Medio Ambiente

Esta semana, hasta el próximo 30 de septiembre, se celebra la Semana Europea de la Energía Sostenible, una campaña de sensibilización en nuestro continente que busca concienciar a la sociedad sobre la necesidad de implementar un nuevo modelo basado en la eficiencia energética.

La eficiencia energética se entiende como el conjunto de métodos y técnicas que tienen como objetivo reducir el consumo final de energía y que esta sea lo menos contaminante posible. En este nuevo modelo, la producción de energía renovable y la gestión optimizada de este recursojuegan un papel clave para fomentar la sostenibilidad de las ciudades y las industrias.

Pero para lograr que todos reduzcamos nuestro consumo de energía, es necesario proporcionar y suministrar las herramientas adecuadas. Veolia es líder en la gestión eficiente del recurso energía, y se implica con sus clientes, con este fin, de la manera más cercana posible: situándose en sus propias instalaciones y edificios. En ellos, los equipos transforman la energía en frío, calor, electricidad u otros, reduciendo costes, impacto ambiental y mejorando el rendimiento.

Veolia ayuda a sus clientes siendo más sostenibles y eficientes. Y es que su propósito es acelerar la transformación ecológica del planeta, cambiando radicalmente los patrones de producción y consumo

Además, energías renovables como la biomasa o la solar son alternativas a las formas de energía más tradicionales que cuentan con grandes beneficios medioambientales. La primera permite reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera; la segunda, no contaminante, está aumentando considerablemente su uso en todo el mundo porque, además de ser más sostenible, ayuda a ahorrar en la factura energética de particulares.

En este sentido, Veolia ha puesto en marcha una calculadora solar con la que cualquier persona o empresa puede calcular cuál es el ahorro que obtendría si decide autoabastecerse con esta alternativa sostenible, que contribuye a la preservación del medio ambiente. Porque a día de hoy ya sabemos que, aprovechando soluciones ya existentes, podemos reducir las emisiones de CO2 en los sectores tradicionales en hasta un 30%.