El ahorro energético estimado es de unos 26.000 kilovatios/año, una ventaja que tiene efectos en la Tesorería con un ahorro anual en la factura de la luz de 5.000 € y la reducción de casi 17 toneladas de emisiones de CO2
Hasta un 65% de ahorro en el consumo eléctrico, mínimos costes de mantenimiento, superior vida útil gracias a la mejor eficiencia de carga, resistentes a vibraciones y alta eficiencia óptica.
Son algunas de las ventajas de las lámparas LED que el Ayuntamiento de Yebes ha instalado en 68 farolas en los parques de la Concordia y ‘Federico García Lorca’ de Valdeluz y que sustituyen a las viejas bombillas de vapor de sodio. La potencia instalada se reduce de 70 a 40 kilovatios y cada punto de luz dispone de un regulador que se activa de diez de la noche a seis de la mañana y que permite reducir la intensidad a la mitad, lo que equivale a un ahorro de 20 kw por bombilla. Con esta actuación se completa la quinta fase del proyecto de renovación del alumbrado público que se inició en 2012. Además de cumplir con las instrucciones previstas en la normativa vigente, el objetivo de este plan es “mejorar la eficacia y ahorro energético de los equipos, reducir las emisiones de gases nocivos y disminuir los efectos de la luz molesta”, opina Vidal Gaitán, concejal de Urbanismo y Medio Ambiente.
Las luminarias LED emiten una temperatura de color blanco cálido de 3.000º K y requieren una potencia instalada de apenas 5.616 vatios, “nada que ver con los 12.500 w que se consumían antes”, explica Gaitán. Una considerable reducción energética de casi la mitad que, en términos de ahorro estimado de energía, equivale a un porcentaje medio del 50% menos de fluido eléctrico, es decir, alrededor de 26.033,8 kw al año. Esta “considerable ventaja” tiene efectos directos sobre la Tesorería municipal, dado que por cada farola se obtiene un ahorro aproximado de 73 € en la factura de la luz, “lo que en términos de contabilidad presupuestaria se traduce en unos 5.000 € de ahorro anual”, dice Gaitán. Si cada bombilla LED tiene una garantía de diez años, el ahorro durante la vida útil estimada de 100.000 horas es de unos 50.000 € y la inversión realizada en la adquisición de estos equipos ha ascendido a 15.000 €, el beneficio neto de este quinto plan es de unos 35.000 euros.
Otro de los beneficios para tener en cuenta con la instalación de esta tecnología de estado sólido es el impacto que tiene sobre el medio ambiente. Con las nuevas lámparas se evitan las emisiones a la atmósfera de alrededor de 16,89 toneladas de dióxido de carbono al año, un nivel contaminante que equivale a la plantación de más de 430 árboles cada año. Por lo que respecta a la instalación en sí, se ha realizado con una inclinación de cero grados, lo que en la práctica significa que se consigue una emisión casi nula de flujo lumínico hacia la atmósfera. “Es la potencia y angulación idóneas para evitar los deslumbramientos y las zonas de sombra muy oscuras”, precisa el concejal de Medio Ambiente. Que recuerda que estas luminarias reducen de forma ostensible el abrillantamiento del cielo nocturno, un “aspecto trascendental” en un municipio que cuenta con en su término con uno de los observatorios astronómicos punteros a nivel mundial en observación astronómica y geodesia.
El uso de la tecnología LED es una “solución innovadora” con la que se logran óptimos estándares de confort dado que estos equipos incorporan un dispositivo que regula la potencia instalada en función del horario nocturno y la época del año con el fin de atender las necesidades de servicio de la población. “De tal manera que se alcanzan picos de efectividad en horario de máxima eficacia, que se reducen de forma drástica a lo largo de la noche hasta quedar reducidos a niveles de mantenimiento”, explica Vidal Gaitán. Así, estas bombillas alcanzan el máximo nivel de potencia nada más procederse al encendido, que se reduce en esta época estival al 80% en torno a las diez de la noche y a la mitad desde ese momento y hasta las seis de la mañana, cuando recuperan el 80%, “lo que las convierte en los equipos idóneos para estas instalaciones dinámicas”. Además, al no tener elementos químicos peligrosos, el riesgo de accidente en caso de rotura se reduce a cero.
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