El Ayuntamiento de Valencia ha sustituido las 11 farolas existentes en la calle de don Juan de Austria, que eran tipo globo, “un modelo de alumbrado público altamente contaminante lumínicamente”, por 11 columnas modelo María Cristina “que son más eficientes”. Lo ha anunciado hoy la concejala de Gestión de Recursos Lluïsa Notario, al dar cuenta de esta intervención en Ciutat Vella, “con la que se elimina totalmente la luminaria de vapor de mercurio y la farola tipo esférico, que estaban ampliamente extendidas en València y que situaban a la ciudad como una de las más contaminantes lumínicamente”. De hecho, Juan de Austria era la última calle que quedaba para renovar en el distrito de Ciutat Vella, la última instalación relevante con luminarias esféricas, y la última instalación con vapor de mercurio que quedaba en la ciudad.
Esta actuación que, con un presupuesto de 45.737,71 €, se enmarca en el Plan de eficiencia lumínica en alumbrado público que el Ayuntamiento puso en marcha en 2016, contempla la sustitución de las 11 farolas existentes, que eran de un modelo específico que solo existía en la mencionada calle, por 11 columnas modelo María Cristina, similares a las que iluminan las calles de ese entorno, como Sagasta, Pérez Bayer, Roger de Lauria, Correos, etc. “Con esta intervención conseguimos la unificación de la tipología del material en las calles del alrededor, una alta calidad luminotécnica para los parámetros de reproducción cromática, uniformidad y la eliminación de las emisiones en el hemisferio superior y una bajada de la potencia de 8.450 W a 836 W, que supone un ahorro superior al 91%”, según ha anunciado la concejala de Gestión de Recursos.
“El que caracterizaba al alumbrado de Don Juan de Austria es que cada una de las farolas que ahora se han retirado tenían ocho luminarias de tipo esférico, con un total de ochenta y ocho luminarias en toda la calle”, ha explicado Lluïsa Notario, al aclarar que estos elementos “son particularmente obsoletos e ineficientes, por varios motivos”.
“En primer lugar –ha explicado- el mismo material plástico de la esfera absorbe más del 50% del flujo luminoso de las luces, con lo cual solo sale de la esfera el 50% de la cantidad de luz que se produce. Y ese flujo que sale de la esfera irradia luz en todas direcciones, pero la mitad que se emite hacia arriba no tiene ninguna utilidad, y lo único que hace es molestar a los vecinos e interferir en el medio ambiente”.
“Con todo esto -ha aclarado la concejala- solo tiene utilidad el 25% del flujo luminoso, pero muy baja, porque hay mucha luz cerca de la farola, pero se reduce rápidamente, a medida que nos alejamos de la farola”. “Y por estos motivos, esta tipología de luminarias esféricas ha quedado completamente obsoleta, desfasada y en desuso”.
Además, ha añadido Luïsa Notario, “de acuerdo con la actual reglamentación, no está permitido el uso de este tipo de luminarias, y su instalación está totalmente prohibida por el mismo Reglamento de Eficiencia Energética en Instalaciones de Alumbrado Exterior, aprobado por Real Decreto 1890/2008”.
Por eso, según ha recordado el edil, el Ayuntamiento de València desde el año 2016 ha procedido a la sustitución de la práctica totalidad de las más de 12.800 luminarias de este tipo, destacando el primer proyecto IDAE Con este proyecto se sustituyeron unas 6.500 unidades de luminarias esféricas en apoyos de baja altura, y en el segundo proyecto IDAE II, en el cual se sustituyeron unas 6.200 unidades de la farola modelo València, característico de las Grandes Vías y algunas de las principales avenidas de la ciudad. En la actualidad y de forma totalmente residual, quedan unas pocas unidades entre las cuales destacaban las 88 esferas de la calle de Don Juan de Austria.
“El uso de las farolas tipo globo estaba ampliamente extendido en València, uno de los modelos que mayor contaminación lumínica genera, al emitir la luz hacia arriba. Gracias al Plan de eficiencia lumínica en alumbrado público que pusimos en marcha en 2016, con esta intervención en la calle de Don Juan de Austria eliminamos totalmente este tipo de luminaria, que situaba a València como una de las ciudades con más contaminación lumínica, una situación que hemos revertido convirtiendo nuestra ciudad en un referente en alumbrado público eficiente”. “Tenemos una hoja de ruta muy clara para evitar el derroche de energía, el derroche de luz y mejorar las prestaciones del alumbrado público en beneficio de la ciudadanía, las arcas públicas y el medio ambiente”, ha concluido Lluïsa Notario.
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