es mejorar la capacidad de adaptación de las ciudades al cambio climático y promover el uso de infraestructuras verdes en los planes urbanísticos de los municipios”, explican responsables del proyecto.
Precisamente uno de los problemas que aborda el proyecto Life Cersuds es adoptar medidas para mitigar el cambio climático al reducir el impacto medioambiental de las emisiones de CO2 asociadas a la fabricación de materiales de pavimentación. “Esta reducción se plantea mediante la utilización de productos cerámicos ya fabricados para otros fines pero que por determinadas circunstancias ya tienen pocas posibilidades de salida en el mercado debido a cambios en las preferencias de los consumidores”.
Una ‘segunda vida’ a la cerámica valenciana
La elección del pavimento cerámico no es casual. En la Comunidad Valenciana existe una gran industria vinculada a este producto que anualmente genera una cantidad importante de material de desecho o de valor comercial casi nulo. El proyecto pretende darle una ‘segunda vida’ a dicho material y con ello evitar la contaminación que supone su depósito en vertederos. “Es una idea basada en la regla de las 3R: reciclar, reutilizar y reducir”, explican desde CHM, una de las empresas que participa en el consorcio. Esta compañía, con sede en Alicante, es además la responsable de la definición de las técnicas constructivas y de los requisitos de puesta en obra. Asimismo es la encargada de la ejecución del demostrador y de la instalación de sistemas de medición para comprobar el funcionamiento del mismo, colaborando también en tareas como la determinación de los requerimientos del sistema cerámico, la evaluación de su impacto socio-económico o la elaboración del material formativo.
Como proyecto ‘Life’ financiado por la Unión Europea su implicación es internacional. Además de la citada constructora también trabajan en el desarrollo de esta novedosa iniciativa el Centro Cerámico de Bolonia (CCB) y el Centro Tecnológico de la Cerámica y el Vidrio de Aveiro (Portugal), zonas europeas de gran producción cerámica y con problemas climatológicos similares a los del área del Levante peninsular. A nivel regional también están implicados en el ‘Life Cersuds, el ITC-AICE (Instituto de la Cerámica), la UPV (Universidad Politécnica de Valencia), la empresa Trencadís de Sempre y el Ayuntamiento de Benicàssim, donde se está llevando a cabo una prueba piloto para evaluar el sistema cuyos resultados se conocerán a finales de 2019.
Prueba piloto en Benicàssim
Una calle de la localidad castellonense de Benicàssim –concretamente la calle Torre Sant Vicent- ha sido el lugar elegido para probar este novedoso sistema. En un tramo de dicha vía, sobre una superficie de unos tres mil metros cuadrados, se ha sustituido el pavimento de aceras, carril bici y zonas peatonales por el permeable dispuesto sobre el SUDS. Las obras, que concluyeron recientemente, posibilitarán estudiar a escala real el funcionamiento del sistema.
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