Símbolo del pasado y referencia del futuro
Publicado en:
ARCHIVADO EN:
04/11/2022
TEMAS
En marzo de 2021 daba comienzo una de las mayores obras de renovación y mejora del verde urbano que ha experimentado la ciudad de Zaragoza en los últimos años. La renovación del Parque Grande José Antonio Labordeta, construido en 1927 y con una superficie de 270.466 m2, ha supuesto una completa actualización de uno de los espacios más tradicionales y emblemáticos hacia los enfoques innovadores propios del siglo XXI. Siempre teniendo en cuenta los criterios básicos de armonía y estética del lugar, esta obra se ha proyectado como un conjunto multidisciplinar de medidas que tienen como finalidad potenciar al máximo las cualidades innatas de este espacio como gran punto de encuentro y “pulmón” saludable de Zaragoza.
Este gran símbolo verde de la ciudad ha sido siempre concebido de la manera tradicional, es decir, como un espacio arbolado de recreo cuyo mantenimiento implicaba los cuidados básicos que exige su vegetación, sin reforzar conceptos de relevancia como el ocio, la sostenibilidad en el entorno urbano o el esparcimiento anímico de sus visitantes. La renovación del Parque Grande se ha centrado en su concepción como “espacio del futuro y contemporáneo que sirva de refugio y punto de encuentro, con un entorno dinamizado y revitalizado que permita acoger actividades lúdicas de todo tipo y eventos deportivos permanentes, al estilo de otros grandes parques del mundo”, en palabras del alcalde de la capital aragonesa, Jorge Azcón.
La renovación del Parque Grande José Antonio Labordeta, construido en 1927 y con una superficie de 270.466 m2, ha supuesto una completa actualización de uno de los espacios más tradicionales y emblemáticos hacia los enfoques innovadores propios del siglo XXI.
Dos han sido los factores clave propiciadores del cambio de paradigma de los espacios verdes urbanos en la ciudad: por un lado, la llegada del nuevo equipo de gobierno, que ha introducido novedosos conceptos como el tratamiento de la infraestructura verde urbana, las soluciones basadas en la naturaleza o el control biológico de plagas; y, por otro lado, la gran demanda de zonas verdes exigida por los ciudadanos a raíz de los confinamientos perimetrales derivados de la pandemia, que veían en estas áreas un refugio donde transitar con libertad y reconectar con la naturaleza.
El Gobierno actual ha conseguido licitar la nueva contrata de parques y jardines de la ciudad, un proceso complejo que ha dado como resultado la asignación a FCC Medio Ambiente y Urbaser-Integra del cuidado y mantenimiento de las zonas verdes. Concretamente, el primero seguirá encargándose del mantenimiento de los parques de Zaragoza con un contrato de cuatro años de duración más uno de prórroga valorado en 60,2 millones de euros, mientras que el segundo asumirá las tareas relacionadas con el arbolado de los paseos y bulevares con un presupuesto de 20,2 millones.
Para la recuperación del Parque Grande y su reconversión en espacio de referencia de la ciudad se trazó un Plan de Mejoras Paisajísticas de dos años de duración, centrado en medidas que mejoraran la biodiversidad y las infraestructuras del parque. Por ejemplo, se incrementó la riqueza natural del espacio gracias a la plantación de más de 86.000 bulbosas de tulipanes, narcisos y azafranes, la reorganización y cuidado integral de la Rosaleda y el Paseo de San Sebastián con más de 3.000 nuevas rosas o la renovación del arbolado más deteriorado para favorecer la supervivencia de la fauna urbana.
Para la recuperación del Parque Grande y su reconversión en espacio de referencia de la ciudad se trazó un Plan de Mejoras Paisajísticas de dos años de duración, centrado en medidas que mejoraran la biodiversidad y las infraestructuras del parque.
Más allá de las medidas orientadas a la concepción de este espacio como área renaturalizada, se ha hecho una apuesta decidida por eliminar barreras arquitectónicas y facilitar la movilidad, la accesibilidad y la inclusión de todas las personas. Para ello, se diseñó una nueva señaléctica unificada, inteligente y mucho más actual e integrada en el entorno, con un lenguaje simbólico de pictogramas para comunicar visualmente diferentes conceptos a lo largo de un circuito seguro.
Miguel Frago, diseñador de la familia de pictografías, alega que “la necesidad de crear un lenguaje simbólico que mejore la accesibilidad y legibilidad del espacio urbano y pueda ser captado instantáneamente por todo tipo de personas a través de un conjunto de señales gráficas y tipográficas contribuye a crear una identidad visual propia para la ciudad de Zaragoza”.
Por otro lado, con el fin de hacer accesible la Rosaleda, uno de los espacios emblemáticos del parque, a todos los visitantes, se ha implantado un circuito plenamente seguro con baldosas táctiles, rampas de acceso y barandillas, potenciando la cercanía a los parterres, así como una zona central transitable que facilita la aproximación de cualquier persona a los rosales. Asimismo, se ha impulsado la digitalización del entorno habilitando códigos QR distribuidos a lo largo de cada parterre para conocer el nombre y las características de cada variedad de rosa, información disponible también en la Sede Electrónica municipal.
