Frente al reto de recuperar los municipios devastados por la catástrofe en Valencia, la intervención ágil y eficiente de los servicios urbanos ha sido clave para mitigar los efectos del desastre y restablecer lanormalidad en el menor tiempo posible
Ante una situación de emergencia, la rapidez, eficacia y precisión en la respuesta marcan la línea que separa el caos de la recuperación. En el contexto urbano, estos momentos críticos, ya sea provocados por fenómenos meteorológicos extremos, crisis imprevistas, accidentes o desastres de diversa índole, ponen a prueba la capacidad de las ciudades para gestionar sus infraestructuras y servicios de manera ágil y eficiente. En estos escenarios, los servicios urbanos se convierten en actores fundamentales, desempeñando un papel decisivo en la mitigación de daños y en la restauración progresiva de la normalidad. La reciente catástrofe ocurrida en la Comunidad Valenciana tras el paso de la DANA del pasado 29 de octubre es un claro ejemplo de cómo una respuesta organizada y efectiva —centrada en la gestión de infraestructuras, redes de saneamiento y servicios de limpieza— puede marcar la diferencia entre el colapso prolongado y una recuperación gradual y ordenada.
Este reportaje pone el foco en la labor indispensable de los servicios urbanos durante emergencias, tomando como referencia la actuación de ACCIONA, compañía líder en servicios urbanos, cuya intervención ha sido clave en las tareas de limpieza y saneamiento en las zonas más afectadas por la DANA en Valencia. Para ello, contamos con los testimonios de Javier Mínguez, gerente de Servicios Urbanos y Medio Ambiente de ACCIONA en la Zona Sur y Levante, quien ha liderado desde el primer momento los trabajos de limpieza en las localidades afectadas; y Carlos Espinosa, gerente del servicio de Saneamiento de ACCIONA en Valencia, encargado de restablecer la funcionalidad de las redes hidráulicas y estaciones de bombeo afectadas en las pedanías de la ciudad de Valencia.
A lo largo de estas páginas, profundizamos en cómo ACCIONA ha desplegado con agilidad sus recursos humanos y técnicos, superado retos operativos de gran magnitud y ofrecido soluciones inmediatas para paliar los devastadores efectos de la catástrofe. Desde la limpieza y despeje de calles hasta la rehabilitación de una red de saneamiento severamente dañada, este análisis no solo resalta el papel crucial de los servicios urbanos en la gestión de crisis, sino que también extrae valiosas lecciones sobre la necesidad de fortalecer la resiliencia de las ciudades ante la creciente frecuencia de emergencias climáticas.
La catástrofe ocurrida en la Comunidad Valenciana tras el paso de la DANA del pasado 29 de octubre es un claro ejemplo de cómo una respuesta organizada y efectiva puede marcar la diferencia entre el colapso prolongado y una recuperación gradual y ordenada.
Las labores de los servicios urbanos abarcan múltiples áreas críticas, como la limpieza viaria, la gestión de residuos, el cuidado de espacios públicos, el mantenimiento del alcantarillado o el suministro de agua potable, entre otros. Su importancia durante las situaciones de emergencia radica en la capacidad de las empresas que los gestionan para actuar de manera inmediata, gracias a un profundo conocimiento del territorio y las infraestructuras locales. Así lo refiere Carlos Espinosa, gerente del servicio de Saneamiento de Valencia de ACCIONA, quien subraya la necesidad de contar con medios locales para responder eficazmente a las emergencias, de manera que “no hayan de ser desplazados desde otros puntos geográficos”. Este enfoque, combinado con una planificación ágil y una asignación eficaz de los recursos, convierte a las empresas de servicios urbanos en un pilar esencial de la respuesta inicial ante emergencias.
Empresas como ACCIONA operan bajo un modelo de disponibilidad 24/7, lo que las capacita para responder a catástrofes con rapidez y eficiencia, explica Javier Mínguez, gerente de Servicios Urbanos y Medio Ambiente de ACCIONA, y responsable de los contratos de limpieza en Andalucía y la Comunidad Valenciana, quien destaca que estas compañías cuentan con el personal cualificado y los medios mecánicos necesarios para abordar estas situaciones en el menor tiempo posible.
El devastador paso de la DANA por Valencia, que ocurrió el pasado 29 de octubre, provocando inundaciones masivas y graves daños en infraestructuras, puso en evidencia la relevancia de los servicios urbanos para la recuperación de los municipios afectados. En este contexto, los servicios de limpieza y saneamiento en especial, adquirieron una importancia crítica, no solo para despejar las calles y plazas, sino también para garantizar el funcionamiento de sistemas clave como el alcantarillado o las estaciones de bombeo.
