Fabrez lleva 25 años innovando en el desarrollo de soluciones para el reciclaje en las ciudades bajo criterios de sostenibilidad y versatilidad
Fabrez Group, con una experiencia de más de 25 años en el sector de la fabricación y transformación de estructuras metálicas y el desarrollo de sistemas y productos para la recogida de residuos urbanos, está íntegramente comprometida en la búsqueda constante de soluciones favorables para el medio ambiente y la economía circular, apostando por un entorno sostenible intentando que el impacto ecológico sobre las ciudades sea cada vez menor.
La compañía cuenta con instalaciones dedicadas al diseño, fabricación, instalación y montaje de equipos y sistemas, así como con una avanzada tecnología y un equipo de ingenieros altamente cualificados para brindar soluciones a proyectos industriales de elevada complejidad.
Las gamas de productos y equipos de Fabrez abarcan todo tipo de contenedores metálicos, ya sea en lo relativo al soterramiento de los mismos como a contenedores de superficie o papeleras. Dentro de ellos podemos destacar la familia de contenedores EVA, en la que se abarca toda la gama de productos en una misma línea de diseño, desde sencillas papeleras hasta contenedores de superficie o equipos soterrados, propiciando así la integración visual de los contenedores de RSU en las ciudades y haciendo que los mismos se perciban como parte del entorno.
Uno de los principales rasgos distintivos de Fabrez es el material con el que elaboran sus contenedores. Sus equipos son metálicos y esto brinda numerosas ventajas; su ciclo de vida es mayor, tienen mayor resistencia a impactos y actos vandálicos, son productos ignífugos y altamente resistentes a los factores corrosivos.
Los equipos de Fabrez tienen una menor huella ecológica, pues al terminar su vida útil como contenedor, pueden ser reciclados al 100%, evitando de esta forma que al romperse o desecharse generen materiales tóxicos, microplásticos u otros residuos que contaminen el medio ambiente.
Otro de sus rasgos distintivos es la modularidad con la que están diseñados los contenedores, formados por piezas simétricas que se ensamblan entre sí, sin necesidad de soldaduras, facilitando así tanto su transporte, como la intercambiabilidad de sus componentes, pudiéndose reparar insitu para un mantenimiento óptimo. Dicha característica permite además una mayor versatilidad cromática, posibilitando que se personalicen y adapten a los requerimientos de cada residuo, ciudad o entorno en el que se encuentren.
Un ejemplo de dicha versatilidad y de las posibilidades de personalización lo podemos ver en los cubre-contenedores instalados en colegios de Alcorcón por la Empresa de Servicios Municipales del Ayuntamiento de Alcorcón (Esmasa) para promover la concienciación de los más pequeños con el reciclaje.
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