En el año 2015 dio comienzo un proceso de participación ciudadana cuyo resultado fue la redacción por parte de los técnicos Municipales del Anteproyecto para la reurbanización del Paseo Ramón y Cajal de Huesca en su recorrido desde el Rio Isuela hasta su encuentro con el Coso Bajo.
En noviembre de 2017, y tomando como base el citado anteproyecto, se redactó el Proyecto Básico, de las obras de reurbanización del Paseo Ramón y Cajal. En su definición, la ejecución de las obras estan divididas en 3 Fases para las que se redactan los consiguientes Proyectos Ejecutivos de Urbanización.
Finalmente en el año 2018 se redacta el proyecto de ejecución de la primera fase, entre el Rio Isuela y la calle Jose Maria Lacasa, finalizando las obras descritas en el mismo en mayo del año 2019.
Los objetivos principales del proyecto de renovación del Paseo Ramón y Cajal han sido, por un lado, la ampliación de los espacios para el peatón, especialmente las aceras al pie de las dos fachadas, y, como consecuencia, la reducción del espacio estrictamente viario. Por otro lado se ha procedido a la renovación de la totalidad de las redes que circulaban bajo el mismo.
La implementación de espacios de relación de calidad para los peatones busca mejorar la experiencia del peatón funcional y visualmente. En ese sentido se ha mantenido el vial central, reducido a dos carriles y se han ampliado las aceras laterales. En las mismas se han definido distintos ámbitos funcionales de forma longitudinal, caracterizados de maneras diferentes en función de su posición y de sus dimensiones. Las líneas de arbolado e iluminación harán las veces de filtros entre las distintas zonas, definiendo sin cerrar los distintos ámbitos. Será fundamental la lectura en continuidad de los distintos espacios peatonales, evitando las barreras físicas o funcionales en la medida de lo posible.
Las áreas junto a los edificios se entienden como áreas de circulación estrictamente peatonal. En las mismas se reserva una zona para la disposición de grupos de sillas junto a la línea de árboles. El mobiliario cumple así también una tarea de filtro y no de barrera. En este mismo espacio de ambas aceras tendrían cabida las terrazas de las cafeterías e incluso un hipotético mercadillo. Las aceras tienen 7 metros y permitirían la instalación eventual de casetas para la venta ambulante o ferias temáticas.
En la zona norte, a continuación del filtro de arbolado, aparece un área estancial vinculada a los cedros. En la misma, se dispone un pavimento drenante para mejorar las condiciones de irrigación de los cedros existentes. De esta forma, conservando esa imagen fluida que proviene del diseño de áreas próximas, se reduce la afección al área radicular de los árboles, se amplía la capacidad estancial, se construyen áreas protegidas y se arma un recorrido animado y sinuoso entre los cedros. La aparición de estas geometrías ayuda a su vez a integrar las rotondas en el discurso formal de la propuesta. Estas áreas se cubrirán con caucho cuando estén destinadas a los juegos de niños y con plantas arbustivas cuando su destino sean jardineras.
Entre las zonas estanciales y el viario aparecen dos bandas de servicios, en las que se incluyen las áreas de contenedores, aparcamientos o las paradas del autobús urbano.
Las áreas estanciales de ambas aceras se encuentran a cota a lo largo de toda la calle para garantizar la accesibilidad a todos los puntos de las mismas. Por otro lado, los pasos de peatones estarán debidamente adaptados para facilitar el tránsito de una acera a otra a través del vial central. Dichos pasos de peatones dispondrán además de los elementos de baldosas abotonadas necesarios para ser identificados por parte de las gentes de visión reducida. La claridad en la delimitación de las zonas estanciales, incluido el cambio de color, ayuda a estas personas a reconocer estos ambientes y a manejarse por ellos con seguridad y facilidad.
Los materiales elegidos para resolver la pavimentación del nuevo Paseo Ramón y Cajal, buscan garantizar la durabilidad del mismo, así como facilitar su mantenimiento. La elección y combinación concreta de los mismos pretende vincular esta intervención a su contexto, así como reforzar la lectura de la zona peatonal y las áreas de servicio en conjunto, ampliando la percepción del peatón de su espacio de movimiento. Se reduce así material y visualmente la zona asfaltada de viario a los dos carriles de circulación centrales.
En la elección de los materiales de esta propuesta se han tomado como referencia espacios estanciales de reciente ejecución, muestra de lo que serán a futuro todas las áreas peatonales en torno al Casco Histórico y Coso.