En este escenario, las empresas encargadas de estos servicios, como ACCIONA, asumieron una labor multifacética desde el primer momento. Desde la retirada de lodo, restos vegetales y vehículos arrastrados por la riada hasta la desobstrucción de las redes de saneamiento, y la reparación de instalaciones dañadas, estas acciones permitieron despejar las vías principales, restaurar servicios básicos y reducir riesgos para la salud pública, sentando las bases para que los residentes y comercios pudieran retomar su vida cotidiana lo antes posible.
La experiencia de ACCIONA demuestra cómo el conocimiento técnico, la preparación previa y la capacidad de despliegue inmediato resultan esenciales en situaciones de este tipo. Las tareas llevadas a cabo en los municipios, que desgranaremos a continuación, son un claro ejemplo de cómo los servicios urbanos pueden marcar la diferencia en la recuperación tras una catástrofe.
"Las empresas de servicios urbanos cuentan con el personal cualificado y los medios mecánicos necesarios para abordar situaciones de emergencia en el menor tiempo posible", asevera Javier Mínguez, gerente de Servicios Urbanos y Medio Ambiente de ACCIONA en la Zona Sur y Levante.
La magnitud de los daños causados por la DANA en Valencia puso a prueba la capacidad de respuesta de instituciones, administraciones y empresas encargadas de los servicios públicos. En este sentido, ACCIONA destacó por su eficacia y coordinación, convirtiéndose en un actor clave para las labores de emergencia. Espinosa califica la respuesta de la compañía como “ejemplar”. Según él, ACCIONA demostró su capacidad para movilizar recursos de manera inmediata y adaptarse a las necesidades específicas de los municipios afectados. Igualmente, Mínguez elogia la rapidez de actuación de la empresa: “Nuestra respuesta fue rápida y eficaz, nos organizamos directamente con la Unidad de Coordinación de la Conselleria de Medio Ambiente de Valencia”.
La capacidad de ACCIONA para actuar de manera efectiva tras la catástrofe provocada por la DANA en Valencia se fundamenta en dos pilares esenciales: el despliegue de recursos materiales y humanos y la coordinación eficiente con las administraciones públicas, entre equipos y entre regiones.
La movilización de recursos materiales fue una de las claves del éxito en la actuación de ACCIONA. Según Carlos Espinosa, “ACCIONA movilizó todos los recursos locales y de otras zonas del país de forma coordinada, ofreciendo una cobertura continua y sin descanso durante el tiempo que ha sido necesario”. Esto incluyó el despliegue de maquinaria especializada, vehículos y herramientas diseñadas para atender emergencias de gran escala.
Por su parte, Javier Mínguez detalla que, además de la maquinaria pesada, también se pusieron a disposición expertos en situaciones de catástrofe, quienes se asignaron a varios municipios afectados por la DANA. La capacidad de la compañía para movilizar recursos no solo destacó por su rapidez, sino también por la precisión en la planificación, asegurando que cada necesidad en los municipios afectados fuera atendida de manera prioritaria.
El esfuerzo humano fue, sin duda, otro de los pilares fundamentales en esta operación. Mínguez subraya que el éxito de estas intervenciones radicó en el despliegue de personal altamente cualificado, que incluyó desde conductores especialistas en maquinaria pesada hasta capataces y expertos en servicios urbanos. "Se ha mandado personal cualificado, que son los que coordinaban todos esos medios en lugares donde no se había trabajado nunca”, explica.
Espinosa también destaca la dedicación del equipo humano: “Ante una tragedia como esta, este nivel de dedicación es el que tanto la ciudadanía como nosotros mismos debemos exigirnos”, asevera, y agradece el esfuerzo que ha realizado (y sigue realizando) toda la plantilla de ACCIONA, así como el personal de las administraciones involucradas en estos trabajos de recuperación.
Más allá de las capacidades técnicas, el compromiso y sacrificio personal de los trabajadores de ACCIONA fueron determinantes en el éxito de las operaciones. Mínguez pone en valor este esfuerzo extraordinario: “Nuestros equipos no pusieron límites en sus jornadas de trabajo, llegando a estar más de 14 horas diarias limpiando, comiendo lo poco que les ofrecían los afectados o lo que traían los voluntarios". Además, destaca que muchos empleados sacrificaron su vida familiar para responder a esta emergencia, desplazándose desde otras provincias y permaneciendo semanas enteras fuera de sus hogares. "Este esfuerzo y dedicación es digno de destacar y agradecer", concluye Javier, reflejando el alto grado de compromiso humano, que ha sido esencial en la recuperación de las zonas afectadas.
La coordinación durante las emergencias es esencial para optimizar recursos, priorizar acciones y garantizar una respuesta rápida y efectiva. En el caso de la DANA en Valencia, ACCIONA destacó por su capacidad para trabajar de forma conjunta con administraciones, equipos internos y regiones vecinas, superando los enormes desafíos que presentó la catástrofe.
