Durante el primer trimestre de 2021, Alcorcón tomó la decisión de recuperar la gestión directa del alumbrado público mediante la empresa pública ESMASA
Durante el primer trimestre de 2021, Alcorcón tomó la decisión de recuperar la gestión directa del alumbrado público mediante la empresa pública, ESMASA.
El encargo incluía medidas de mantenimiento preventivo tales como la vigilancia diaria del funcionamiento de los elementos luminosos de la instalación, la revisión y limpieza trimestral de todos los centros de mando, la revisión anual de la instalación completa.
También medidas de mantenimiento correctivo, entre las que destacan la reposición de los consumibles agotados (lámparas, fusibles, etc.), la reparación y sustitución de elementos fijos que sufran algún tipo de deterioro (cableado, luminarias, etc.), así como de la pintura, revestimiento y pavimentado, si fuera necesario, siempre que el deterioro esté relacionado directamente con la instalación.
Se contemplaban además trabajos de mejora de las instalaciones con el objetivo de subsanar las deficiencias más críticas de iluminación de la ciudad. Para ello, se procedió en primer lugar a realizar estudios fotométricos de diferentes áreas del municipio, identificando los denominados puntos negros. Posteriormente, se procedió a analizar las propuestas concretas de mejora mediante el análisis de los viales pendientes de actuación, actualizando la clasificación de los mismos según reglamento allí donde fuera necesario.
De este modo, se ajustaron los parámetros de las nuevas luminarias – tales como potencia u óptica – para que los nuevos niveles de iluminación estuvieran adaptados a las necesidades reales previstas para las diversas tipologías de vial. Durante todo el proceso se procuró además equilibrar el cumplimiento de los objetivos de iluminación con la reducción del número de modelos a instalar, de modo que mejore la eficiencia de los trabajos de mantenimiento de la nueva red de alumbrado de Alcorcón.
Además, se aplicó un criterio de máxima adaptabilidad, buscando soluciones óptimas que permitieran la instalación de las nuevas luminarias aprovechando los activos de la propia red municipal. De este modo, se buscaba tanto reducir el volumen de residuos generados – especialmente cuando estos residuos estaban en perfectas condiciones y tenían aún largas vidas útiles – como racionalizar el coste de toda la operación. En muchas ocasiones, este trabajo ha implicado la elaboración de estudios específicos para modelos descatalogados o con características particulares, que han permitido la adaptación de los nuevos modelos a distintas realidades municipales.
Todas estas tareas fueron realizadas de forma previa a la instalación, con el objetivo de disponer de la información y conocimiento necesarios para plantear una propuesta de mejora a la altura del reto. Una vez asumidas, y habiéndose dotado la empresa pública de los recursos, personal y organización para ofrecerlas correctamente, durante el primer semestre 2022 ya se encuentran en marcha las gestiones para que la municipalización sea permanente y ya se está pilotando la primera fase de la transición a LED, que supondrá una mejor eficiencia energética e iluminación de más de 3.443 puntos de luz.
Las luminarias instaladas son de un blanco cálido, con una temperatura de 3.000 grados kelvin que permite conciliar eficiencia energética, mejora de la luminosidad y cuidado de la salud. Esta decisión se ha tomado teniendo en cuenta la existencia de estudios médicos que indican que temperaturas de 4000K o superiores pueden tener efectos negativos sobre la salud, así como las recomendaciones técnicas del IDAE que establecen el rango inferior de temperatura en 2.700K.
A pesar de que la propuesta inicial de mejora contemplaba temperaturas de 4000K, ESMASA realizó un esfuerzo adicional para adecuar dicha propuesta a la actual temperatura de 3000K, teniendo en cuenta tanto las mencionadas recomendaciones técnicas como la previsible actualización reglamentaria que recogerá las mismas.
Adicionalmente se están estudiando diversas soluciones de telegestión que permitan un control más detallado y preciso de la red de alumbrado, ofreciendo la máxima flexibilidad para adaptar los niveles de iluminación a las necesidades cambiantes de la ciudad. De este modo, el alumbrado de Alcorcón podrá adecuarse al cambio de estaciones, la celebración de festividades, los diferentes ritmos de vida en días laborales o fines de semana, etc.
Estas soluciones puedan dar además un valor añadido al alumbrado público, convirtiéndolo en la base sobre la que levantar un modelo de ciudad inteligente a partir de una misma red de comunicaciones a la que puedan conectarse otros servicios municipales como la recogida de residuos.
Con el avance de todos estos trabajos, las primeras pruebas realizadas no sólo revelan una mejorar sensación lumínica, sino un aumento de los lux allá donde se han realizado los trabajos.
En suma, los beneficios que este proceso está ofreciendo a la ciudad pueden reducirse en cuatro ámbitos.
El cambio a LED supone una mejora en eficiencia energética, reduciendo el consumo de electricidad. Esto generará un efecto positivo en el medioambiente al reducir emisiones y dotarnos de una infraestructura más respetuosa con nuestro planeta.
El nuevo alumbrado ofrecerá una mayor iluminancia permitiendo que tanto peatones como conductores puedan ver mejor por las noches. Esto repercutirá mejor en la relación del vecino con el espacio público, reduciendo accidentes y disuadiendo los comportamientos incívicos.
El cambio reducirá el coste de iluminar la ciudad. No olvidemos que, en un municipio, la iluminación del espacio público es un servicio esencial y se sufraga de la caja común de las vecinas y vecinos. Hacer más eficiente la manera en la que damos la luz supone ahorrarle costes a la ciudad. A largo plazo, esto puede ayudarnos a marcar la diferencia. Combinado con las soluciones de telegestión, que permitan complementar el ahorro derivado del cambio a LED con el que ofrezcan las curvas de dimming, y con el valor añadido de una futurible red municipal de comunicaciones a partir del alumbrado, el impacto de estos trabajos puede abrir el camino hacia un nuevo modelo de ciudad.
La recuperación de la gestión directa del alumbrado permite realizar intervenciones de una manera más directa y más eficaz. Un ejemplo es un proyecto piloto que ESMASA ya está poniendo en marcha para adaptar la iluminación de los colegios a las necesidades docentes, no sólo cambiando el alumbrado a LED, sino facilitando una aplicación para que el propio profesorado pueda regular la intensidad de la luz.
En definitiva, más allá de la solución de problemas particulares, la gestión directa del alumbrado da la posibilidad de intervenir directamente sobre el entorno urbano para hacerlo más amable, sostenible y seguro.
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