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El Programa Superilles supone una de las transformaciones urbanas más ambiciosas de Barcelona con un plan que reestablece el orden urbano mediante la agrupación de manzanas. Una planificación centrada en las personas que posibilita ganar nuevos espacios públicos creando plazas de proximidad en los chaflanes y ejes verdes en calles que antes eran autopistas urbanas.
El proyecto del Eixample de Barcelona, de naturaleza innovadora, dio una respuesta avanzada y visionaria a demandas contemporáneas con la definición de una malla isótropa y ortogonal que respondía principalmente a los parámetros higienistas y viarios en la extensión de una ciudad nueva. Hoy esta cuadrícula física altamente consolidada, reafirma su carácter innovador reprogramándose para adaptarse a las nuevas realidades ambientales, sociales y culturales de la ciudad del siglo XXI.
El Programa Superilles, establece los criterios y el marco para la transformación de calles y chaflanes del Eixample en una red actualizada de ejes cívicos y plazas de proximidad que, de manera incremental, integren la dimensión social y ecológica en la ciudad. Una redefinición del espacio público que limitando la presencia del coche, favorezca la humanización de la ciudad, la revitalización de los barrios, el incremento de la biodiversidad e infraestructura verde, el juego en las calles y una movilidad saludable entre otros parámetros.
En este contexto, aplicado el criterio redistributivo de la movilidad que establece el modelo Superilla, el proyecto contempla la reprogramación de los ejes formados por la c/Comte Borrell y c/Parlament y la creación en su cruce de una nueva plaza de barrio contenida entre chaflanes. Surge así la oportunidad de repensar la calle para redefinir usos y nuevas posibilidades en este espacio urbano.
Es prioritaria la creación de un nuevo paisaje humano sensible a lo local, a las relaciones de proximidad, a los cuidados y a la movilidad saludable, que favorezca el juego espontáneo en las calles, junto a espacios confortables que fomenten el uso intergeneracional y diverso del espacio público.
Respondiendo a los requerimientos del proceso de extensión progresivo y participativo del Programa Superilles, el proyecto se propone desarrollar una estrategia de diseño y transformación flexible, reversible y extensible que, con una inversión sostenida, reprograme el espacio público de calles y plaza.
La propuesta parte por tanto de la premisa de garantizar la reversibilidad de la actuación así como la adaptabilidad y escalabilidad incremental de la misma. Se trata de diseñar un proceso de intervención que no preestablezca una imagen fija del espacio sino un paisaje adaptativo y cambiante que posibilite variaciones, ajustes y testeo.
El proyecto parte del desarrollo de un intenso trabajo prospectivo, que más allá de los documentos diagnósticos oficiales, profundiza en el análisis sensible y a escala humana de barrio complementado con un detallado levantamiento de las actividades en plantas bajas, comercios locales e inventariado de elementos característicos.
Del cruce de datos entre esta base analítica con las conclusiones consensuadas en el proceso participativo y los criterios marco del Programa Superilles se pre-configura el plano de usos que nutre la propuesta de ordenación del nuevo paisaje urbano.
El proyecto recupera el espacio en calzada limitando el acceso a los coches a través de un único carril de coexistencia con bici y peatón. Este ve interrumpida su continuidad en el cruce de ejes al crearse una nueva plaza central presidida por las fachadas en chaflán y las alineaciones arboladas. En esta nueva ordenación el nuevo programa de usos conquista la calzada en estrecha sintonía con las actividades en plantas bajas y el ritmo pautado por los árboles.
Dadas las propiedades de reversibilidad y adaptabilidad requeridas, el proyecto se concibe a modo de superposición de capas que, sin modificar la urbanización existente, reprograma usos, reordena la movilidad y dibuja un nuevo paisaje.
La propuesta define los elementos de la actuación y establece la estrategia de implantación estructurada por capas a tres niveles. Como elemento referencial para la ordenación del paisaje, se establece una malla base reticular que define el módulo y favorece la escalabilidad y extensión de la actuación.
El primer nivel lo imprime la baldosa gráfica que, extendiéndose sobre la urbanización existente, dibuja el módulo y define el orden según el cual se distribuye el programa y los elementos urbanos.
El diseño del mobiliario urbano adaptativo conforma el segundo nivel de implantación. Siguiendo la base modular, el kit compuesto por 4 elementos básicos ofrece más de 15 combinaciones posibles con una gran capacidad adaptativa. Estas agrupaciones se disponen sobre la malla gráfica como catalizadores de nuevos usos y posibilidades.
