Una de las cinco misiones hacia la sostenibilidad aprobadas recientemente por la CE pretende que haya, al menos, 100 ciudades climáticamente neutras e inteligentes antes de 2030
El mundo se encuentra en una situación crítica. Se enfrenta a una serie de retos globales complejos entre los que destacan la salida de la pandemia de la COVID-19, el cambio climático, el envejecimiento de la población, la falta de seguridad global y la dificultad del acceso a los servicios básicos de un porcentaje elevado de la población mundial.
En los últimos años, se ha llegado a un consenso internacional sobre las principales soluciones a muchos de estos problemas, que se concreta en la aprobación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible por 193 países en septiembre de 2015 (Nations, 2015). Ya han pasado seis años desde entonces y aún estamos lejos de alcanzar las metas fijadas.
Sin embargo, la Unión Europea está avanzando en los objetivos, fundamentalmente a través del “Pacto Verde Europeo” (European Commission, 2019), que pretende una transformación profunda de la economía europea, eliminando sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2050, disociando el uso de recursos del crecimiento económico y sin dejar atrás en la transformación ni lugares ni personas. Este pacto se materializa, entre otros, en las cinco misiones hacia la sostenibilidad aprobadas recientemente por la Comisión Europea (European Commission, 2021).
Una de las misiones se centra en el ámbito urbano y pretende que haya, al menos, 100 ciudades climáticamente neutras e inteligentes antes de 2030. En el contexto de la misión, la neutralidad climática significa una transformación sin precedentes que conseguiría ciudades más seguras, saludables, sostenibles y prósperas. Permitiría una generación de empleo masiva, un aumento de la prosperidad, la calidad de vida y el bienestar y una reducción de la desigualdad en las ciudades. La misión lleva consigo la implementación de una serie de instrumentos innovadores entre los que destacan:
En España, la importancia de que las ciudades alcancen la neutralidad climática es superlativa puesto que el 80% de la población vive en ciudades (World Bank, 2020) y sus emisiones de gases de efecto invernadero suponen el 86% del total nacional. Por estos motivos, desde el comienzo de la definición de las misiones, en 2019, se lleva trabajando intensamente en la aplicación de la misión de ciudades a nuestro territorio. Así se creó un “grupo espejo” de la misión en España denominado “Comunidad Transformación de Ciudades” dentro de la iniciativa de “El Día Después” (Moreno-Serna et al., 2020). Esta comunidad es un espacio de colaboración multi-actor, donde personas de más de 15 ciudades, ministerios, empresas, organizaciones de la sociedad civil, centros de investigación y universidades trabajamos para promover una transformación urbana que construya esas ciudades más sostenibles que queremos.
Una ciudad climáticamente neutra permitiría una generación de empleo masiva, un aumento de la prosperidad, la calidad de vida y el bienestar, y una reducción de la desigualdad.
En este tiempo, la actividad se ha centrado en desarrollar iniciativas de movilidad sostenible, rehabilitación energética y recuperación de barrios y viviendas. También se han incubado iniciativas como citiES 2030, desde la que se ha impulsado la firma de declaraciones institucionales por parte de 8 ciudades españolas (Barcelona, Madrid, Sevilla, Soria, Valladolid, Valencia, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza) junto al gobierno de España, en las que se han asumido compromisos concretos hacia la neutralidad climática, que las sitúan a la vanguardia de la transformación urbana y de la implementación de la misión de ciudades.
