«El urbanismo de la luz» refleja la necesidad de planificar el uso de la luz artificial como un elemento esencial en el orden visual de la ciudad
Recientemente he tenido la oportunidad de asistir a la ciudad de Lugo (Galicia, España) como invitado a un interesantísimo evento organizado por el Comité Español de Iluminación (C.E.I.) con la colaboración de la prestigiosa asociación SLOWLIGHT con un doble motivo: presentar la publicación EL URBANISMO DE LA LUZ, que forma parte de la colección Cuadernos de la Ciudad Comprometida; y exponer la síntesis de un reciente trabajo, el PLAN DIRECTOR DEL PAISAJE NOCTURNO DE A CORUÑA, en el que se aplican los postulados del urbanismo de la luz.
Quizás te preguntarás ¿Qué hacía allí un arquitecto urbanista rodeado de las más importantes empresas fabricantes de luminarias, de prestigiosos ingenieros y de sofisticados diseñadores de iluminación? Verás, todo empezó hará unos tres años cuando recibí una invitación del lighting designer Alberto Giachi (más bien un reto) para reflexionar, desde una escala urbana y con una perspectiva holística, sobre la iluminación nocturna en las ciudades, dos cuestiones muy poco consideradas hasta el momento, y menos aún en España.
Fruto de nuestra superposición de miradas, más el apoyo de otros especialistas, surgió la idea de hacer una publicación sin fines comerciales cuya aportación principal es la de explicar la necesidad de impulsar una nueva práctica que a nivel internacional se suele denominar “el urbanismo de la luz”, que refleja la necesidad de planificar el uso de la luz artificial como un elemento esencial en el orden visual de la ciudad y para reivindicar la necesidad de propiciar paisajes nocturnos sensatos y de calidad que consideren todas las variables que deben tenerse en cuenta para garantizar una visión holística: sociales, económicas, turísticas, ambientales, funcionales, identitarias, Smart Cities…
Además, lo que son las cosas, a medida que íbamos avanzando en nuestra investigación sobre el urbanismo de la luz, se dio la oportunidad de aplicar estos postulados en los barrios históricos de A Coruña cuya elaboración hemos concluido recientemente, por lo que decidimos incorporar en el libro un capítulo específico con la metodología de dicho trabajo.
Por eso donamos con sumo gusto la primera edición de El Urbanismo de la Luz a fin de que el Ayuntamiento de Lugo regalase un ejemplar a cada uno de los participantes en el evento.
Desde su descubrimiento, la luz eléctrica ha simbolizado la idea de progreso, modernidad y prosperidad. El entusiasmo y la forma con la que hemos irradiado la luz en el exterior, ha dado lugar a la imagen nocturna actual de las ciudades que es el resultado de la superposición de una gran variedad de instalaciones públicas y privadas.
Por ejemplo, la función de la iluminación comercial (letreros, señales, escaparates) es la de atraer la atención y su objetivo principal es destacar, esto es, “competir” con el entorno. De la misma forma, las innumerables señalizaciones para la navegación y orientación en la ciudad (semáforos, pantallas de información luminosa, balizamien¬tos, etc.) necesitan ocupar un lugar privilegiado para cumplir con su función. Dichos elementos luminosos están enmarcados, como si de un “telón de fondo” se tratase, en el contexto de la iluminación de las calles, de los espacios públicos en general y de las fachadas de los edificios que representan en sí el "espacio urbano nocturno”. Pero ¿La superposición de estas diferentes capas de iluminación responde a una visión unitaria y global? ¿Están coordinadas entre ellas? ¿Existe una visión unitaria para la iluminación de la ciudad?
«El Urbanismo de la Luz» surge para integrar el paisaje nocturno en las políticas de desarrollo urbano, tratándose por tanto de un concepto que refleja la necesidad de planificar el uso de la luz artificial
La iluminación exterior de una ciudad representa aproximadamente la mitad de la energía eléctrica consumida por su ayuntamiento y la mejora de su eficiencia representa uno de los principales objetivos de la U.E. para la reducción de las emisiones de CO2. Eso explica que esté siendo apoyada por los fondos comunitarios la renovación de los sistemas de alumbrado urbano mediante la introducción de la tecnología Led y de los sistemas de control inteligentes ya que favorecen la reducción de los costes de gestión y de financiación.
Por eso, esta ha sido la razón casi exclusiva por la que se está dando la renovación de las infraestructuras de iluminación pública. Una renovación que al estar enmarcada en los criterios específicos de la eficiencia energética o de la mera iluminación no forma parte de una amplia estrategia general que tenga presentes todas las consideraciones e implicaciones que tienen que ver con el paisaje nocturno, tales como:
En este contexto, El Urbanismo de la Luz surge para integrar el paisaje nocturno en las políticas de desarrollo urbano, tratándose por tanto de un concepto que refleja la necesidad de planificar el uso de la luz artificial:
Esta manera de proceder, a la que estamos denominando El Urbanismo de la Luz, a efectos prácticos va a requerir de un instrumento regulador, Pero ya sea a través de un plan director, un plan especial, un plan maestro, o unas ordenanzas, para que pueda ser útil va a requerirse que sea formulado desde una visión holística a través de planteamientos cercanos a la práctica habitual del urbanismo y la planificación.
Esta manera de proceder, que en cierto modo ya empieza a ser asumida en algunos países europeos (con experiencias exitosas en ciudades como Londres, París, Ámsterdam, Gante, Amberes, Lyon o Budapest), es sin embargo absolutamente novedosa en España ya que no hay experiencias significativas sobre la planificación de la iluminación urbana.
Algunas de las razones tienen que ver con la visión exclusivamente ingenieril con la que se suelen tratar todo lo relacionado con la iluminación; la escasa disponibilidad de especialistas independientes en un contexto de excasa regulación de la profesión de los diseñadores de iluminación; la corta trayectoria de reglamentación en materia de diseño de iluminación urbana en nuestro país; y, seguramente la principal, por la ausencia de una buena metodología para la elaboración de estos planes reguladores del paisaje nocturno.
Nace con el objetivo de dotar el área propuesta de un régimen de planeamiento de la iluminación que permita cumplir con las directrices y los objetivos de recuperación urbana establecidos en el ámbito del PEPRI de A Coruña, de manera que su paisaje nocturno garantice un uso confortable, atractivo y seguro del espacio urbano.
Con su formulación se prevé:
Se trata por tanto de una herramienta específica debidamente integrada en los instrumentos de planificación de rango superior, coherente con el conjunto de iniciativas, actuaciones, proyectos y planes municipales que confluyen en dicho ámbito, y con las diferentes políticas regionales, nacionales y europeas.
Por todo lo expuesto, la presentación del libro ha servido de alguna manera para cerrar aquel círculo que se abrió hace ahora unos tres años. Una nueva iniciativa con la que seguir propiciando el desarrollo de ciudades comprometidas.
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