Más de 30 personas que trabajan o viven en el barrio de Sant Marcel·lí han formado parte de un proceso de participación ciudadana para aportar sus ideas sobre cómo se puede incentivar el reciclaje en el barrio y reflexionar sobre los principales obstáculos actuales.
El vecindario de Sant Marcel·lí valora como “positivo y necesario” el piloto del proyecto PlastiCircle para mejorar el proceso de reciclaje de plástico mediante la economía circular, estudiando desde la recogida hasta la separación de residuos en la fábrica.
Durante el taller participativo que se realizó el pasado 23 de octubre en el Centro Municipal de Servicios Sociales Sant Marcel·lí, las personas participantes analizaron el proceso del reciclaje de los residuos urbanos en su barrio, en especial del plástico para proponer sugerencias e informar de las incidencias que observan en el día a día a la hora de reciclar sus envases.
Los integrantes de los diferentes grupos de trabajo conversaron sobre los siguientes 5 ejes temáticos: separación de residuos, contenedores de envases de plástico, incentivos o sistema de de recompensa ciudadana y forma de gestión de estas recompensas.
Como denominador común, los miembros de los grupos destacaron la necesidad de revisar el diseño actual de los contenedores ya que no permite un uso inclusivo e igualitario para todas las personas, debido sobretodo a su altura y a la estrechez del orificio. Respecto al diseño, los vecinos y vecinas también sugirieron aprovechar el propio contenedor para dar información específica sobre el reciclaje de algunos tipos de envases, especialmente los que habitualmente generan más dudas entre la población.
Otro punto que ha suscitado mucho interés entre el vecindario ha sido el desconocimiento actual que existe sobre la correcta separación de los residuos urbanos, sumado al flaco favor que hacen los bulos sobre la pérdida de tiempo que supone reciclar. Para combatir este problema, los grupos de trabajo resaltaron claramente la necesidad de invertir más tiempo y recursos en formar a la ciudadanía, haciendo especial hincapié en difundir dentro de los colegios e institutos.
Muy buena acogida tuvo también la propuesta de incluir diversos incentivos para fomentar el reciclaje, premiando a las personas que reciclen mediante beneficios a nivel individual y comunitario, así como penalizando a quienes no reciclen o lo hagan mal.
En concreto, para lograr una mayor participación ciudadana se propuso identificar a las personas que reciclan y realizar un seguimiento de su evolución mediante tarjetas personales identificativas, y el uso de aplicaciones móviles para consultar los puntos.
Con esos puntos obtenidos las personas se podrían beneficiar de algunos incentivos interesantes, como todos aquellos relacionados con una reducción de las tasas administrativas, descuentos directos en comercios del barrio, en el transporte público municipal o en los servicios de ocio y espectáculos como el cine o el teatro, entre otros.
Proyecto europeo PlastiCircle
Estas conclusiones se han obtenido en el primer taller de trabajo del proyecto europeo PlastiCircle, del cual València es ciudad piloto junto a las ciudades de Utrech (Holanda) y Alba Iulia (Rumanía). El taller, organizado por Sostre, ha contado con la participación directa de miembros de Las Naves, de ITENE, del Servicio de Gestión de Residuos Urbanos y Limpieza del Ajuntamiento de València y del Taller de Empleo Dinamización Comunitaria del Ayuntamiento de València.
Los socios españoles del consorcio son: Las Naves, ITENE (Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística), que actúa como coordinador, SAV-LAVEGA (concesionaria para la recogida de residuos), INTERVAL (Industrias termoplásticas valencianas), ECOEMBES y la Fundación KIMbcn (Knowledge Innovation Market Barcelona).
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