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El proyecto REMOURBAN surgió en 2014 como iniciativa del Centro Tecnológico CARTIF, las ciudades de Valladolid, Nottingham y Tepebaşi y un conjunto de socios internacionales que buscaban desarrollar y validar un modelo de Regeneración Urbana sostenible y replicable en otras ciudades europeas. El proyecto ha desplegado soluciones en los ámbitos de la energía, la movilidad y las TIC permitiendo transformar estas ciudades en entornos más sostenibles e inteligentes, y demostrar cómo estas soluciones funcionan tanto desde el punto de vista tecnológico como no tecnológico. Así, el proyecto REMOURBAN es un proyecto demostrativo a gran escala cuyo principal objetivo es acelerar la transformación urbana hacia el concepto de Ciudad Inteligente, considerando todos los aspectos de la sostenibilidad.
Este Modelo de Regeneración Urbana, así como el conjunto de buenas prácticas y lecciones aprendidas buscan dar soporte a otras ciudades para afrontar los retos relacionados con la mejora de la calidad de vida, de sus condiciones medioambientales, el uso de recursos, la lucha contra las desigualdades (como la pobreza energética), la integración de tecnología y la mejora de los procesos de gobernanza. Estos retos, así como otros nuevos a los que se enfrentan las ciudades hoy en día (como la situación excepcional vivida a consecuencia de la pandemia) deben acometerse de una forma integrada y holística, a la que REMOURBAN ha buscado dar respuesta.
Fachada fotovoltaica en el distrito de Fasa-Delicias en Valladolid
22 Socios de 7 países han trabajado juntos, coordinados por CARTIF, en un proyecto que ha permitido la rehabilitación de un total de 920 viviendas en las tres ciudades faro del proyecto (alrededor de 64.000m2 de área acondicionada), implementando soluciones de aislamiento térmico de la envolvente, sistemas de generación más eficientes y fuentes renovables que cubren una gran parte del consumo. En este ámbito cabe destacar la renovación completa de la red de calor del distrito de Fasa-Delicias en Valladolid donde se ha implementado un sistema de generación basado en biomasa complementado por un pequeño aporte de energía solar a través de una fachada fotovoltaica. En Nottingham se ha desplegado una innovadora red de calor de baja temperatura que permite reducir las pérdidas considerablemente e incrementar así la eficiencia del sistema empleando el retorno de una red de calor pre-existente. En el caso de Tepebaşi una red de calor y frío alimentada con biomasa y aerotermia ha permitido convertir también un conjunto de edificios en un distrito de consumo de energía casi nula.
En el ámbito de la movilidad, se han desplegado un total de 95 vehículos eléctricos tanto para transporte colectivo (autobuses) como para sistemas de vehículo compartido o para distribución de bienes y servicios dentro de la ciudad. Además se ha implementado una infraestructura de recarga para fomentar la electro-movilidad como solución alternativa, buscando reducir las emisiones de CO2 y otros contaminantes. En Valladolid por ejemplo, se han instalado pantógrafos para la carga de autobuses eléctricos y se ha desplegado una infraestructura pública de carga que se ha convertido en una de las mayores de España.
Punto de carga rápida en CENTROLID
Autobús eléctrico con carga con pantógrafo en Valladolid
Por último, en el ámbito de las TIC, se han desarrollado plataformas de recogida y gestión de datos en las tres ciudades, así como una segunda plataforma global que las conecta y desde la cual se accede a una serie de servicios para los ciudadanos como mapas de energía, estrategias de gamificación o sistemas de evaluación de los principales indicadores en energía y movilidad, así como de la evolución de índices de inteligencia y sostenibilidad de la ciudad.
Estas acciones han permitido unos ahorros directos de más de 7.100 MWh al año y una producción mediante energías renovables de más de 4.150 MWh al año, lo que se traduce en unos ahorros de emisiones a la atmósfera de alrededor de 2.675 toneladas de CO2 cada año.
Así, el proyecto ha contribuido a la mejora de la calidad de vida en las tres ciudades donde más de 20.000 ciudadanos se han visto directamente beneficiados por las actuaciones llevadas a cabo tanto en la rehabilitación de sus viviendas como en la incorporación de nuevas soluciones de movilidad urbana más sostenibles.
