El área metropolitana de Barcelona avanza hacia un conjunto de espacios naturales interconectados, garante de una alianza respetuosa y resiliente entre el área urbanizada y zonas verdes
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) es el órgano encargado de la administración pública del territorio metropolitano de Barcelona, cuya extensión abarca 636 km2 y está conformado por 36 municipios, donde habitan más de 3,2 millones de personas. Esta entidad tiene carácter multidisciplinar y se encarga de organizar y asegurar la conectividad, la movilidad y la funcionalidad del territorio. Para ello ejecuta acciones transversales que atañen a los ámbitos del empleo, la economía, el transporte y el medio ambiente.
La mitigación de los efectos que produce el cambio climático comprende una gran variedad de escenarios sobre los que tomar acción. Uno de ellos son las ciudades y sus interrelaciones con la naturaleza, fenómeno conocido como infraestructura verde y definido por el MITECO como “una red ecológicamente coherente y estratégicamente planificada de zonas naturales, semi naturales y otros elementos ambientales, diseñada y gestionada para la conservación de los ecosistemas y el mantenimiento de los servicios que nos proveen”.
Para la consecución de los objetivos que harán de Barcelona una ciudad inteligente y sostenible, el AMB ejecuta cada tres años un Plan Metropolitano de Inversiones, subdividido en cuatro programas: cohesión territorial, mejora urbana, proyectos y asistencia técnica, y actuaciones en paisajes naturales y urbanos (PSG). Estos últimos se ejecutan a partir de las solicitudes que los ayuntamientos envían al AMB exponiendo las necesidades que los municipios tienen en ese momento. Una vez aceptadas las solicitudes, se estudian su viabilidad y presupuesto, que suele ser financiado por el ente local y el Área Metropolitana, y se lleva a licitación para comenzar las obras.
Con la finalidad de financiar inversiones en espacios naturales, espacios públicos, infraestructuras o equipamientos que vertebren la metrópolis, en el año 2016 fue aprobada la primera convocatoria de este Plan de inversión para los municipios metropolitanos, cuyo plazo de ejecución se extiende hasta el 2023 y cuenta con un presupuesto de 40 millones de euros.
El programa de actuaciones en paisajes naturales y urbanos (PSG) para el programa 2020-2023 atienden a una serie de peticiones sintetizadas en cuatro bloques: realizar inversiones en los espacios fluviales metropolitanos, recuperar zonas degradadas, integrar infraestructuras viarias, energéticas y de servicios dentro del paisaje metropolitano y ejecutar mejoras en la conectividad entre espacios urbanos y naturales con la aplicación de soluciones basadas en la naturaleza (SBN) trasladadas a lo urbano. Se trata por tanto de un Plan de inversión en el que toda la infraestructura verde está interrelacionada, propiciando la creación de sinergias entre naturaleza, ciudad, sostenibilidad y resiliencia.
En la anterior convocatoria de 2016-2019 comenzó la recuperación socioambiental de dos grandes espacios fluviales metropolitanos, las cuencas de los ríos Besòs y Llobregat, a través de iniciativas que propiciaron la accesibilidad, la señalización y la mejora de algunos pasos en ríos, entre otras. La finalización de las obras ha permitido evidenciar la importancia socioambiental de estos espacios, y por ello el programa 2020-2023 ha dedicado parte de su presupuesto a dar continuidad a la labor de mejora de los espacios fluviales y su interconexión con los núcleos urbanos aledaños.
Alvaro Sainz, técnico de infraestructuras en el Área Metropolitana de Barcelona, argumenta que, si bien siempre ha habido actuaciones para encaminar y adecentar los ríos, “ha sido a partir del Covid que las personas han sentido una fuerte llamada hacia la naturaleza y los espacios verdes al aire libre cerca de sus municipios”. Evidencia que numerosos núcleos urbanos durante años han dado la espalda al río pero actualmente “las personas han ido en masa a buscar estos espacios, plasmando la necesidad de ordenar los flujos entre municipios y río”.
En lo que respecta a la cuenca del río Llobregat, se han efectuado mejoras en los accesos al río y los caminos secundarios, que se materializan en los margenes del río Llobregat. Este espacio se encontraba en estado de abandono y actualmente su senda pavimentada alberga miradores y áreas de estancia y recreo distribuidas a lo largo de 60 km, atravesando dieciséis municipios. Por ejemplo, en Santa Coloma de Cervelló se han realizado actuaciones de mejora en la desembocadura de la riera, así como en el camino de acceso al ámbito fluvial. El objetivo principal es mejorar la calidad ambiental del Llobregat y hacer compatible el uso social y lúdico con la recuperación medioambiental.
“Algunas infraestructuras conectadas con el Llobregat como el AVE o las autopistas ejercían de barrera entre algunos municipios y el río. Nuestro objetivo ha sido mejorar la calidad ambiental en la zona y hacer compatible el uso social y lúdico con la recuperación medioambiental”, ha detallado Sainz. El programa contempla zona de juegos infantiles, prado con porterías de fútbol, zona de picnic y zona de entrenamiento canino en zonas concretas de Sant Vicenç dels Horts.
