Medio Ambiente

El Día Mundial de la Energía nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el papel crucial que desempeña la energía en todas las esferas de la vida humana. Sin ella, nuestra existencia tal como la conocemos sería inviable. Desde las tareas más simples hasta los avances tecnológicos más sofisticados, todo requiere energía para funcionar. Esta celebración no solo nos invita a reconocer la importancia de la energía, sino también a tomar conciencia de la necesidad de adoptar un modelo sostenible que garantice no solo la calidad de vida de las generaciones presentes, sino también la preservación del medio ambiente para las futuras.

En Veolia, vemos la descarbonización como una respuesta vital al desafío del cambio climático. Consiste en reducir o eliminar la emisión de gases de efecto invernadero, particularmente el dióxido de carbono, con el objetivo de mitigar los impactos negativos sobre el clima y el medio ambiente. Para ello, la Unión Europea ha establecido metas ambiciosas en este sentido, comprometiéndose a reducir al menos un 40% de las emisiones de CO2 para el año 2030 y alcanzar la neutralidad climática para 2050. Recientemente, además, la Comisión Europea ha ido más allá y ha  destacado la necesidad de una reducción neta del 90 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2040, respecto a los niveles de 1990.

Este compromiso implica la implementación de medidas concretas para reducir las emisiones en la fuente de producción, como la utilización generalizada de energías renovables y la ejecución masiva de acciones para mejorar la eficiencia energética. Como medida complementaria, sin perder el foco de la reducción, podemos introducir proyectos de compensación de emisiones, es decir, aquellos que absorban o eviten las emisiones de CO2, como la reforestación o el desarrollo de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono.

“No hay un único camino para la descarbonización, pero todos pasan por el uso generalizado de las energías renovables, la optimización en el uso y utilización de la energía y la economía circular” indica Miguel Ángel Huertas, director general adjunto de Veolia España energía y residuos. 

Conseguir establecer un mix de energías renovables que nos permitan dejar atrás la dependencia de combustibles fósiles, así como el impulso de fuentes renovables alternativas, son pilares fundamentales para revertir y frenar el cambio climático. En este sentido, Veolia ofrece una amplia gama de soluciones integradas que facilitan la transición hacia un modelo energético más sostenible. La compañía cuenta con la oferta GreenPath, que aglutina más de 100 de esas soluciones  que nos permiten construir, junto a nuestros clientes, la mejor estrategia de descarbonización acorde a sus características y necesidades concretas. Estas soluciones, adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente, contribuyen significativamente a la descarbonización y al impulso de una economía más verde y resiliente.

Las energías renovables no solo son beneficiosas para el medio ambiente, sino también para la economía y el desarrollo local, en un modo holístico. A medida que avanzan las tecnologías y se incrementa su adopción, estas fuentes de energía se vuelven cada vez más rentables y competitivas, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y promoviendo un crecimiento económico más sostenible.

Sin embargo, los desafíos asociados con la descarbonización son considerables y requieren un compromiso global y una voluntad política firme. La transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible implica la adopción de decisiones valientes y la colaboración de todos los sectores de la sociedad. A pesar de los desafíos que enfrentamos, el camino hacia un futuro sostenible y próspero está trazado. Con liderazgo, colaboración y voluntad de actuar podemos superar los obstáculos y construir un mundo más limpio y seguro para las generaciones venideras.

El Día Mundial de la Energía nos recuerda que, juntos, tenemos el poder de transformar los desafíos en oportunidades y de forjar un futuro en el que el desarrollo humano esté en armonía con la preservación del planeta.