Siendo un elemento esencial para incrementar el confort ambiental, mejorar la habitabilidad y aportar riqueza biológica y cromática al paisaje, la integración del verde supone el tercer nivel de la propuesta. Al trabajar con la premisa de reversibilidad y no poder alterar la urbanización existente, el kit adaptativo se vale de 3 tipos de jardinera específicamente diseñadas para la plantación de diversos portes de vegetación. Estas a su vez, incorporan un sistema de aprovechamiento de agua y riego eficiente a través de depósitos acumuladores en sus bases.
El proyecto superpone nuevas capas sobre el Eixample para releer sus calles con otra mirada, para redescubrirlas como espacios verdes, de estancia, de encuentro y de juego. Una estructura urbana que permite crear una plaza de proximidad de geometría exacta en los cruces o albergar holgadamente bancos, jardines y juegos en sus calles al ritmo de los árboles.
La conquista de una plaza en la retícula del Eixample supone un hito que reivindica las posibilidades de la malla urbana. La transformación de este espacio icónico ha provocado un cambio determinante en la manera en la que lo percibíamos dando lugar a diversas formas sociales de rehabitar las calles del Eixample.
Siendo una de las principales inquietudes del proyecto la flexibilidad y adaptabilidad de la transformación, este nuevo paisaje dinámico es capaz de asimilar e incorporar modificaciones y variaciones fruto de las necesidades sociales así como del aprendizaje conjunto derivado de las soluciones implementadas.
La nueva plaza y ejes cívicos han supuesto que los mayores del barrio comiencen a frecuentar los bancos que, acompañados de las zonas verdes, crean espacios confortables desde los que observar el juego de los niños y niñas en la plaza o la creciente actividad social en las calles. Mientras, los jóvenes, visitantes y vecinos se sientan en grupo en las gradas informales conformadas por traviesas para tomar el sol, charlar animadamente o improvisar una merienda con amigos. Los entornos lúdicos se han integrado en el diseño de manera abierta con el fin de fomentar el juego espontáneo y no reglado. La disposición de mobiliario jugable integrado con patrones lúdicos en el pavimento ha supuesto un reclamo al juego, identificable por los más pequeños.
La ganancia social de la calle ha generado una dinámica positiva en el barrio haciendo que vecinos, vecinas y comerciantes asuman como propios los espacios preocupándose por su uso y cuidado. Todo ello acompañado de la notable reducción de contaminación, aumento del verde urbano y fomento de la movilidad peatonal y ciclista dibuja un nuevo paisaje de ejes cívicos y plazas que conforma un Eixample más humano, saludable y verde.
Flexible, modular y adaptativo
Son premisa de la actuación la total reversibilidad, la adaptabilidad y el reciclaje de los elementos utilizados. Para ello se diseña una estrategia que incorpora un Kit de elementos de mobiliario urbano agregables, un libro de criterios gráficos y una metodología de implantación y ordenación.
Criterios gráficos y señalización
Se define el lenguaje gráfico, la señalización y la carta de colores así como el módulo que, a modo de malla reticular extensible, dibuja la base de la nueva distribución. Esta sirve de guía y referencia para la implantación del patrón y elementos urbanos. La nueva baldosa gráfica se extiende siguiendo la malla, colonizando y redistribuyendo los espacios en calzada.
Elementos de mobiliario urbano adaptativo
Las piezas adaptativas se diseñan siguiendo la modulación establecida por la malla base siendo fácilmente agregables y combinables entre sí y ofreciendo numerosas disposiciones. Estos conjuntos son clave para la integración y extensión del verde urbano así como para la estructuración de espacios. La utilización de materiales amables, respetuosos con el medio ambiente y sistemas eficientes de riego garantizan la sostenibilidad de la actuación.
Social, saludable y progresivo
El diseño urbano especializado al servicio del proceso de transformación ha hecho efectiva la extensión progresiva y flexible de la Superilla de manera participativa y consensuada.
Donde antes había coches ahora hay una nueva plaza repleta de vida y verde. El ruido de vehículos predominante ha sido sustituido por los juegos de los niños, conversaciones animadas entre vecinos… El cambio de modelo ya es efectivo, pero la transformación continúa acompañada de un diseño flexible y adaptativo capaz de asimilar modificaciones y variaciones derivadas del testeo y experimentación de las soluciones implementadas.
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