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Con este proyecto se pretendió diseñar una ciudad basada en el ahorro y la eficiencia energética, una reducción de las emisiones de CO2 y convertirla en un referente de ciudad conectada e inteligente teniendo en cuenta a sus habitantes y sus necesidades.
El 28 de octubre de 2015, el Ayuntamiento de Badajoz y una entidad financiera, firmaron un préstamo JESSICA-FIDAE, para la implantación de medidas de eficiencia energética para el Alumbrado Público de la ciudad de Badajoz. Este préstamo incorporaba dos grandes actuaciones: las obras a realizar para implantar todas las medidas de eficiencia energética y los estudios de auditorías energéticas para la correcta y perfecta implantación de esas obras.
Para ello se destinaron, en total, 10.803.845,00 Euros, el mayor presupuesto hasta la fecha de todo el país dividido en tres grandes partidas para suministro, auditorías y Sistemas de Información Geográfica (SIG).
Los datos estimados de partida estimaban un 54,59% de ahorro en la potencia instalada en kW que se traduciría en una reducción del consumo energético de más del 70% y de un ahorro de 1.277.426,24€ así como una reducción de las emisiones de CO2 del 60%, más de 3.500 toneladas.
Los datos finales estimados varían un poco y se resumen en un ahorro económico total de 1.314.410,61 euros gracias a la inversión de casi 9 millones de euros (8.808.797,35 €). Por lo que el periodo de retorno de la inversión estimado es de 6,70 años.
Después de licitar y adjudicar todas las auditorías energéticas, realizar los proyectos con los que se licitaron las 19 actuaciones, y una vez adjudicadas esas actuaciones, se analizó cómo puede influir en el ciudadano cambios masivos en el alumbrado público de su ciudad y además como las opiniones de éstos, también pueden influir en el diseño de estas instalaciones.
Cuando se terminaron de implantar todas las actuaciones lo más destacable fue, entre otras cosas, los 20 000 puntos de luz con telegestión punto a punto, 22 mil con tecnología led, la integración de cuatro fabricantes, las luminarias con conector Zhaga y Nema, la integración de alumbrado ornamental y fuentes ornamentales. Todo ello gracias a las tecnologías City Touch, Owlet, Smart Alba y Badajoz Encendida, esta última de diseño propio.
En cualquier caso, los datos reales obtenidos después de la instalación son muy similares a los estimados como refleja en la tabla inferior.
Podemos observar que el ahorro anual supone más de un millón de euros, después del cambio de las instalaciones de alumbrado público, muy próximo a los datos de cálculo que alcanzaba la cifra de 1.284.497,45 €.
Nos queda un largo trabajo todavía, como el de ir ajustando las curvas de regulación, afinar los términos de potencia y reactiva, por lo que, con toda seguridad, alcanzaremos la cifra de ahorro que teníamos de cálculo (1.284.497,45 €).
También hay que comentar que estamos hablando de cifras totales de consumo, en el que se han ido incorporando nuevos suministros que no estaban contemplados ni el año 2018 ni en el 2019.
El integrar un sistema de telegestión punto a punto en el alumbrado público de la ciudad de Badajoz, supone disponer de una herramienta muy potente a la hora de controlar su funcionamiento ya que gracias a ellos se puede actuar por punto de luz, por cuadros de mando, por calles, barrios, zonas determinadas, toda la ciudad.
Se diseñaron 30 curvas de regulación, diferenciando viales, parques, pasos de peatones, zonas deportivas, acerados, festividades, monumentos, puentes, casco antiguo, etc., y se ajustaron una vez trascurrido tiempo. Las curvas proporcionan un ahorro complementario al obtenido solamente mediante la disminución de potencia por cada punto de luz.
También se puede conocer en tiempo real cualquier fallo que se produzca en cualquier punto de luz, su consumo energético, y por supuesto sus características técnicas.
Para averiguarlo se estructuró un estudio en dos fases: la primera consistió, en el diseño y confección de dos formularios, antes y después del cambio, para conocer la opinión de los ciudadanos que se tramitaron online.
Dentro de cada encuesta, hay dos fases bien diferenciadas: La primera es la toma de datos del ciudadano, en el que podemos clasificarlos por edad, sexo, dirección y niveles de estudio y la segunda fase se dedica en exclusiva a la opinión del ciudadano en lo relativo a sensaciones personales, factores psicosociales y ahorro y eficiencia energética.