Entre las áreas de las aceras, un eje compuesto por piezas de gran formato (120 x 80 x 12 cm) constituirán el elemento lineal de rotula entre ellas. En esta línea se dispondrán, además de los alcorques de los árboles, las líneas de farolas o las papeleras.
El asfalto queda reducido al área central de circulación para automóviles, en el área central del nuevo paseo. Esta zona esta encintada por rigolas en el contacto con las aceras en las que se situaran los imbornales.
En el contacto con la calle Jose Maria Lacasa se situará una rotonda para resolver la circulación. La integración de este elemento ha sido otro de los objetivos de esta propuesta, de tal manera que inspira las formas curvas de los parterres. La delimitación de la misma se realizará con piezas de hormigón claro y el interior combinará plantaciones con áreas drenantes.
El reto estará por tanto en convertir esta zona en un espacio recuperado para el peatón, capaz de resolver las cuestiones estrictamente funcionales de circulación y estacionamiento, pero también aquellas relacionadas con el bienestar de los vecinos y sus espacios públicos de relación.
El esquema de iluminación de la propuesta se adaptará a las distintas áreas del paseo descritas anteriormente: las zonas estanciales, la zona de paseo entre los cedros, el entorno de las rotondas o las áreas de servicio y circulación de vehículos. Las luminarias se situarán sobre las líneas divisorias entre las zonas o vinculadas a los parterres curvos, respondiendo a las distintas necesidades y geometría de las zonas a iluminar. La iluminación es fundamental en la caracterización nocturna de los espacios, pero las luminarias propuestas tienen, además, la capacidad de integrarse y perfilar las geometrías de la nueva escena urbana.
Se han elegido, por tanto, dos tipos de iluminación de carácter bien diferenciado y, al mismo tiempo, con un diseño contemporáneo y homogéneo que permite su lectura conjunta como sistema de iluminación propia del paseo. Siendo la mejora de la sostenibilidad uno de los objetivos de la propuesta, ambos aparatos serán de iluminación LED e incorporan sistemas de control.
Finalmente, los perfiles lineales, incorporarán unos focos de color para animar la base de los cetros, iluminándolos desde abajo a su paso.
El mobiliario de la propuesta proviene, en su mayor parte, de referencias de proyectos recientemente ejecutados, pero incorpora algunos que caracterizan y singularizan algunas áreas del nuevo Paseo.
La utilización de elementos ya en uso en otras calles próximas facilita la reposición y ayuda a leer con cierta continuidad el espacio urbano.
Los sillones dispuestos en las aceras se situarán perpendiculares al sentido de la marcha, en grupos de cuatro a una distancia que permita a los usuarios mantener una conversación o bien usarlos aisladamente. La colocación en este sentido y de esta manera permite acotar e independizar las áreas de descanso y definir mejor estas zonas dentro de la misma acera.
Por otro lado, se diseñarán diferentes elementos vinculados a los parterres bajo los cedros, como unos bancos curvos que, construidos con piezas de hormigón prefabricado blanco de 35 x 50 cmts, perfilan y protegen el área de juego o descanso. La construcción del recorrido bajo los cedros queda así bien definida con estos elementos. Estos bancos refuerzan la lectura de las curvas que las luminarias lineales anticipan en la lejanía. En el interior de del parterre dedicado a los juegos de niños se usará caucho para que los estos puedan jugar en el interior. Para animar esta área de juegos y, ante la imposibilidad por la presencia de los cedros y lo contenido del área de colocar mobiliario de juegos, se opta por plantear una topografía de pequeños montículos. Entre los mismos los niños pueden subir y bajar en un entorno protegido.
Finalmente se ha pensado en un sistema de celosías metálicas pintadas en blanco que ayuden a resolver dos necesidades, por un lado la protección y separación de las zonas estanciales próximas a las zonas de circulación y, por otro, a “vestir” y homogeneizar los elementos de mobiliario urbano relacionados con las instalaciones (armarios eléctricos, de control semafórico,..). Estas celosías serán suficientemente tupidas como para garantizar su resistencia y capacidad de protección, pero no tanto como para erigirse en barreras cerradas.
La decisión de liberar el espacio en contacto con las fachadas podría llegar a permitir la implantación en ambas aceras, de las casetas de un mercadillo o feria eventual. En la banda que delimitan los bancos, de unos 2 metros de ancho se pueden situar las casetas y todavía quedarían 5 metros para paso.
La escena urbana que se construye en esta propuesta remite en sus elementos y materiales a entornos y actuaciones de la ciudad de Huesca. Estos elementos, combinados y armados de distintas formas generan un espacio ligado con su contexto, pero con personalidad propia.
Para leer el artículo original sobre el proyecto, descarga el artículo completo aquí.
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