"La respuesta de ACCIONA ante esta emergencia ha sido ejemplar, movilizando todos los recursos locales y de otras zonas del país de forma coordinada para ofrecer una cobertura continua y sin descanso durante el tiempo que ha sido necesario", destaca Carlos Espinosa, gerente del servicio de Saneamiento de ACCIONA en Valencia.
Con administraciones
La colaboración con las administraciones públicas fue un pilar central en la actuación. Carlos Espinosa enfatiza el papel de los comités de emergencia organizados por el Ayuntamiento de Valencia y otros organismos. Desde el servicio de saneamiento, “hemos tenido siempre como interlocutores a los técnicos del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Valencia, quienes, a través de estos comités, han determinado las prioridades a las que atender con el fin de optimizar unos recursos que, en una catástrofe con este nivel de destrucción, nunca parecen ser suficientes”. Esta estructura permitió a ACCIONA enfocar sus esfuerzos en las zonas más críticas, garantizando una intervención eficaz en los momentos más difíciles.
Por su parte, Javier Mínguez destaca la colaboración del servicio de limpieza con la Conselleria de Medio Ambiente, que proporcionó un conocimiento detallado de las áreas afectadas y facilitó el contacto con el personal local para organizar los trabajos en cada municipio. No obstante, la agilidad de las administraciones locales resultó determinante para el éxito de las labores. Mínguez señala que “en dos de los cuatro municipios en los que ACCIONA trabajó para las labores de limpieza, la situación mejoró rápidamente gracias a una coordinación eficiente con los técnicos municipales. Sin embargo, en los otros dos, los retrasos y la falta de organización complicaron los esfuerzos”. Este contraste pone de manifiesto la importancia de contar con interlocutores locales preparados para gestionar emergencias.
Entre equipos
La colaboración interna entre los equipos de limpieza urbana y los de redes de saneamiento fue otro factor clave en la respuesta de ACCIONA. Según Carlos Espinosa, “los trabajos de limpieza viaria y del alcantarillado requirieron una coordinación minuciosa para evitar duplicidades o esfuerzos innecesarios”. Esto fue especialmente importante dado que las labores de achique en sótanos y locales comerciales generaban vertidos constantes de lodo que afectaban tanto a las calles como a la red de alcantarillado, obligando a intervenir repetidamente en las mismas áreas.
La importancia de esta coordinación quedó evidenciada los primeros días de la catástrofe, en los que la falta de sincronización inicial entre los equipos complicó la situación. Javier Mínguez relata cómo las prioridades iniciales se centraron en despejar vías públicas para permitir el acceso de servicios esenciales, pero la magnitud del desastre y los vertidos descontrolados de lodo generaron problemas adicionales. "Voluntarios vaciaban lodo de locales directamente en imbornales y alcantarillas, dejando fuera de servicio las redes de saneamiento", explica.
A medida que avanzaron las semanas, la coordinación mejoró significativamente. Espinosa detalla cómo se organizaron los trabajos para optimizar recursos: “Siempre se ha intentado, por ejemplo, que una vez retirada la mayoría de residuos de una calle, el baldeo de los servicios de limpieza viaria se produjera justo antes de la limpieza de la red de alcantarillado, para intentar que no se volvieran a obstruir los sistemas de drenaje”.
Entre regiones
Por otro lado, la magnitud de la emergencia desbordó las capacidades locales, haciendo necesaria una movilización interna de recursos desde otras regiones del país. ACCIONA demostró una gran capacidad para gestionar esta colaboración interregional, reforzando sus operaciones en los municipios más afectados.
Carlos Espinosa explica que, desde el primer día, se movilizaron recursos materiales y humanos desde diversas ciudades. “Desde el día 1 de noviembre, estuvieron destinados en Valencia un total de cinco camiones de alcantarillado provenientes de Madrid, Leganés y Bilbao, que se sumaron a los ocho camiones disponibles en la ciudad. Además, se dispuso de camiones de diversas empresas concesionarias procedentes de Zaragoza, Benidorm, etc.”, detalla. Esta movilización no solo incluyó maquinaria, sino también personal cualificado y recursos esenciales, como alimentos y equipos de protección. Javier Mínguez resalta cómo ciudades como Almería, Torrevieja, Calpe y Madrid contribuyeron con equipos y provisiones para las labores en terreno.
La colaboración entre regiones y provincias fue fundamental para superar una catástrofe de esta magnitud, permitiendo una actuación rápida y efectiva en las zonas más afectadas. Esta experiencia refuerza la importancia de la solidaridad interregional y la planificación para garantizar una respuesta eficaz en situaciones de emergencia.