Se distribuyeron sendos formularios entre el personal del Ayuntamiento así como universidades, colegios profesionales y contactos personales. Dado que en la primera encuesta se obtuvieron 300 respuestas, en la segunda se tomó ese número como máximo.
A través de un correo electrónico o WhatsApp, se accedía al formulario en el que se explicaba la realización de un estudio de investigación sobre la influencia de la iluminación urbana en el bienestar de la ciudadanía.
Para realizar el registro era obligatorio introducir el correo electrónico y contestar a cuestiones generales para fines estadísticos como edad, sexo, domicilio y nivel académico.
Se procedía a rellenar las preguntas del formulario que integraba las siguientes cuestiones:
• Cuestión 1: ¿Se ha dado cuenta que se ha cambiado la iluminación de su calle?
• Cuestión 2: ¿Le gusta la iluminación de su calle?
• Cuestión 3: ¿Le gusta el color de luz de su calle?
• Cuestión 4: ¿Cómo de intenso cree usted que es el alumbrado público de su calle?
• Cuestión 5: ¿Tiene la sensación de estar BIEN iluminada su calle con la iluminación?
• Cuestión 6: ¿Cree usted que el número de farolas en su calle es suficiente?
• Cuestión 7: ¿Cree usted que la iluminación de su calle podría influir sobre posibles accidentes (Tráfico, caídas de peatones, etc.)?
• Cuestión 8: ¿Cómo de seguro se siente usted cuando camina por su calle en horario nocturno?
• Cuestión 9: Valore el nivel de estrés que sufre al pasear por su calle en horario
• Cuestión 10: ¿Le produce el alumbrado público de su calle algún tipo de molestia?
• Cuestión 11: ¿Influye la iluminación de su calle sobre su estado de ánimo?
• Cuestión 12: Valore en términos generales la calidad de la iluminación de su calle
• Cuestión 13: ¿Cómo de conforme estaría usted con la reducción de la intensidad del alumbrado público para ahorrar energía?
• Cuestión 14: ¿Cómo de conforme estaría usted con la eliminación de puntos de luz, en su calle, si no fuesen necesarios, cumpliendo los niveles reglamentarios?
• Cuestión 15: ¿Cómo de conforme estaría usted con la eliminación de puntos de luz peatonales, en su calle, si no fuesen necesarios, cumpliendo con los niveles reglamentarios?
• Cuestión 16: ¿Cree necesario la poda de los árboles para la iluminación de su zona?
• Cuestión 17: ¿Cree que están bien iluminados los pasos de cebras de su zona?
Cuestión 18: ¿Qué busca principalmente en un alumbrado público?
Las conclusiones obtenidas a partir del primero formulario enviado fueron que el prototipo de ciudadano más participativo es un hombre de entre 40 y 50 años que vive en el centro y posee formación universitaria técnica. Por otro lado, el grupo menos participativo fueron las mujeres sin estudios mayores de 65 años habitantes de urbanizaciones exteriores.
Tan solo el 30% se dieron cuenta de que había cambiado la iluminación.
En general, las conclusiones derivadas de la encuesta es que la ciudadanía no le da importancia al color ni cree que afecte al estado de ánimo o el estrés. Pero sí le produce seguridad y no causa molestias. También cree que afecta a posibles accidentes y caídas.
El alumbrado antiguo estaba aceptado en mayor medida con valores en torno al 75%, pero la sensación que perciben obtiene un valor inferior.
De todos modos, un 70% de la ciudadanía está conforme con reducir la intensidad y de la eliminación de puntos de luz, pero un alto porcentaje (40%) de cuidados que consideran mal iluminados los pasos de peatones.
Otro problema para el alumbrado es la poda de los árboles, que alcanza al 80% de la percepción de la ciudadanía.
Para el segundo formulario, se procedió de manera similar al primero, pero incorporando una pregunta adicional, la nº 19, que preguntaba:
¿Con cuál de las dos iluminaciones, le produce la sensación de estar mejor iluminada su calle?
En el segundo formulario encontramos similitudes en cuanto a los prototipos más y menos participativos de individuos.