La ciudad de Tepebaşi
Servicio de bicicletas eléctricas
En el caso concreto de Valladolid, se han rehabilitado 400 viviendas en el distrito de Fasa-Delicias con un ahorro de energía de un 30% y la incorporación de energías renovables que cubren el 74% del consumo energético. Esto redunda en la reducción de la factura energética de los vecinos en un 60% lo que les permite cubrir la parte co-financiada a través de un contrato de servicios energéticos. Esto, unido a las subvenciones recibidas por parte de la Comisión Europea y del Ayuntamiento de Valladolid ha permitido a los vecinos no tener que realizar un desembolso inicial para cubrir la inversión, sino que ésta se financia manteniendo su factura energética como antes de la intervención.
En el ámbito de la movilidad, la ciudad ha incorporado dos autobuses con tecnología híbrida en la línea 7 con carga a través de pantógrafo que, unido a otros 3 autobuses desplegados por el Ayuntamiento de la ciudad como respuesta al éxito del primer piloto han permitido hacer esta línea más sostenible, operando en modo completamente eléctrico en la zona de bajas emisiones del centro de la ciudad. A esto se une el soporte del Ayuntamiento a la adquisición de vehículos eléctricos mediante contratos por monitorización de su uso para negocios locales y empresas de reparto. En total 45 vehículos contribuyen ahora a que la calidad del aire de la ciudad continúe mejorando. La infraestructura de recarga también es un elemento clave para una ciudad que tiene el eje de la movilidad sostenible como una de las prioridades en su hoja de ruta. Los ciudadanos vallisoletanos cuentan con la infraestructura pública de carga más amplia de toda España, lo que muestra la apuesta de Valladolid por la movilidad eléctrica, buscando dar soporte a los usuarios y promover el uso de tecnologías más sostenibles.
La digitalización es sin duda otro de los grandes retos de la ciudad actual, con un escenario donde todo está cada vez más conectado. Así, este eje ha sido clave en REMOURBAN donde las tres ciudades han desarrollado una plataforma urbana que les permite gestionar de una manera más eficiente, información acerca de infraestructuras energéticas y de movilidad, así como monitorización medioambiental u otros ámbitos que facilitan la identificación de estrategias de mejora.
Las ciudades sostenibles cuentan con altos estándares de calidad de vida y bienestar para sus ciudadanos, con acceso a servicios básicos y promoviendo su participación en procesos de toma de decisión. Para lograr estos beneficios, es necesario contar con soluciones tecnológicas que contribuyan al uso eficiente de recursos, mejorando los servicios públicos y facilitando la vida de los ciudadanos. Sin embargo, una ciudad con un alto nivel tecnológico no necesariamente es una ciudad sostenible, por lo que la sostenibilidad va más allá del concepto de inteligencia y tiene en cuenta otros factores.
Una forma de medir estos conceptos es mediante el uso de índices que permitan conocer, por un lado, la sostenibilidad calculando indicadores que evalúen las principales características de la ciudad de acuerdo a ciertos criterios sostenibles y, por otro, una medida de la influencia de la inteligencia en la mejora de su sostenibilidad.
Así, REMOURBAN ha desplegado un servicio de evaluación de la inteligencia y sostenibilidad de la ciudad, que permite dar soporte a los procesos de planificación e identificación del impacto de soluciones en materia de energía, movilidad o tecnologías de información. Esta herramienta, llamada STILE, integra un sistema de indicadores, automatiza la recogida de datos y genera índices que facilitan la evaluación del comportamiento de la ciudad.
Viviendas de consumo de energía nula en Nottingham
La participación y la comunicación han sido ejes principales durante todo el desarrollo del proyecto. El proyecto generó desde el inicio una estrategia para involucrar a todos los agentes que forman parte de la transformación urbana con especial énfasis en los ciudadanos. Asegurar su participación en todas las fases del proceso es esencial para lograr que las soluciones implementadas contribuyan a lograr los objetivos esperados. Así, el proyecto ha implementado acciones en tres niveles de participación: a nivel más básico en un escalón fundamentalmente informativo buscando concienciar y explicar los beneficios de las acciones implementadas; en un segundo nivel, mediante diálogos y acciones colaborativas; y, finalmente, acciones de empoderamiento y co-creación con los ciudadanos. Estas acciones se han ido adaptando a lo largo del proyecto y en función de las necesidades de cada una de las acciones implementadas. Algunas de las más destacables incluyen la creación de oficinas de información al ciudadano, la organización de talleres para fomentar el uso del vehículo eléctrico, o la generación de comités de seguimiento y co-creación con los vecinos para adaptar las soluciones de rehabilitación energética a sus demandas. Todo ello acompañado de campañas de divulgación tanto digitales como tradicionales.
Distrito de energía casi nula en Tepebaşi
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