El devastador paso de la DANA por Valencia puso en evidencia la relevancia de los servicios urbanos para la recuperación de los municipios afectados.
Con vistas a futuro, el compromiso de ACCIONA y su equipo continúa siendo crucial para la completa recuperación de las localidades afectadas por la DANA en Valencia. Sin embargo, esta experiencia ya ha dejado importantes aprendizajes que permitirán mejorar la preparación y respuesta ante futuras emergencias, en un contexto donde los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes e intensos.
Javier Mínguez subraya la importancia de contar con personal técnico especializado en los municipios, algo que se evidenció como una carencia en algunos casos. La falta de experiencia técnica entre ciertos interlocutores locales ralentizó operaciones críticas, generó solapamientos con otras empresas y, en algunos casos, dejó áreas sin atender durante los primeros días. Además, Mínguez destaca la necesidad de establecer, desde el inicio, puntos de transferencia de residuos ubicados estratégicamente fuera de las zonas urbanas. Esta medida permitiría agilizar la retirada de enseres, vehículos y lodos acumulados, facilitando el acceso de servicios esenciales como luz, agua, telefonía y saneamiento, cuya recuperación se vio retrasada por la falta de planificación en este aspecto.
Desde una perspectiva técnica, los retos identificados tras la DANA en Valencia giran en torno a la necesidad de fortalecer la resiliencia de las infraestructuras urbanas frente a un escenario climático cada vez más extremo e impredecible. Según Carlos Espinosa, gerente del servicio de Saneamiento de ACCIONA, existen cuatro áreas prioritarias en las que es esencial avanzar para garantizar una mejor capacidad de respuesta y una mitigación más eficaz de los daños en futuros eventos similares.
En primer lugar, destaca la actualización de los modelos hidráulicos como un paso crucial. Las infraestructuras urbanas deben adaptarse a nuevos períodos de retorno, con el objetivo de hacer frente a lluvias más intensas y frecuentes que superan los parámetros para los que muchas de estas redes fueron diseñadas.
Otro aspecto fundamental es la implementación de sistemas de alerta temprana, que permitan una detección más rápida y precisa de los riesgos. La incorporación de tecnologías avanzadas de monitorización y análisis no solo optimizaría la toma de decisiones durante emergencias, sino que también facilitaría una organización más efectiva de los recursos disponibles, y permiten minimizar el impacto inicial en las infraestructuras críticas y la población. Espinosa destaca que este ha sido uno de los mayores desafíos identificados durante la DANA y, si bien ya se han dado pasos importantes en este ámbito, tanto las administraciones como las empresas del sector deben avanzar de forma coordinada para garantizar una mejor capacidad de anticipación y reacción ante catástrofes similares.
Asimismo, Espinosa subraya la importancia de promover sistemas de drenaje sostenible. Este enfoque busca reducir la saturación de las redes de saneamiento mediante la gestión directa de las aguas de escorrentía, contribuyendo a evitar el colapso de las infraestructuras en momentos críticos. Por último, se plantea la necesidad de reubicar y reforzar instalaciones críticas, como estaciones de bombeo y plantas de depuración, que son particularmente vulnerables frente a desastres naturales. Modernizar estas infraestructuras o incluso trasladarlas a ubicaciones más seguras es imprescindible para minimizar riesgos y garantizar su funcionalidad en situaciones de emergencia.
La colaboración entre regiones y provincias fue fundamental para superar una catástrofe de esta magnitud, permitiendo una actuación rápida y efectiva en las zonas más afectadas.
Estos cuatro pilares constituyen una hoja de ruta técnica que no solo responde a las lecciones aprendidas tras el paso de la DANA, sino que también proyecta un modelo de gestión más robusto y preparado ante los desafíos que impone el cambio climático. Espinosa también advierte sobre los riesgos asociados al mal funcionamiento de los sistemas de depuración de aguas residuales en este tipo de emergencias. No solo representan un grave problema sanitario, sino también una amenaza medioambiental significativa, como quedó evidenciado tras el paso de la DANA. Modernizar y proteger estas infraestructuras debe ser una prioridad para garantizar tanto la salud pública como la sostenibilidad ambiental de las ciudades.
En definitiva, esta experiencia ha puesto de manifiesto la importancia de trabajar en una mayor coordinación entre administraciones, empresas y comunidades locales. Asimismo, ha evidenciado la necesidad de invertir en infraestructura resiliente, tecnología de prevención y formación técnica para estar mejor preparados ante futuras adversidades. El trabajo continúa, pero los aprendizajes adquiridos y los retos pendientes plantean una hoja de ruta clara para ACCIONA: actuar no solo en la recuperación de las zonas afectadas, sino también en la construcción de un futuro más preparado y sostenible frente a los desafíos que están por venir.
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