En este caso, el 95% sí percibió el cambio en la iluminación y le da importancia al color y además le gusta la nueva tonalidad, nivel de intensidad y calidad. Los usuarios valoran muy positivamente y se obtiene un 30% de mejora con respecto al anterior formulario.
Para el ciudadano, los conceptos como sensación de seguridad son muy satisfactorios, con una mejora de nuevo del 30% respecto al formulario previo. En cuanto a estrés, molestias y estado de ánimo los resultados son similares.
De acuerdo a los datos, el 60% de la ciudadanía está conforme con reducir la intensidad y de la eliminación de puntos de luz, pero se mantiene el porcentaje de los que no quieres la eliminación de puntos en los acerados. También resaltar que el porcentaje de ciudadanos que consideran mal iluminados los pasos de peatones ha disminuido en un 30% con respecto al formulario inicial.
Continúa siendo un problema para el alumbrado la poda de los árboles aunque ahora en menor medida.
Tan sólo tres preguntas, realmente objetivas, que son los puntos iniciales y finales de la investigación.
La primera pregunta, similar a ambos formularios, es si realmente se han dado cuenta del cambio de la iluminación en la calle donde habita el ciudadano que contesta.
Pues bien, los datos obtenidos son muy reales, ya que, aunque el porcentaje del primer formulario es un poco elevado (30%), es verdad que, había zonas de la ciudad de Badajoz, donde ya se había producido, anteriormente, algún cambio de la iluminación. Pero para el segundo formulario, comprobamos que, prácticamente, todos los ciudadanos se han dado cuenta de este cambio (94,2%).
La segunda pregunta objetiva era preguntar al ciudadano que es lo que busca en el alumbrado público de su ciudad, y analizar los datos obtenidos. Antes de realizar el cambio las preferencias de los hombres es el confort y la eficiencia (82%), pero para las mujeres, lo primero que demandan es seguridad (45%).
Una de las principales conclusiones que podemos obtener de la tabla superior es que, una vez realizado el cambio, para las mujeres ya no es su primera opción la seguridad (25%), sino que eligen el confort y la eficiencia, como los hombres.
Analizando el resto de preguntas hallamos que en cuanto a sensaciones personales, en todos los resultados de los encuestados, son muy satisfactorios, incrementando en un 30%, con respecto a los valores iniciales.
Dentro de los factores psicosociales analizamos que el factor seguridad ha aumentado un 27%, lo que nos indica que las nuevas instalaciones ofrecen al ciudadano una sensación de mayor seguridad. Se trata del reflejo de la opinión de las mujeres, a la hora de decidir que buscaban en un alumbrado. El resto de los valores no se ve alterado a excepción del estado de estado de ánimo, que mejora sus resultados. Podemos concluir que el alumbrado, en términos de estrés y de molestias no afecta al ciudadano según los encuestados.
En cuanto a ahorro y eficiencia energética, se trata de valores muy parecidos en ambas encuestas. La mitad de la ciudadanía sí estaría de acuerdo en reducir, niveles, puntos de luz, etc., siempre que favorezca el ahorro energético y la otra mitad no lo demanda.
De acuerdo a los encuestados, el principal problema de las instalaciones de alumbrado público es el arbolado existente en las ciudades y como segundo problema es la iluminación de los pasos de peatones, que una vez realizado el cambio ha experimentado una enorme mejoría de más del 30%.
El principal objetivo que demanda la ciudadanía a su alumbrado público es que sea confortable y eficiente, que le reporte seguridad y no es partidaria de eliminar puntos de luz.
Una temperatura de color más fría en las instalaciones de alumbrado público, ofrece una mayor satisfacción que una más cálida ya que mejora enormemente el reconocimiento facial y del entorno.
El alumbrado público no influye en los conceptos de estrés, molestias y estado de ánimo de los ciudadanos según los encuestados.
La gran mayoría de los encuestados prefieren el nuevo alumbrado de la ciudad. Es un valor muy significativo que nos indica que, con el cambio de la iluminación, ha aumentado el grado de satisfacción de la ciudadanía.
Queda demostrado que a la ciudadanía le interesa enormemente el alumbrado público de su ciudad y sentirse partícipe en su diseño. Existe una relación bidireccional. Por tanto, diseñar instalaciones de alumbrado público haciendo partícipe a los ciudadanos, debe ser el punto de partida para los que asumen o tienen estas competencias.
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