Otro novedoso avance para favorecer la convivencia ciudadana y animal será la introducción de dos zonas de suelta de perros valladas, que han sido diseñadas en conjunto con el Colegio Oficial de Veterinarios de Zaragoza (ICOVZ) y cuya colaboración ha facilitado el establecimiento de criterios de bienestar animal y la sensibilización sobre la tenencia de animales de compañía. Se prevé la instalación de algunos juegos recreativos, bancos para el uso de los propietarios y bebederos caninos, entre otros.
Para el disfrute familiar del “pulmón” verde de Zaragoza se ha diseñado un pump-track o circuito que puede ser utilizado tanto por usuarios noveles a partir de los seis años de edad como por los más experimentados. Este espacio de ocio saludable pretende incentivar la actividad recreativa de manera lúdica en una zona acotada, pudiendo ser recorrido en bicicleta, patines o skate sin necesidad de dar pedales, impulsándose sólo mediante la inercia adquirida por peraltes y saltos, además de la propia habilidad de los usuarios.
En lo concerniente a las zonas infantiles, si bien se han ejecutados trabajos progresivos de mejora y mantenimiento, los cambios normativos en materia de seguridad y de materiales de los últimos años han propiciado la obsolescencia de varios elementos constructivos, al contar algunos con más de veinte años de antigüedad. Se prevé la remodelación de dos de las tres zonas ubicadas en este entorno con elementos actualizados y la novedosa incorporación de juegos inclusivos y adaptados para el disfrute de todos los niños sin importar sus características.
La nueva zona de juegos infantiles se situará en el enclave conocido como “Mapa de España” y ha contemplado la creación de un juego infantil de gran tamaño con forma de árbol que cuenta con un tobogán en espiral y escaleras integradas en el espacio. Asismimo, para el disfrute de los niños con movilidad reducida también se proyectará una zona adecuada en el mismo espacio, que incluirá un carrusel especial y un columpio con asiento tipo “cesta nido”, que resultarán muy adecuados para su juego y desarrollo.
Atendiendo a la oferta de ocio del parque, que contaba ya con seis quioscos cuyas concesiones administrativas estaban caducadas, han sido adjudicados ya en concurso público con una duración de 25 años. Su renovación se contempla desde dos tipos de actuaciones: en tres de los quioscos licitados, Flandes y Fabiola, Parque Bar y El Cabezo, se ejecutará un derribo de las construcciones existentes para plantear un edificio de nueva planta. Por otro lado, en los otros tres quioscos, La Rosaleda, Rincón de Goya y Bar Infante, las obras se limitarán a la conservación, adecuación y unificación de criterios estéticos y técnicos.
La iniciativa política y la participación de los ciudadanos han logrado hacer del Parque Grande José Antonio Labordeta un espacio verde saludable y contemporáneo de referencia en la ciudad.
Con el fin de aunar las características de diseño de los quioscos, el Gobierno de Zaragoza ha establecido una serie de parámetros de obligado cumplimiento para garantizar su homogeneidad con el resto de elementos. Por esta razón, los proyectos deberán integrarse sin componentes discordantes que perjudiquen el entorno verde, priorizando en su construcción materiales oscuros, muros vegetales con especies trepadoras o acabados con paneles y listones de madera. En segundo lugar, deberán cumplir con los debidos criterios de sostenibilidad y accesibilidad, y por último deberá adecuarse su saneamiento a las indicaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para optimizar las condiciones de vertido actuales.
Natalia Chueca, concejala zaragozana de Servicios Públicos explica que “además de hacerse cargo de las adaptaciones necesarias para la actividad específica a la que sea destinado cada quiosco, los adjudicatarios deben realizar las obras necesarias para su acondicionamiento estético. De este modo se generará una coherencia en la imagen de todos los quioscos municipales”, armonizándose con el entorno natural en el que operan. Otra medida unificadora será la rebaja de precios máximos, con el fin de abaratar y limitar los precios de las consumiciones “para que estos quioscos sean de uso y disfrute para todos los ciudadanos a unos precios asequibles”, añade.
Todo lo anterior ha sido el resultado de la decidida apuesta de las autoridades por renaturalizar la ciudad y cumplir así con los objetivos marcados por la Agenda 2030 o el Acuerdo por una Ciudad Verde, un compromiso con la conservación del medio ambiente impulsado por ciudades europeas que exige a las autoridades municipales trabajar en la creación de ciudades más verdes, limpias y saludables. También ha tomado especial relevancia la participación pública en la concepción de este Plan de Mejoras Paisajísticas, pues en el 2020 el Servicio de Parques, Jardines e Infraestructuras Verdes puso a disposición de los ciudadanos una encuesta para conocer su satisfacción general con el Parque, dando también la opción de aportar sugerencias sobre carencias y potenciales mejoras de este espacio.
Ha sido la culminación de ambos fenómenos, el político y el participativo, que han logrado hacer del Parque Grande José Antonio Labordeta un espacio verde saludable y contemporáneo de referencia en la ciudad, cuyas nuevas características ambientales, de ocio y cultura, de encuentro y de salud están orientadas hacia el bienestar ciudadano desde una marcada óptica medioambiental, lo cual tendrá como consecuencia directa el posicionamiento global de Zaragoza como ciudad modelo en este ámbito.
La información más relevante del sector directamente en tu correo.
Suscribirme