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Parque Alfredo Landa (Pamplona)

Parque Alfredo Landa (Pamplona)
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El ámbito de la intervención está ubicado en la zona central del nuevo barrio de Lezkairu enlazando Mendillorri con la Universidad Pública. Queda dividido en dos partes por la calle Juan Pablo II. La primera parte tiene una topografía más acusada en cuanto parte de unas conexiones consolidadas en Santa Marta que obligan a unos trazados ya prefijados.

 

En origen toda esta zona era un humedal que de este a oeste daba continuidad a un cierto ecosistema. Era la estructura natural. Tras la urbanización de este nuevo barrio todo se ha trasformado...todo es ortogonal, lineal...Nuestro proyecto trata de volver a hacer aquello que hace pocos años existía.

 

El parque trata de aportar la idea de volver a restaurar aquella vía verde, con “poco“ gesto duro, con árboles de gran porte que permitan, al igual que se posibilita recircular en coche, se posibilite recircular a las espacies entre las faldas de Mendillorri y el Sadar ya en el campus de la Universidad Pública.

 

El Soto es un ejemplo de urbanismo con una fuerte presencia geométrica. La zona verde que nos ocupa es una grieta, un espacio lineal que se justifica en el enlace entre las partes del desarrollo Sur de Pamplona. El espacio es “trágicamente” lineal, su vocación es la de unir, la de conectar...

 

La idea nos viene de nuestras madres, de cómo actuaban con naturalidad cuando se trataba de unir los trozos de tejido separados, lo que hacían era hilvanar, era unir, era poner la trama en la que con “naturalidad” la naturaleza se acaba por acomodar a un esquema que con esa simplicidad acaban bordando. Así el camino va hilvanando entre los dos bordes dando a este gesto el motivo sobre el que se insertan el resto de las decisiones, desde el “jardín” botánico en las laderas sur de Santa Marta la Real hasta el espacio de escena ya en el eje, o los rincones caminos. Todo ello acabará dando un nuevo tejido que bordea, y por lo tanto borda los dos bordes.

 

La Naturaleza acaba impregnando y resolviendo lo que la idea pretende ser: hilo vano.

 

Por otro lado creemos que también un parque debe recorrerse en un sentido longitudinal, pero eso debe hacerse también con delicadeza, creemos que un parque no debe ser comprendido como una calle, debe ser algo más diverso, ameno, pautado y graduado.

 

El mismo esquema que va suturando de lado en lado es el camino propuesto para ir paseando.

 

...Que no veamos desde un extremo al otro, que vayamos progresivamente recorriéndolo, descubriéndolo, encontrando en cada punto algo diferente que siga motivando a proseguir hasta que sin darnos cuenta estemos al principio o al final.

 

Unir por un lado, con caminos en medio de un “bosque” y por otra parte que la dimensión de 850 metros no sea significativa sino una propuesta de un “mecano” natural que inserta episodios individuales, frente a inquietantes y largas perspectivas han dado como resultado el trazado.

 

Nuestra idea como se va diluyendo entre los planos y los comentarios del análisis es hacer que el hilván de nuestra estructura de caminos quede a medio plazo fundida entre los árboles que con el tiempo vayan convirtiéndose en los auténticos protagonistas.

 

Con el tiempo los árboles tienden a hacerse más hermosos, mientras que las estructuras artificiales tienden a ajarse y sólo a base de mantenimientos constantes pueden justificarse.

 

La idea intenta resolver el problema que resulta de la urbanización del Soto de Lezkairu, la falta de espacios verdes, y la poca conectividad entre la parte norte y sur de la misma.

 

Frente al diseño original del parque, se enfrenta un parque eminentemente verde, en donde los caminos estén presentes en su mínima expresión y la zona verde aportada al conjunto urbano en su máxima.

 

Al estar el parque en medio de la nueva urbanización, la disposición de estos caminos resuelve de un modo directo y sencillo la conexión entre las calles a ambos lados del parque. En la zona oeste, estas calles no están alineadas, dando una pauta triangular al trazado del parque que se extiende a la zona este.

 

Los caminos tienen dos órdenes, los de conexión directa, más pequeños y de paso, y el camino central, más ancho y que sirve para disfrutar el parque. Este camino principal, zigzaguea de forma que las parcelas verdes resultantes de la intersección de este camino, con los secundarios y la acera, poseen forma triangular. Es importante este trazado quebrado, ya que permite ir descubriendo el parque conforme se recorre, produciendo un efecto que hace que parezca mayor de lo que es.

 

El parque posee una dimensión de 50 metros de ancho y 850 de largo. El estudio de la orografía interior era muy importante para que tuviera entidad propia y no acabase siendo un mero boulevard. Por ello, para dar un espacio propio al parque diferenciado del entorno y aislarse del tráfico circundante, los triángulos verdes se transforman en colinas.  Esto produce un recogimiento en el interior y aumenta la sensación visual de la zona verde. Estas colinas, de pendientes ligeras y suaves, para disfrute del usuario, nacen del camino principal invitando a tumbarse y descansar en ellas... (Descargar para seguir con la lectura)

 

Blasco Esparza Arquitectos

 

Reportaje publicado en el Nº 167 - Primer Trimestre 2014

 

Puedes descargarte el Reportaje completo aquí


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