Por el contrario, las actuaciones en el Parque Fluvial del Besòs, ubicado en los últimos 9 km del río, se han centrado en la regulación del acceso de peatones en ciertas zonas, pues la concepción lúdica de este entorno, que comprende una pasarela asfaltada con carril bici, erosionaba el ecosistema de diversas especies. La recuperación de su tramo final ha permitido recuperar la biodiversidad perdida, una fauna que el Consorcio del Besòs cifra en 188 especies de pájaros, mamíferos, peces, anfibios y reptiles divisados en un entorno natural que hace 15 años era abiótico. “Nos vimos obligados a restringir el paso en algún tramo del Besòs para generar un refugio de biodiversidad, pues el río estaba concebido como un parque y la fauna necesitaba un corredor verde por donde transitar”, aclara el técnico.
Las actuaciones en el río Llobregat se han encaminado hacia el acondicionamiento del espacio para su disfrute público, mientras que en el río Besòs ha primado la preservación de la biodiversidad.
Se trata de la primera de las cuatro intervenciones que el AMB lleva a cabo en el margen derecho del río Llobregat en Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Sant Boi de Llobregat.
Esta intervención consiste en crear una red básica de accesos al río, mejorar caminos secundarios e instalar equipamientos en el espacio fluvial. El objetivo principal es mejorar la calidad ambiental del Llobregat y hacer compatible el uso social y lúdico con la recuperación medioambiental.
Entre las actuaciones previstas destaca la mejora de los caminos de acceso al río, que forman parte del Anillo Verde en el entorno fluvial, y se arreglará el vial paralelo a la carretera BV-2002 utilizado para actividades agrícolas.
Se trata de la primera fase de la recuperación socioambiental del río Llobregat dentro de este municipio y tiene el objetivo de consolidar los recorridos de acceso al ámbito fluvial del Llobregat y hacerlos más accesibles, inclusivos y resistentes a los fenómenos meteorológicos adversos.
Las actuaciones en este municipio son el primer paso para construir el futuro parque fluvial de Sant Vicenç dels Horts, que pretenderá recuperar y rehabilitar los llamados espacios del bosque de utilidad pública. Este futuro parque fluvial potenciará el uso social, los huertos urbanos y la agricultura experimental. El programa de usos previsto contempla una zona de juegos infantiles, prado con porterías de fútbol, zona de picnic y zona de entrenamiento canino.
El proyecto arranca con la creación de un refugio de biodiversidad a través de un corredor ecológico de espacios naturales. Dentro de esta primera fase, se desarrollarán:
Se trata de la primera conexión verde y pacificada sobre el río Ripoll en este municipio. La pasarela colgante conecta el Molí Vermell y el núcleo urbano en el margen derecho, con el Castell de Barberà en el margen izquierdo. Esta pasarela permite ir de un lado a otro del río sin tener que cruzarlo a través de las vías con circulación de vehículos situadas en los extremos del municipio. La nueva construcción dispone de rampas de acceso para salvar el desnivel existente.
La nueva estructura permite mejorar la conectividad del espacio fluvial e implica una naturalización y mejora paisajística de este espacio abierto.
Esta pasarela permitirá atravesar el río Sec desde el parque del Masot hasta el camino del margen derecho o pasaje de la Ermita con el objetivo de impulsar la movilidad sostenible de un lado a otro del río, la recuperación medioambiental del curso fluvial y adecuación del espacio para uso y ocio de los peatones.
El área metropolitana de Barcelona se configura como un conjunto de espacios naturales interconectados, garante de una alianza respetuosa y resiliente entre el área urbanizada y sus zonas verdes.
De cara al futuro, no existe un reto concreto que enfrentar, sino un compendio de situaciones cambiantes a las que aprender a adaptarse. “El cambio climático en sí mismo es nuestro gran reto. Al estar en una zona mediterránea donde la lluvia y la sostenibilidad de la vegetación son problemas agravados, debemos intentar que las soluciones sean sostenibles a largo plazo, evitando acciones y obras que con los años terminen perdiendo su función”, aclara Sainz.
Para conseguir los objetivo propuestos en los Planes Metropolitanos de Actuación, el consenso y la negociación entre las distintas administraciones y empresas de servicios que interactúan en el territorio resulta indispensable. Concretamente, en las actuaciones de recuperación de los espacios fluviales, AMB se ha valido de la participación de otros organismos como la Agencia Catalana del Agua (ACA) y la Diputación de Barcelona para lograr una visión multidisciplinar, cohesionada y respetuosa con el entorno.
El fin último que persiguen las actuaciones del AMB es, en palabras de Álvaro Sainz, “la creación de una infraestructura verde que sea sostenible y natural, es decir, evitar la creación de una artificial metrópolis verde sustentada por riego artificial, pues no se trata solo de ser verde, sino también sosteniblemente verde. Para ello es necesario elegir especies autóctonas que permitan crear sinergias entre los distintos recursos y ecosistemas, adaptando la ciudad a la naturaleza y su entorno”. El área metropolitana de Barcelona se configura así como un conjunto de espacios naturales interconectados, garante de una alianza respetuosa y resiliente entre el área urbanizada y sus zonas verdes.
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