Otra iniciativa incubada ha sido el esarrollo de una estrategia estatal para lograr entornos escolares saludables, sostenibles y seguros en las ciudades, que pretende aprovechar los colegios y su entorno para acelerar la transformación urbana trabajando en su re-naturalización, la mejora del aprendizaje del alumnado, la distribución de comidas saludables y de proximidad, la pacificación de las calles colindantes, la mejora de la calidad del aire en los entornos de los colegios, etc. La demanda social para adecuar estos espacios al conocimiento y retos del siglo XXI, unido a su distribución y espacio disponible, hacen de los entornos escolares una oportunidad única para multiplicar acciones y entrenar las capacidades necesarias para enfrentar los retos urbanos actuales. Son además un punto estratégico de intervención para la transformación de las ciudades y suponen un espacio de equidad tanto a nivel de salud, social como territorial. En todos los barrios hay escuelas, por lo tanto, si intervenimos desde los entornos escolares, damos la oportunidad no solamente a los niños y niñas, sino también a la comunidad, de recibir los beneficios. Los espacios públicos como los entornos escolares, ofrecen también la oportunidad para recuperar y potenciar la conexión con la ciudad, a través de intervenciones que fomenten la salud, la justicia ambiental y social.
En la comunidad ‘Transformación de Ciudades’ de la iniciativa El Día Después, más de 15 entidades locales, junto con ministerios, empresas, organizaciones de la sociedad civil, centros de investigación y universidades trabajamos para construir ciudades más sostenibles.
En esta iniciativa están trabajando actualmente las ciudades de Barcelona, Madrid, Sevilla, Soria, Valencia, Valladolid, Vitoria y Zaragoza, las cuales en el marco de esta iniciativa se han fijado objetivos concretos y ambiciosos: (i) intercambiar aprendizajes, identificar buenas prácticas y enriquecer sus propias experiencias para lograr aprovechar la ventana de oportunidad que suponen los fondos de recuperación, transformación y resiliencia; (ii) elaborar un catalogo de actuaciones que evidencie barreras (regulatorias, administrativas, de gestión, etc.) en el trabajo en colegios y los instrumentos para superarlas; (iii) diseñar una estrategia estatal de transformación de entornos escolares sistémica e integral.
La “Comunidad Transformación de Ciudades” se constituye así en un “hub” de la transformación urbana en España donde todos los actores pueden mostrar sus iniciativas y encontrar un espacio de colaboración con otras ciudades y otros agentes. También supone un espacio de aprendizaje mutuo donde se organizan talleres de trabajo, sesiones de formación en torno a temas relevantes para las ciudades como la innovación en los procesos de licitación, ágoras de reflexión y actividades orientadas al desarrollo de planes de financiación privada para la transformación. Los objetivos fundamentales de la comunidad son:
Adicionalmente, el enfoque de misiones ya se ha puesto en marcha a nivel europeo a través del proyecto NetZeroCities, liderado por Climate-KIC , y del cual España forma parte a través de la participación de la Universidad Politécnica de Madrid, Cartif y Tecnalia. Este proyecto pretende desarrollar una plataforma europea de colaboración, que se complementará con las iniciativas de cada país, como la comunidad española de transformación de ciudades. Estas estructuras de colaboración de ámbito nacional se adaptan a la complejidad y la idiosincrasia de cada país, como ha demostrado Viable Cities, una plataforma de innovación multiactor centrada en la implementación de la Misión Europea de Ciudades en Suecia, surgida de un esfuerzo concertado entre la administración pública (Vinnova - Agencia Sueca de la Energía) y la academia (KTH Royal Institute of Technology).
Una de las iniciativas puesta en marcha es el desarrollo de entornos escolares saludables, sostenibles y seguros en las ciudades, aprovechando así los colegios y su entorno para acelerar la transformación urbana.
La Misión Europea de Ciudades representa una oportunidad única para acelerar la transición ecológica y la transformación que necesitamos. Se trata de un instrumento que permitirá diseñar e implementar soluciones y medidas concretas que ofrezcan respuestas a retos complejos como la generación de empleo masiva, la mejora de la calidad de vida, el bienestar de las personas, y la reducción de la desigualdad en las ciudades. Todo esto sumado a una invitación excepcional, trabajar con todos los actores de la sociedad, especialmente con la ciudadanía, la cual dejará de ser participe sólo a través de procesos de consulta y comenzará a ser un verdadero agente de cambio.
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